BIOGRAFÍA del GRAN GURÚ: El relato de Shákya Shrí Mitra; La derrota de los no buddhistas de Bodhgaya en controversia y magia; El casamiento del príncipe deforme.

El
relato de Shákya Shrí Mitra.
Una
breve biografía de Shákya Shrí Mitra dice así: Dharma-Bhitti,
hija del rey Dharma Ashoka, dormía en un jardín cuando soñó que
un hombre de tez blanca rodeado por arco iris, puso delante de ella
un vaso de amrita, y virtió agua bendita sobre su cabeza de modo que
ésta penetró en su cuerpo a través de la apertura de Brahma, y la
tranquilizó enormemente. Diez meses después, la joven dio a luz a un
niño. Sintiéndose sumamente avergonzada, abandonó el niño
desnudo en la arena. Un perro que pertenecía a un vasallo del rey
de Urgyen, lo encontró aún vivo, y lo llevó al rey; y el niño fue
criado en la corte real. Cuando tenía cinco años expresó su
deseo de convertirse en un bhikshu, pero siendo demasiado
joven para la ordenación, se lo envió al Monasterio de Shrí
Nalánda donde, bajo la dirección de Padma-Karpo140,
fue instruido en las Cinco Clases de Conocimientos141.
El Gran Pandit Shrí Singha nombró al joven Vimalamtra;
luego el abad de Nalanda le puso el nombre Shákya Shrí Mitras, y lo
aceptó en la compañía de quinientos pandit de Nalanda.
140.-
Probablemente el Padma-Karpo que estableció el buddhismo en
Birmania, y se convirtió en uno de los Gurús de la Escuela
Kargyupa.
141.-
Las Cinco Clases de Conocimiento son: Conocimiento de la Medicina,
Conocimiento de los Idiomas, Conocimiento de los Dialectos,
Conocimiento de las Artes Físicas y Mecánicas, y Conocimiento del
Tripitaka, que comprende como en la Escuela del Sur, las Escrituras
buddhicas.
La
derrota de los no buddhistas de Bodhgaya en controversia y magia.
Ejerciendo
su poder de presencia, Padma vio que debía retornar a Bodhgaya.
Primero se dirigió al Cementerio de Jalandhar142
para meditar. Mientras tanto un rey no buddhista conocido como “El
Semidiós Omnímodo”, habiendo reunido su ejercito, envió cuatro
sacerdotes no buddhistas superiores, cada uno acompañado por nueve
pandits
y quinientos adeptos, a Bodhgaya, para preparar el camino a la
derrota del buddhismo. Los cuatro altos sacerdotes llegaron a
Bodhgaya uno de cada punto cardinal, y desafiaron allí a los
buddhistas a un debate público diciendo: “Si sois derrotados por
nosotros, será necesario que adoptéis nuestra fe; si nosotros somos
los derrotados, nos convertiremos en buddhistas”. Los cuatro
principales eruditos buddhistas se dijeron: “Aunque podemos
derrotarlos en debate, no podremos superar sus poderes ocultos”.
Cuando
los buddhistas se reunieron en el palacio real de Bodhgaya para
discutir el próximo debate, una mujer de tez azul, con una escoba en
la mano, apareció de pronto y dijo: “Si competís con los no
buddhistas, no tendréis éxito. Sólo hay uno, mi hermano, que
puede derrotarlos”. Ellos replicaron: “¿Cómo se llama tu
hermano, y donde vive?”. Ella contesto: “Su nombre es
Padmavajra143,
y está ahora viviendo en el Cementerio de Jalandhar”. “Queriendo
saber los buddhistas cómo tenía que invitarlo, la mujer contestó:
“No podéis invitarlo. Reuníos en el Templo del Árbol Bodhi144;
haced numerosas ofrendas y oraciones, y yo iré a traerlo”.
La
extraña mujer se desvaneció tan rápidamente como había aparecido;
haciendo lo que ella les había aconsejado, los buddhistas oraron
para que Padmavajra fuera y derrotara a los no buddhistas. Al
amanecer del día siguiente, Padma llegó al palcio, descendió de las
ramas de los árboles como un enorme pájaro, y de inmediato entró
en meditación; y al mismo tiempo que Padma meditaba, los buddhistas
hacían sonar sus tambores religiosos. Mientras los tambores
sonaban,
los espías de los no buddhistas escuchaban lo que decían los
buddhistas. El espía del Este informó que los buddhistas decían
que los no buddhistas, cuyos cerebros eran como los de zorros, serían
derrotados. El espía del Sur, que los buddhistas decían, que los
partidarios de Ganesha y su ejército serían sometidos. El espía
del Oeste notificó haber oído que los perversos no buddhistas con
sus seguidores, serían aniquilados. Y el espía del Norte, que toda
la negra asamblea sería destruida.
Cuando
se levantó el sol, Padma asumió la forma de un Dharmarája y voló
por encima de Bodhgaya. Al contemplar esta manifestación de su
poder mágico, el rey dudó de su capacidad intelectual y le dijo:
“Oh, tú, simple niño de ocho años, que pretende ser un pandit;
tú
no eres capaz de derrotar a los no buddhistas”. Padma replicó:
“Oh, mi señor, yo soy un hombre de tres mil años; ¿quién dice
que yo sólo tengo ocho años? ¿Quién es el imprudente que presume
poder competir conmigo?.
El
rey no respondió, pero al decirle a los no buddhistas cuales habían
sido las palabras de Padma, aquellos pidieron: “Oh rey, sé bueno y
haz que ahora mismo comparezca ese monje inferior que nos hizo poner
los pelos de punta esta mañana. Si no lo sometemos nuestra religión
puede sufrir”.
Luego
se reunieron todos los mayores eruditos no buddhistas, poseedores de
poderes mágicos. Padma emanó cuatro personalidades parecidas a su
propia personalidad, una en cada punto cardinal, mientras él mismo
permanecía en meditación; y esas cuatro personalidades debatieron
los temas religiosos con los cuatro no buddhistas. Los buddhistas,
al ver que ganaba su doctrina, aplaudieron, gritando que los no
buddhistas estaban derrotados. Los buddhistas también resultaron
victoriosos en la
prueba de realización de milagros, que se efectuó luego.
En
la siguiente competencia, consistente en producir fuego mágico, los
no buddhistas fueron mejores por diez llamas; y cuando los no
buddhistas estaban aplaudiendo, Padma gritó: “¡Esperad! ¡Esperad!
Entonces, colocando su mano sobre el suelo hizo brotar una flor de
loto, y de ésta surgió una llama
que alcanzó el otro extremo del mundo. Así, los cuatro sacerdotes
principales de los no buddhistas, con unos pocos adeptos, volaron al
cielo. Padma los apuntó con el dedo, y el fuego rodeó a los no
buddhistas. Llenos de miedo, descendieron a sus lugares, gritando a
Padma: “Nos has derrotado, tanto en argumentación, cuanto en
magia; prepárate a morir dentro de siete sías”. Yéndose a la
selva, los no buddhistas practicaron magia negra para matar a Padma.
Todos los quinientos adeptos, que quedaron atrás, abrazaron el
buddhismo145.
Luego
Padma hizo ofrendas de agradecimiento a las dakini.
Al siguiente amanecer, apareció la dakini
llamada “Subyugadora del Mal” y le entregó una caja de cuero
sujeta por clavos de hierro, diciéndole: “Derrota a los demonios y
a los no buddhistas”: al abrir la caja, Padma encontró en ella
manuscritos de las doctrinas secretas que explicaban cómo producir
rayos, truenos, y granizo en siete días de adecuadas ceremonias
mágica146.
Tan
pronto los cuatro sacerdotes no buddhistas hubieron completado los
ritos mágicos destinados a provocar la muerte de Padma, y retornando
a su ciudad natal, surgieron truenos y rayos que los mataron,
incendiando la ciudad y provocando la muerte de todos sus habitantes.
Padma
subió al techo del palacio de Bodhgaya y poniendo en práctica su
poder de rugir como un león, atemorizó a tal punto a todos los no
buddhistas, que éstos decidieron abrazar la Doctrina. Desde el
techo del palacio se oyeron los tambores, gongs y caracolas
religiosas. Los principales buddhistas llevaron en andas a Padma y
le pusieron por nombre, “El Más Poderoso León Rugidor147”.
Los reyes de los países limítrofes invitaron a Padma a sus
respectivos reinos, y el buddhismo se difundió ampliamente. Los no
buddhistas convertidos de Bodhgaya lo llamaron “el Victorioso
Todopoderoso”.
142.-
En
Jalandhar, al norte de la India, alrededor de finales del primer
siglo d.C.
bajo los auspicios del rey Kanishka, se llevó a cabo el gran
concilio del “Norte” y el buddhismo del “Sur”. En la
actualidad, el buddhismo del Sur prevalece en Ceilán, Birmania y
Camboya, y el Norte en el Tíbet, Sikkim, Nepal, Ladak, Mongolia,
Tartaria, China y Japón.
143.-
Que significa “Loto de Diamante” (o Indestructible, o
Diamantino). La extraña mujer era una dakini
disfrazada.
144.-
Se refiere al templo de Bodhgaya, constituidor junto al Árbol Bodhi,
bajo el cual Gautama alcanzó la condición de Buddha.
145.-
De manera similar, sobre la Colina de Tara, en Irlanda, San Patricio y
los druidas, compitieron en presencia del rey islandés, en producir
fuego mágico, y otros fenómenos aquí descritos; y habiendo
triunfado, San Patricio convirtió a los paganos irlandeses al
cristianismo, igual como Padma convirtió a los no buddhistas al
buddhismo.
146.-
También Milarepa estudió estas doctrinas secretas y las practicó.
147.-
Text.: Phak-pa
Senge Dradog “Arya (o Sumamente Glorificado) El
León Rugidor”. Anteriormente
Padma recibió una denominación semejante, pero de valor inferior,
Senge Dradog.
El
casamiento del príncipe deforme.
En
el país no buddhista de Ser-ling, le había nacido al rey un
príncipe deformado. El rostro del niño era huesudo, de color
azulado y muy feo; tenía un ojo ciego, pierna izquierda tullida, la
mano derecha agarrotada, y todo el cuerpo exudaba un olor
desagradable a piel podrida. Avergonzados del niño, el rey y la
reina lo tenían escondido en el palacio. Cuando el príncipe creció
y quiso casarse y vivir como un hombre común, los padres le dijeron:
“Eres demasiado deforme y feo; ninguna novia querrá casarse
contigo. Sería mejor que ingresaras al Sacerdocio y que nos
permitieras proporcionarte todo cuanto necesites”: el príncipe
replicó: “La religión es vacía por dentro y lujosa por fuera.
Si vosotros, mis padres, no me procuráis una novia, prenderé fuego
al palacio y entonces me mataré o mataré a ambos”.
Habiéndose
apoderado de una antorcha encendida, el príncipe se abalanzó sobre
el rey y la reina; atemorizados por el príncipe, lo casaron con la
princesa del rey de Baidha, abandonaron el palacio y vivieron aparte
de su hijo. La princesa demostró un disgusto tan grande hacia su
real marido que éste temió que la muchacha huyera.
Sentado
en meditación, Padma vio los problemas de la pareja
recién casada. Dirigiéndose al patio del palacio exhibió sus
poderes mágicos, haciendo aparecer a muchos hombres y mujeres
bailando, adornados con huesos humanos . La princesa quiso salir a
ver el espectáculo mágico, pero el príncipe no se lo permitió.
Mirando por una ventana, la princesa vio a Padma y exclamó: “¡Oh,
si tan sólo pudiera tener un marido como ese hombre, qué feliz
sería!”
Oyéndola,
Padma replicó: “Si una mujer casada ama a otro hombre, sufre tal
angustia en su corazón, que los dos no pueden ser compañeros. Si
un hombre ama a una mujer [contra la voluntad de ella]148
resulta un daño, como el que provocan los malos espíritus, que no
permite el compañerismo de la pareja. Si marido y mujer son
socialmente desiguales, surge la falta de respeto, como el atributo a
Ara149, que también impide el compañerismo.
El
príncipe y la princesa se sintieron tan profundamente afectados por
estas sentencias que se dirigieron a Padma e inclinándose ante él
le dieron ofrendas, y abrazaron el buddhismo. Recordando el rey las
anteriores hazañas que Padma realizara en el país de Baidha, se
disgustó mucho y dijo: “Este miserable mendigo mató a mi
sacerdote y destruyó mi palacio”. Entonces Padma fue apresado y
colocado en medio de un cerco de ladrillos encima de cual se
colocaron fardos de paja a los que se prendió fuego. A la mañana
siguiente, en el lugar donde Padma había sido encerrado y rodeado de
fuego, apareció una stúpa de oro. El rey, la reina y todos
sus súbditos hicieron público arrepentimiento y se convirtieron en
buddhistas.
148.-
Estas dos interpolaciones son necesarias para dar el sentido que
tiene para los tibetanos, las palabras de Padma tienen aquí el
carácter de reprimenda a la princesa por expresarle su amor hacia
él, y al príncipe por vivir con la princesa contra su voluntad.
149.-
Ara fue un famoso bandido que no respetaba a nadie, ya fuera
de casta superior o inferior.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
El capítulo correspondiente al: Epítome de la Vida y Doctrina del Gran Gurú tibetano Padmasambhava.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
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