BIOGRAFÍA del GRAN GURÚ: La llegada de los Arhats; El plan para esclavivar..., La elección de Bhásadhara; El renacimiento.

La
llegada de los Arhants.
Cierto
día, fue solo al “Bosque Doliente”, que se encontraba a unas dos
millas del palacio para meditar. Mientras estaba sentado allí en
posición de Buddha, descendieron hasta él los Arhants6
que pasaban por el firmamento, y lo alabaron diciendo: ¡Salve!
¡Salve! Tu eres indudablemente el Rey Loto; Tu eres el segundo
Buddha, heraldo de una nueva era, que conquistará el mundo. Aunque
poseyéramos cientos de lenguas, y fuéramos de kalpa en kalpa7,
no seríamos suficientemente afortunados como para poseer, aunque más
nos fuera, una fracción de tu vasta sabiduría”. Después de dar
siete vueltas en torno del Buddha, volvieron a ascender a los cielos
y desaparecieron.
6.-
Arhants, literalmente “el Digno”, es un santo buddhista, que a
menudo no es diferente del Bodhisattva, y comparable al Rishi hindú,
que ha alcanzado la meta del Noble Sendero Octuple y que al morir,
está preparado para entrar en el Nirvana. Si el Arhants renuncia a
su derecho a entrar en el Nirvana, para trabajar por la salvación e
los no iluminados, automáticamente se convierte en un Bodhisattva
perfecto.
El
plan para esclavizar a Padma por medio del matrimonio.
Al
observar el Rey Indrabodhi y sus ministros, la inclinación del
príncipe por la vida contemplativa, temieron que, con el tiempo,
renunciara al reino, de modo que luego de una reunión de consejo,
decidieron buscarle una esposa. El príncipe comprendió que el
propósito principal del plan era atarlo a una familia; y se negó a
escoger a ninguna de las numerosas doncellas, cuidadosamente elegidas
de todas partes de Urgyen. El Rey Indrabhodi insistió en que el
príncipe escogiera esposa y se casara en el término de siete días.
Después de pensarlo profundamente, el príncipe decidió obedecer
al viejo Rey, quien lo había cuidado como un padre, y le entregó
una descripción escriba de la clase de doncella que aceptaría por
esposa.
La
nota fue entregada al ministro Trigunadhara junto con la orden del
Rey de encontrar sin demora, a la doncella allí descrita. El
ministro marcho inmediatamente a Singala donde, durante un festival
religioso en honor del Señor Buddha, vio a una joven sumamente
atractiva, de un grupo de quinientas doncellas. Al preguntar por la
niña, se le aseguró que su nombre era Bhásadhara (“la Portadora
de Luz”); que era hija del Rey Chandra Kumár, y que ya estaba
prometida a un príncipe. El mismo regresó rápidamente a su país
y le comunicó al Rey que consideraba a Bhásadhara totalmente
apropiada.
La
elección de Bhásadhara y la ceremonia de casamiento.
Con
el pretexto de que deseaba entregarles valiosos regalos, el Rey
Indrabhodi invitó a Bhásadhara y sus cuatrocientas noventa y nueve
compañeras, a su palacio. Cuando el príncipe vio a Bhásadhara se
sintió satisfecho con ella; le entregó la gema otorgadora de
deseos, y la muchacha deseó convertirse en su Reina. Bhásadhara y
todas las otras doncellas regresaron a Singala, con una carta para el
Rey Chadra Kumár pidiéndole que le entregara en matrimonio a
Bhásadhara al príncipe Nacido del Loto. El Rey Chadra Kumár
replicó que, aunque muy feliz lo hacia el poder satisfacer el
pedido, no le era posible acceder al mismo, porque el casamiento de
Bhásadhara con un príncipe de Singala estaba a punto de llevarse a
cabo.
Cuando
se le informó acerca de esta respuesta, el Príncipe Nacido del Loto
dijo: “solo ella es adecuada, y debo obtenerla”. El Rey
Indrabhodi llamó a yogi y le dio a conocer lo que pasaba,
ordenándole que se a Singala, con estas palabras: “ve al palacio
donde la procesión nupcial va a detenerse por una noche, y coloca
bajo las puntas de las uñas de la niña polvo de hierro mezclado
con agua”.
Una
vez que el yogi hubo partido para cumplir con su misión, el Rey
subió al techo de su palacio, y levantando en alto, sobre un
estandarte de victoria, la gema otorgadora de deseos, mientras hacia
reverencia a los cuatro puntos cardinales, rogó que Bhásadhara, con
todo su séquito de doncellas, fuera llevada hasta él; y como
arrastradas por el viento, aparecieron ante su presencia las jóvenes.
El
Rey ordenó que se hicieran de inmediato, los preparativos de la boda
del Príncipe Nacido del Loto con Bhásadhara. Bhásadhara fue
bañada, vestida con delicadas prendas y joyas, y ubicada en un
asiento junto al príncipe Nacido del Loto; y entonces fueron unidos
en matrimonio. Cien mil mujeres de Urgyen proclamaron reina a
Bhásadhara. Luego las otras cuatrocientas noventa y nueve doncellas
fueron casadas con el Príncipe, porque era costumbre que un Rey de
Urgyen tuviera quinientas esposas. Así, durante cinco años el
Príncipe experimento la felicidad terrenal.
Luego
apareció el Dhyáni Buddha Vajrasattva y, anunció al Príncipe que
había llegado el momento de renunciar al matrimonio y al trono.
Entonces el Rey Indrabhodi soñó que el sol y la luna se ponían
simultáneamente, que el palacio se llenaba de lamentos, y que todos
los ministros estaban llorando. Cuando el Rey despertó, se sintió
abrumado por la tristeza y los presagios. Poco tiempo después, el
príncipe, con sus ministros, salió a dar un paseo por el “Bosque Doliente”, donde había sido visitado por los
Arhants; y allí aparecieron, en los cielos del sur, los diversos
emblemas de la Religión Buddhistas, significando que el príncipe
estaba a punto de convertirse en un emperador mundial. En efecto,
uno tras otro, muchos reyes se sometieron a él.
Habiendo
alcanzado así las cumbres del poder terrenal y del goce sensorial.,
El Nacido del Loto comprendió la naturaleza ilusoria e imperfecta de
todas las cosas terrenales. Y recordando el Gran Renunciamiento del
Señor Buddha, anunció al Rey Padre su intención de abdicar al
trono e ingresar en el Sacerdocio. Ante la oposición del Rey Padre,
le dijo: “si tú no me permites abrazar la religión, moriré aquí
ante tu misma presencia”; y se hirió el costado derecho con una
daga, aparentemente con la intención de terminar con su vida.
Temiendo que el Príncipe cumpliera con su amenaza, el Viejo Rey
pensó: “es preferible permitirle ingresar al sacerdocio, que verlo
morir”. Ni las súplicas de los ministros de estado, ni los
especiales ruegos del amigo íntimo del Rey, “Luz Dorada”, quien
fue a propósito, mandado a buscar a Singala, ni los lamentos de las
quinientas reinas apartaron al Nacido del Loto, de su firme
resolución. Por consiguiente, se le llamó “el Irreductible Rey
Dorje”.
Del:
Libro tibetano de la Gran Liberación.
Editorial:
Kier
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi
Dawa Samdup, traductor.
El
capítulo correspondiente al: Epítome de la Vida y Doctrina del
Gran Gurú tibetano Padmasambhava.
Los
méritos son ofrecidos a todos los seres para que alcancen la
Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
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