BIOGRAFÍA del GRAN GURÚ: Nacimiento e infancia de Mandárava; Mandárava huye a la selva y logra su ordenación; Llagada de Padma e instrucción de Mandárava;Mandárava es puesta en prisión y Padma quemado en la hoguera.
Nacimiento e infancia de Mandárava.
Padma
se dirigió a la ciudad de Sahor80, al noroeste del
país de Urgyen, donde reinaba el Rey Arshasdhara. El rey tenía 360
esposas y 720 ministro de estado. Contemplando al rey y a sus
principales esposas, la Reina Haukí, mientras estaban unidos, Padma
hizo que su rayo e luz penetrara en el vientre de la reina, y
entonces ella soñó que cien soles se levantaban simultáneamente;
que el calor de esos soles abrasaba el país de Sahor, y que de la
coronilla de su cabeza brotaban una flor de turquesa. Dioses y
diosas protegieron a la reina durante su preñes. Cuando nació una
hija, ante la consternación de la corte real, la reina mandó llamar
a un yogui le mostró a la niña contándole el sueño que había
tenido. El yogui bañó en perfumes a la niña, la puso de modo que
la mitad de su cuerpo estuviera a la luz del sol y la otra a la
sombra. Después de haber examinado cuidadosamente a la niñita, el
yogui anunció que ésta poseía 32 signos de un Buddha81,
que era la hija de un dios, y que por consiguiente, no podía ser
dada en matrimonio; y que renunciara al mundo para convertirse en una
yoguini; le puso el nombre de Mandárava82.
La
niña creció rápidamente, desarrollándose en un día más de lo
que crece un niño normal en un mes. Cuando tenía trece años, era
ya considerada por todos como una diosa encarnada. Entre sus
cuarenta pretendientes reales, había príncipes chinos, y reyes
persas, hindúes y musulmanes. Cuando los rechazó a todos, el rey
le ordenó elegir a uno de ellos, en el término de tres días.
Pensando en sus vidas pasadas, la muchacha dijo al rey que debía
consagrar su vida a la religión. El rey, muy enojado ente esta
decisión, puso una guardia de quinientos sirvientes para custodiar a
la princesa, a la que prohibió que saliera del palacio, y dijo a los
guardias que los haría matar a todos, si permitían que Mandárava
se suicidara.
Los
sirvientes de la reina no habían encontrado el tipo de carne que
quería su señora; entonces ésta envió secretamente a Mandárava
para que la buscara. Como los mercados estuvieran cerrados ese día,
Mandárava no encontró la carne; por consiguiente, sacó trozos de
cadáveres de un niño, que descubrió al regresar al palacio, y se
los entregó a su madre, quien le ordenó que preparara un guiso con
ellos, y así lo hizo Mandárava. Mientras estaba comiendo el
guisado, el rey se levantó de su asiento y sintió como si pudiera
volar; y pensando que la carne era de un Bráhmin nacido siete
veces83, envió a Mandárava a recoger el resto del
cadáver. El rey formó píldoras mágicas con lo que quedaba del
cadáver, y colocándolas en una caja, enterró la misma en un
cementerio custodiado por las dakini.
80.-
Sahor (o Zahor), en el sentido de una ciudad o aldea, muchas veces se
ha pensado que podía haber estado situada en lo que es hoy Mandi, un
pequeño principado de Unjab entre los ríos Byas y Ravi, donde hay
un lago consagrado como sitio de peregrinaje hindú. Los buddhistas
tibetanos también realizaban peregrinajes al lago, considerando que
se trataba del mismo lago que milagrosamente apareció en el lugar de
la pira bajo el cual fue Padma atado a una estaca, condenando a morir
quemado, como más adelante lo muestra la narración.
81.-
Existen treinta y dos signos de potencialidades físicas, morales,
psíquicas, y espirituales del estado de Buddha, que aparecen en los
cuerpos de aquellos Bodhisattvas que pronto van a convertirse en
Buddhas.
82.-
Se dice que Mandavara, cuyo nombre completo era Mandavara Kumári
Devi, había sido la hermana del monje indio Shántarakshita, el
sacerdote de la familia de Thisrong Detsan, rey del Tíbet, quien,
por sugerencia del monje, invitó a Padmasambhava, al Tíbet para
restablecer el buddhismo. Padmasambhava convirtió a Shántarakshita
en el primer abad del Monasterio de Sámye.
83.-
Tex. Kewadun. El traductor me dijo, cuando estábamos
traduciendo este pasaje, que él recordaba haber visto cuando niño,
un trozo seco de carne que había sido llevada a su madre diciéndose
que había sido encontrada por un tertön (o descubridor de
libros y tesoros ocultos) en medio de un escondrijo de libros en el
Tíbet.
Mandárava
huye a la selva y logra su ordenación.
Acompañada
por una doncella, Mandárava huyó del palacio, a través de un
secreto pasadizo, e internándose en la jungla, se quitó sus
vestimentas de seda y sus joyas, y pidió poder convertirse en una hermana de la Orden y no en una novia. Se cortó el cabello, y
araño la cara con sus uñas, para destruir su belleza, de modo que
ningún pretendiente la deseara, y entró en silenciosa meditación.
Llena
de pena, la doncella regresó rápidamente al palacio , e informó al
rey sobre lo ocurrido. El rey despidió a los pretendientes de
Mandárava, diciéndole que ella había ingresado al sacerdocio; y
ordenando a su hija y a sus quinientas doncellas de servicio, mandó
construir un monasterio magnífico, donde las jóvenes se consagraron
a la vida religiosa.
Llagada
de Padma e instrucción de Mandárava.
Sabiendo
que había llegado el momento de instruir a Mandárava, Padma voló
sobre una nube, desde el Lago Dhanakosha, hasta el reino religioso de
Mandárava. Esta y sus compañeras, que estaban en el huerto,
contemplaron a un sonriente joven sentado en un arco iris. El aire
estaba lleno de música de címbalos y de olor a incienso. Abrumadas
por el júbilo y la admiración, Mandárava y sus compañeras se
desmayaron. Padma las revivió emitiendo rayos de luz blancos, rojos
y azules84.
Descendió al huerto y todas las religiosas se prosternaron ante él.
Luego Mandárava lo invito a que entrara al monasterio para predicar
la Doctrina.
Habiéndole
preguntado Mandárava respecto de su parentesco y país, Padma
replicó: “No tengo padre, soy un regalo del Vacío. Soy la
esencialidad de Amitábha y de Avalokiteshvara, nacido de un loto en
el Lago Dhanakosha; y puesto que soy de la esencia del Adi Buddha,
Vajradhara, y del Buddha de Bodhgaya, soy el Loto milagrosamente
producido por todos Ellos. Yo ayudaré a todos los seres. Soy el
Maestro de los Ocho Padres de la Generación de las Viaje, de los
Ocho Lugares de Residencia, de los Ocho Cementerios para la
Meditación, de las Ocho Clases de Gurús, de las Ocho Clases de
Sabiduría, de los Ocho Lámas Superiores [o Directores de la
Religión], de las Ocho Clases de Ilusión Mágica, de los Ocho Tipos
de Ropaje, de las Ocho Deidades Tántricas Difíciles de Aplacar, de
las Ocho Partes de la Mortaja Yógicas de los Cementerios, de los
Ocho [¿Acontecimientos?] Pasados y de los Ocho [¿Acontecimientos?]
Futuros, de las Ocho Clases de Error Pasado y de las Ocho Clases de
Error Futuro. He reunido todas las doctrinas de la perfección, y
conozco el pasado, el presente y el futuro, por completo. Plantaré
los estandartes de la Verdad, en las Diez Direcciones de todo este
Mundo. Soy el inigualable [Maestro] de todos”.
Padma
instruyó a Mandárava y a sus quinientas compañeras, primero en los
Tres Yogas que ellas practicaron.
84.-
El rayo rojo simboliza el principio del habla; el blanco, el
principio del cuerpo; el azul, el principio de la mente.
85.-
Estos
comprenden los sistemas Adi, Anu, Chiti del Yoga de la Escuela
Yogáchara (o Contemplativa) del Mahayána, fundada por Asanga, que
se desarrollaron en el Mantrayána, o “Sendero del Mantra”,
alrededor del año 700 d.C.
Mandárava
es puesta en prisión y Padma quemado en la hoguera.
Un
vaquero que había presenciado la llegado de Padma, y cómo las
religiosas lo habían hecho entrar en el monasterio, se acercó a la
puerta para escuchar, y luego de comprobar que el joven estaba con
las religiosas, informó que Mandárava
vivía con un joven brahmachári,
y que no era tan virtuosa como todos la habían considerado. Cuando
llego
a oídos del rey, esta acusación, ofreció una recompensa a quien
pudiera probarla; y el vaquero reclamó la recompensa. El rey ordenó
que sus soldados entraran al monasterio por la fuerza y que apresaran
al joven si es que se encontraba adentro; y así Padma fue prendido y
atado con sogas.
El
rey ordenó: “Juntad aceite de semilla de til de
todas las aldeas, y quemad al joven. Para castigar a Mandárava,
metedla desnuda en un foso lleno de espinas, y dejadla allí durante
veinticinco años. Poned una tapa sobre el foso para que ella no
pueda ver el cielo azul. Poned en prisión a las dos principales
monjas en una mazmorra. Y encerrad a todas las otras religiosas en el
monasterio de manera tal que nunca más puedan oír la voz de un
hombre.
Los
soldados se apoderaron de Padma, lo desnudaron, escupieron, golpearon
y apedrearon, y luego, sujetándole las manos a la espada, le
colocaron una soga al cuello, y lo ataron a una estaca en la
encrucijada de tres caminos. Se ordenó a 17.000 personas que
llevara cada una un pequeño haz de manera y una pequeña medid de
aceite de til. Se empapó en el aceite un largo rollo de tela negra
y se envolvió a Padma. Luego se amontonaron contra él hojas del
árbol tala y hojas de palmera. Sobre estos montículos se colocó
la madera y se volcó el aceite de semillas de til. La pira era tan
alta como una montaña, y cuando se le prendió fuego en los cuatro
extremos el humo ocultó el sol en el cielo. La
multitud se sintió satisfecha y se dispersó rumbo a sus hogares.
Se
oyó un gran grito como el de un terremoto. Todas las deidades y los
Buddhas llegaron para ayudar a Padma. Unos formaron un lago, otros
esparcieron la madera, algunos enrollaron la tela empapada de aceite,
y otros apantallaban a Padma. Como el rey viera que después de
siete días todavía salía humo de la pira, pensó para sí:
“Después de todo, este mendigo debe haber sido una encarnación; y
mandó a sus ministros a que investigaran. Ante su asombro, los
ministros vieron un lago circunvalando por un arco iris donde había
estado la pira; alrededor del lago, esparcida, toda la madera que no
se había quemado, y en el centro del lago, una flor de loto sobre la
cual estaba sentado un hermoso niño con un aura, presumiblemente de
unos ocho años de edad, con el rostro cubierto por el sudor. Ocho
doncellas con el mismo aspecto de Mandárava
atendían
al niño.
Cuando
el rey oyó el informe de los ministros, pensó que todo era un
sueño. Se dirigió al lago y caminó alrededor, frotándose los
ojos para asegurarse de estar despierto; y el niño gritó: “Oh tú,
Rey malo, que trataste de quemar al Gran Maestro del pasado, presente
y futuro, tú has venido. Como tus pensamientos están fijos en las
cosas de este mundo, no practicas religión alguna. Mandas poner en
prisión a personas, sin motivo alguno. Dominado por los Cinco
Venenos – lujuria, cólera, celos, egoísmo, pereza – haces daño.
El rey se arrepintió humildemente, y reconociendo que Padma era el
Buddha del pasado, presente y futuro, le ofreció su persona y su
reino. Aceptando el arrepentimiento del rey, Padma dijo: “No te
aflijas. Mis actividades son tan vastas como el cielo. No conozco
placer ni dolor. El fuego no puede quemar este inextinguible cuerpo
bienaventurado”.
Mandavara
no quiso salir del hoyo lleno de espinas cuando el rey envió a
buscarla. Ni siquiera cuando éste fue en persona y le explicó todo
lo que ahora sabía, la muchacha volvió al palacio. Entonces,
Mandávara cantó las alabanzas del gurú y Padma a su vez, cantó
las de ella. El rey vistió a Padma con trajes reales, le puso joyas
y un adorno en la cabeza semejante a una corona, y le entregó el
reino y a Mandárava.
Del: Libro tibetano de la Gran Liberación.
Editorial: Kier
Editorial: Kier
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
El capítulo correspondiente al: Epítome de la Vida y Doctrina del Gran Gurú tibetano Padmasambhava.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
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