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BIOGRAFÍA del GRAN GURÚ: Padma destruye a los carniceros; Padma conquista a todos los demonios..... Padma resucita a los malos espíritus asesinados....

                   Guru Rinpoche, brought Tantric Buddhism to Tibet in the 8th c.
Padma destruye a los carniceros.

     Había cierta vez en los confines de la India una aldea habitada por carniceros; y, para dominarlos y destruirlos, Padma encarnó como uno de sus hijos de nombre Kati, el Descastado Mano Perversa. Puesto que su profesión era la de carnicero, para Kati no había diferencia entre matar y devorar una bestia o un hombre; de modo que comenzó por matar a los carniceros y se comió su carne. Cuando tomó el hábito de cortarse trozos de su propia carne y comerla, la gente lo maldijo y lo echó70.
     Kati se marchó y conoció a un carnicero llamado Tunpo71, que era tan ruin como él, y le dijo: “Nosotros dos llevamos el mismo tipo de vida, y podríamos ser buenos compañeros”. Kati le dio a Tunpo arcos, flechas y cepos, y le dijo: “Ahora ponte a matar carniceros con todas tus fuerzas, que yo también, con todas mis fuerzas, enviaré sus principios conscientes a los cielos de los dioses”. De esta manera todos los carniceros fueron muertos.

60.- Puesto que todas las cosas vivientes son afines, comer la carne de los animales inferiores es, para el estricto buddhista, esencialmente lo mismo que comer la propia carne.
61.- Este nombre se refiere a un individuo de aspecto feroz que es miembro de una tribu bárbara considerada sin casta.
62.- Aunque sin duda este relato debe considerarse como una fábula legendaria para subyugar el precepto buddhista impuesto por el emperador Ashoka que prohibe, por ley, matar a seres humanos o animales, los tibetanos, que lo toman literalmente, sostienen que el Gran Gurú, al matar a los carniceros y enviar sus principios conscientes a los mundos celestiales, salvándolos así de los sufrimientos de los infiernos, a donde habrían ido si él no los hubiera matado, actuó sabia y humanamente. El texto continua diciendo que él también cerró las puertas al posible renacimiento de los carniceros a estos estados inferiores al humano.


Padma conquista a todos los demonios y a todas las deidades.

     La siguiente hazaña de Padma fue el sometimiento y conversión de heréticos y demonios, quienes juraron dar sus vidas para ayudarlo a establecer el Dharma. Padma escribió un libro acerca de cómo sojuzgar y convertir a los demonios, y lo escondió en una roca.
     Luego Padma pensó: “No puedo difundir muy bien la Doctrina y ayudar a los seres sensibles a menos que destruya antes el mal”. Regresó al Cementerio “Sándalo Frio” cerca de Bodhgaya, y allí construyó una casa de ocho puertas, con calaveras humanas y colocó dentro un trono sobre el que se sentó como un león y entró en meditación. El dios Tho.wo-Húnche63 se presentó ante Padma y rindiéndole homenaje le dijo: “¡Hum!” ¡Oh tú, el encarnado Vajra, el Poseedor de la Religión Shákya, que, como un león, estás sentado en tu trono, habiendo auto-nacido, auto-crecido, siendo el conquistador del nacimiento, la vejez, y la muerte, eternamente joven, que transciende la debilidad y penurias físicas; tú eres el Auténtico Cuerpo74. Vencedor eres tú, del demonio nacido de agregados corporales, del demonio del sufrimiento y la enfermedad, de la muerte y el mensajero del Señor de la Muerte65, y del dios de la lujuria. Oh, tú, Héroe: ha llegado para ti el momento de sojuzgar a todos estos males”.
     Entonces Padma salió de su meditación. Subiendo a la terraza, enarboló ocho estandartes de victoria, extendió piles humanas extraídas de cadáveres del cementerio, y sobre éstas bailó furiosamente, diversas danzas. Asumió una forma con nueve cabezas y dieciocho manos. Entonó mantras místicos, mientras sostenía un rosario de cuentas hechas con huesos humanos. De esta manera, sometió a todos esos demonios y espíritus malos, los mató, y se llenó la boca con sus corazones y sangre. Los principios conscientes de estos demonios fueron transmutados por Padma en la sílaba Húm, y luego hizo que Húm se desvaneciera en los muchos mundos celestiales. Por ello se le llamó, “la Esencia de Vajra”.
     Transformándose en el Rey de las Deidades maléficas, Padma, sentándose a meditar, sojuzgó a los gnomos. También puso bajo su control a todas las mujeres que hubieran roto juramentos solemnes y, destruyendo sus cuerpos, envió sus principios conscientes a los cielos del Buddha66. Entonces fue llamado “el Sojuzgador de los Gnomos”.
     Asumiendo la forma de Hayagríva, la deidad de cabeza de caballo, Padma ejecutó danzas mágicas sobre la superficie de un hirviente lago venenoso, y todos los malignos y demonios nágas que habitaban el lago se sometieron a él; y se lo nombró “el Sojuzgador de los Nágas”.
     Bajo el aspecto de otras deidades, sometió diversos tipos de demonios, como aquellos causantes de epidemias, enfermedades, obstáculos, granizo y hambre. Con la forma del Rojo Manjushri67, Padma se adueñó del control de todos los dioses habitantes de los cielos, presididos por Brahma, pronunciando sus respectivos mantras68. Y, por medio de otros aspectos y disfraces, Padma conquistó a todos los más furiosos y temibles espíritus del mal, y a veintiún mil demonios, femeninos y masculinos.
      Con el aspecto de Hala-halá69, Padma dominó a todos los buenos y malos demonios que controlan los oráculos en el Tíbet70. Con la forma del Cuerpo de los Treinta y dos maléficos Swastikas, Padma sojuzgó los nueve Planetas, el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Venus, Júpiter, Saturno, Rahu, y Khetu71, y todas las cosas bajo la influencia de los mismos. Como Yama de seis rostros, El Señor de la Muerte, Padma dominó a todos los señores de la Muerte bajo el dominio de Yama. De la misma manera, Padma conquistó a Pehar, el Rey de los Tres Reinos de la Existencia72, conquistó toda arrogancia, logró ascendería sobre Mahádeva73, Pashupati74, y demás divinidades de los Bráhmines, y también sobre las principales deidades de los Jainos. Y la divinidad Mahakála75, y diosa Remati76, y Ekadzati77, aparecieron ante Padma y lo elogiaron por haber conquistado de esa manera, a todos los demonios y dioses.

63.- Una divinidad del Orden Maléfico bajo cuya protección están colocados templo y lugares de peregrinaje.
64.- Es decir, el Cuerpo de la Verdad, el Dharmakáya.
65.- También conocido como Dharmarája, el Señor de la Verdad, Juez de los muertos, Rey de las Regiones Inferiores; y también como Yama, el Señor de la Muerte.
66.- Puesto que estas mujeres habían quebrado sus votos y, de acuerdo con la creencia tibetana, estaban destinadas kármicamente a renacer entre los gnomos, Padma les hizo inconmensurable bien salvándolas de ese destino y enviando sus principios conscientes a los reinos de Buddha.
67.- Manjushri es representado bajo muchos aspectos, y así los países donde prevalece el buddhismo del Norte, tienen su Manjushri especial.
68.- Cada cosa viviente, en todos estados de la existencia, posee una forma material acorde con determinada frecuencia de vibración. Un mántra es una sílaba o serie de sílabas de la misma frecuencia de la cosa o ser (generalmente un ser espiritual invisible, un dios o un demonio) al que pertenece; y un mago experto que conozca el mántra de cada divinidad u orden de seres inferiores puede, entonándolo adecuadamente, invocar la divinidad o dominar a esos seres inferiores.
69.- Hala-halá es una manifestación tántrica de seis rostros de Avalokiteshvara.
70.- Algunos de los demonios de este orden controlan los “espíritus médiums” oficnialmente nombrados como oráculos en el Tíbet, y se cree que son espíritus vengativos de lámas muertos que, cuando estaban encerrados habían practicado la magia negra y por lotanto se habían malogrado espiritualmente. Los tibetanos los llaman Btsan.
71.- Los Nueve Planetas están descritos en el Yoga Tibetano y Doctrinas Secretas. [este libro lo incluiré en el blog, cuando termine con la Biografía de Padmasambhava].
72.- Fue Pehar a quien Padma nombró luego divinidad guardiana del famoso Mnasterio de Sámye.
73.- Textualmente Wang-chuk Chen-po; sáns Mahádeva (“Gran Deva”) que es adorado bajo diversas formas y aspectos por los tibetanos y los hindúes, habita en el monte Kailás, la meta del Peregrinaje, en el Tíbet Oriental.
74.-Tex. Gu-lang; sáns. Pahupati; una diosa principalmente para los nepalies. Como Gulang, esta divinidad es adorada en el Tíbet por todas las madres que tiene hijos vivos.
75.- Tex. Gon-po Nag-po; sáns. Mahakála (“El Gran Negro”), o Kalanátha, (“El Señor Negro”) una forma de Shiva hindú, una de las principales divinidades tántricas de los tibetanos.
76.- Tex. Remati, una forma de Káli hindú, y una divinidad de gran importancia tanto para las escuelas reformistas (o Gelupa) y No reformistas (Ningmapa), del buddhismo tibetano omúnmente elegida como protectora por yogis muy avanzados, y que está asociada con las doctrinas tántricas secretas.
77.- Tex. Ekazati, una diosa de un sólo ojo de los cultos místicos, simbolizando ese ojo único (o no dualista) de la Sabiduría.


Padma resucita a los malos espíritus asesinados y les inculca el Dharma.

     Hasta ese momento, Padma había empleado mantras y magia para conquistar el mal; pero ahora, deseando alcanzar el Absoluto Conocimiento de la Verdad, se dirigió a Bobhgáya, para sojuzgar a todos los infieles empleando el poder de los Sutras; y allí se sentó en meditación. Pronunciando el mantra Hrí-Húm-Ah, Padma resucitó a todos los malos espíritus, nágas, y demonios que él había matado, les enseñó el Dharma, los inició78, y los obligó a servir a la causa religiosa. De retorno a Gridherakúta, para asegurarse si había algunos otros seres necesitados de especiales enseñanzas religiosas, no encontró a ninguno.
     Después de esto, predicó el Dharma, tanto esotérica como exotéricamente, a las dakini, especialmente a las cuatro principales dakini, del lago Dhanakosha donde había nacido. Vajravarahi79, junto con dichas dakini, se sometieron a él. De la misma manera, instruyó a los dioses de los Ocho Planetas.

78.- Es decir, les dio “Poder”, (text. Wang). Este mantra pertenece principalmente a Avalokiteshvara.
79.- Algunas veces los tibetanos llaman a Vajravaráhi “El Más Precioso Poder del Habla, la Energía Femenina de Todo Bien”. Su asociación, aquí presentada, con esas dakini del lago, indica que ella también pertenece al orden de las mismas.


Del: Libro tibetano de la Gran Liberación.
 Editorial: Kier
Kazi Dawa Samdup, traductor.
El capítulo correspondiente al: Epítome de la Vida y Doctrina del Gran Gurú tibetano Padmasambhava.

Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.


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