BIOGRAFÍA del GRAN GURÚ: La adjudicación formal del nombre Padmasambhava; El niño bráhmin que se convirtió en rey de Bodhgaya; Más hazañas de Padma.
La adjudicación formal del nombre Padmasambhava.
Después
de esto, Padma predicó el Dharma a dioses, nágas, dakini,
y demonios, en sus idiomas y reinos respectivos; y también a los
hombres de diversas partes del mundo humano; China, Assam, Ghasha150,
[cerca de Simla], toda la India y Persia. Levantó muchos templos y
monasterios, 824 de ellos, en el Tíbet. En Devachén, el
cielo de Avalokiteshvara151, construyó una stúpa
de cristal. Por haber hecho todas estas cosas, se le dio el nombre
de Padmasambhava.
150.-
O Gharsha (Gharsha- kha-dó-ling, “País de las Dakini”). La
actual Lahoul, sobre Kulu.
151.-
Siendo Avalokiteshvara el vástago espiritual de Amitábha, el Buddha
de la Luz Infinita (o Inconmensurable) habita en el palacio
Occidental de Amitábha, conocido por los tibetanos como Devachén
(“Comarca de los Devas”) y en sánscrito como Sukhavatí
(“Reino de la Felicidad”). Para el piadoso buddhista Mahayána
que está muy por debajo del grado evolutivo del estado de Buddha,
Sukhavatí es el mundo celestial en el que aspiran a vivir
durante el intervalo de dos encarnaciones. Sukhavatí se
alcanza como resultado kármico de servicio altruista hecho en
nombre de Amitábha y de Avalokiteshvara y del todo bondadoso
bodhisattva que ha renunciado al derecho de entrar en Nirvana, para
ayudar a guiar a la humanidad hacia la Gran Liberación. Para apelar
directamente a Avalokiteshvara se utiliza su mantra: ¡Om Mani
Padme Húm! (¡Om! ¡La Joya en el Loto! ¡Húm!).
Esotéricamente
se dice que Amitábha, el cuarto de los cinco Buddhas de la
meditación [Dayana], representa la Esencia Buddha innata en el
hombre, y que nacer en su paraíso implica el despertar de esta
Esencia Buddha; y que Avalokiteshvara, el reflejo bodhisáttvico
celestial de Amitábha, es la “personificación de la energía
cósmica autogenerativa”, siendo el Om (o Aum) de su
mantra su símbolo (Cf. Breve Glosario de Términos Buddhistas,
por la Logia Budista de Londres, 1937, pag. 8, 14).
Así,
el Mahayána consiste en tres senderos. El primer Sendero,
transitado por la multitud no evolucionada, conduce al más elevado
de los paraísos. Un segundo Sendero, el de los Buddhas Pratyeka
(es decir, el autodesarrollado, o solitario autodidacta), conduce al
Nirvana. El tercero y más glorioso Sendero es el de los
Bodhisattvas, que conduce al Perfecto estado de Buddha. En el primer
Sendero, el aspirante practica la piedad; en el segundo, la
filosofía; en el tercero, los Seis Paramitas (o Virtudes
Transcendentales), y, postergando su propia entrada en Nirvana, el
Estado Supra-sangsárico, se dedica a enseñar al mundo sufriente
los medios de atravesar, sobre el navío del Dharma, el Mar de la
Existencia Sangsárica, hasta alcanzar la otra orilla.
El
niño bráhmin que se convirtió en rey de Bodhgaya.
Mientras
se hallaba sentado en meditación en el cielo de Avalokiteshvara,
Padma percibió que Bodhgaya había sido tomada y saqueada por un rey
no buddhista llamado “Vishnu de los Nágas”. El templo y el
palacio habían sido reducidos a ruinas; los monjes habían sido
obligados a realizar trabajos terrenales, y el pueblo sufría
muchísimo debido a la tiranía del rey. Padma previó que el hijo
de la de hija de un cierto bráhmin, y un pez, estaban destinados a
vencer a dicho rey.
Cierto
día, la hija de este bráhmin estaba cuidando de su rebaño cuando
sobrevino una lluvia. La joven se protegió en una cueva y luego se
quedó dormida. Soñó que Padma, como un hermoso joven, aparecía y
cohabitaba con ella y la iniciaba. Después de algunos días, la
muchacha le contó el sueño a la esposa de su hermano, diciéndole
que se hallaba preñada y que quería matarse. El hermano, al oir
esto, dijo que él cuidaría del niño; y entonces la joven dio a luz
un varón. El astrólogo de la familia declaró que ese niño había
nacido bajo un signo favorable. El nombre que se le puso fue el de
“Sambhára de la Esencia del Tiempo”.
Cuando
el muchacho tenía alrededor de ocho años, le preguntó a su madre:
“¿Quién fue mi padre?”. La madre lloró y dijo: “No tienes
padre”. Entonces el niño preguntó: “¿Quién es el rey de este
país, y quién es su sacerdote [o gurú]?”. La madre replicó:
“Se llama Vishnu de los Nágas y tiene muchos sacerdotes no
buddhistas”. El muchacho dijo: “No es justo mantener a un hijo
que no tiene padre”. Por lo tanto, permíteme que vaya a
Bodhgaya”.
El
niño se dirigió a Bodhgaya, y trató de entrar a un monasterio no
buddhista pero, siendo demasiado pequeño para ser admitido, encontró
empleo en la cocina de rey.
Como
el rey tenía la costumbre de comer pescado crudo, el niño se
transformó en pez e un río, del que un pescador lo pescó dándoselo
a comer al rey. Estaba el rey a punto de morder un trozo del pez,
cuando éste, soltándose, se introdujo en su estómago produciéndole
un terrible dolor. Cuando fueron llamados a palacio para prestar
ayuda, todos los sacerdotes, el, muchacho reapareció bajo su aspecto
natural, y aprovechando la confusión, prendió fuego al palacio,
abriendo en seguida las ventanas y bloqueando las puertas; entonces
murieron todos cuanto estaban dentro. Luego el niño se dirigió a
la ciudad de Sahor, y fue ordenado sacerdote buddhista, alcanzando
muchas perfecciones espirituales.
Una
vez más, Bodhgaya se encontraba bajo control de los buddhistas,
quienes decidieron reconstruir el Templo y el antiguo palacio, y
restablecer la ley buddhista. Durante un año entero se buscó a
alguien apropiado para ser el rey, pero no fue posible hallarlo.
Asumiendo
el aspecto de un mendigo, el muchacho se encaminó al mercado y se
sentó allí. Ese mismo día, la expedición de buddhistas que
estaban buscando un candidato adecuado para reinar, tomaron un
elefante del mercado y anunciaron que aquél hacia el cual se
dirigiera el animal y le ofreciera un vaso como corona, sería
considerado el rey. Dejando en libertad al elefante, éste corrió
derecho hacia el niño con la trompa y la cola extendidas, y colocó
el vaso sobre su cabeza. El muchacho se transformó así en el rey
de Bodhgaya.
Más
tarde, cuando el muchacho encontró a su madre, ésta se negó a
creer que él, el rey, fuera su hijo, diciendo que éste había
muerto en el último incendio de Bodhgaya. El rey rogó que
apareciera un pez debajo de una tabla de madera, diciendo a su madre:
“Si se me concede este ruego, debes creer que soy tu hijo”.
Apareció el pez debajo de la tabla y entonces la madre de creyó.
Bajo el gobierno de este virtuoso rey buddhista, “Sambhára de la
Esencia del Tiempo”, la Fe se difundió y el país prosperó.
Más
hazañas de Padma.
Padma
volvió a visitar Bodhgaya, santificó el templo y el palacio
reconstruidos; hizo construir muchas stúpas y rescribir las
perdidas escrituras, y reavivó la Fe en general. También se
dirigió al país de la asafétida en Khoten, donde permaneció 200 años y estableció las
formas Sutra, Mantra y Mahayána del buddhismo152.
Luego marchó a una montaña en la frontera entre India y Nepal, y
entró en meditación. Aparecieron unos cazadores con perros
ladrando, y Padma interrumpió mágicamente los ladridos.
Sobrecogidos por el miedo, los cazadores informaron acerca de esto al
rey, y éste ordenó que Padma abandonara el lugar.
152.-
Khoten, o Turquestán Oriental, según recientes investigaciones
arqueológicas, fue en otro tiempo un floreciente centro del
buddhismo Mahayána; y es comercialmente notable por su producción
de asafética, que los tibetanos emplean en el tratamiento de
resfriados y “soplos” del corazón.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
El capítulo correspondiente al: Epítome de la Vida y Doctrina del Gran Gurú tibetano Padmasambhava.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
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