Y. T. y D. S. -- LIBRO I -- * LAS DIEZ COSAS EN LAS QUE UNO NO YERRA. * LAS TRES FALTAS GRAVES. * LAS QUINCE DEBILIDADES. * LAS DOCE COSAS INDISPENSABLES.
XII. LAS DIEZ COSAS EN LAS
QUE UNO NO YERRA.
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Uno no yerra, al liberarse del apego a todos los objetos y ordenarse bhikshu12 de la Santa Orden, abandonando el hogar e ingresando en un estado de exclusión.
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Uno no yerra, reverenciando al propio maestro espiritual.
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Uno no yerra, estudiando íntegramente la Doctrina, oyendo los discursos que se le refieren, y reflexionando y meditando sobre ella.
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Uno no yerra, al alimentar aspiraciones y una conducta humilde.
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Uno no yerra, abrigando opiniones liberales [en cuanto a religión] y, con todo, siendo firme en el cumplimiento de los votos [religiosos formales].
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Uno no yerra, al tener grandeza de intelecto y pequeñez de orgullo.
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Uno no yerra, siendo rico en doctrinas religiosas y diligente en la meditación.
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Uno no yerra, teniendo profundo conocimiento religioso, combinado con erudición de cosas espirituales y ausencia de orgullo.
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Uno no yerra, pasando toda la vida en soledad [y meditación].
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Uno no yerra, al consagrarse desinteresadamente a hacer el bien a los demás, por medio de sabios métodos.
Estos son Las Diez Cosas
en las que Uno no Yerra.
12.- Bhikshu (sánscrito)
→ Bhikkhu (Pali); miembro dela Sangha, Orden budista
de quienes han hecho voto al Sendero de la Renunciación Mundana.
XIII. LAS TRES FALTAS
GRAVES.
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Si, tras un nacimiento humano, uno no presta atención a la Santa Doctrina, se parece al hombre que vuelve con las manos vacías de una tierra en piedras preciosas; y ésta es una falta grave.
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Si, tras haber cruzado la puerta de la Santa Orden, uno vuelve a la vida doméstica, se parece a la polilla que se hunde en la llama de la lámpara; y ésta es una falta grave.
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Morar con un sabio y quedar en la ignorancia es parecerse a un hombre que muere de sed a la orilla de un lago; y ésta es una falta grave.
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Conocer los preceptos morales y no aplicarlos, para la cura de las oscuras pasiones, es parecerse al hombre enfermo que lleva consigo un bolso con medicamentos que nunca usa; y ésta es una falta grave.
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Predicar la religión y no practicarla, se parece al loro que recita una plegaria; y ésta es una falta grave.
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La limosna y la caridad ejercidas con cosas obtenidas mediante hurto, robo, o engaño, se parece al rayo que golpea la superficie del agua; y ésta es una falta grave13.
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Ofrecer a las deidades comida obtenida mediante la matanza de seres animados, se parece a ofrecer a la madre la carne de su propio hijo14; y ésta es una falta grave.
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Ejercitar la paciencia con mera finalidad egoísta antes que para hacer el bien a los demás, se parece al gato que ejercita la paciencia para matar a la rata; y ésta es una falta grave.
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Mentir con fines de logar mera fama y elogio en este mundo, se parece a canjear la piedra15 mística que concede los deseos por una bola de excremento de cabra.
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Si tras haber oído mucho con respecto a la Doctrina, la naturaleza todavía no está a tono, uno se parece a un médico con enfermedad crónica; y ésta es una falta grave.
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Ser talentoso con respecto a los preceptos e ignorante de experiencias espirituales que derivan de su aplicación, es parecerse al rico que perdió la llave de su tesoro; y ésta es una falta grave.
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Intentar explicar a los demás las doctrina que uno mismo no ha dominado por completo, se parece al ciego que guía a otro ciego; y ésta es una falta grave.
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Sostener que las experiencias resultantes de la primera etapa de la meditación es la etapa final, se parece al hombre que confunde bronce con oro; y ésta es una falta grave.
Estas son Las Trece
Faltas Graves.
13.- De acuerdo con este símil,
el rayo que golpea el agua fracasa en su verdadera finalidad, que
consiste en incendiar algún objeto inflamable, al igual que la
limosna y caridad efectuada con cosas obtenidas por medios
deshonestos.
14.- Todas las cosas vivientes
son partes inseparables del Todo Único, de modo que cualquier herida
o sufrimiento infligido al microcosmos afecta al macrocosmo. Aquí
los Sabios Kargyüpas prueban estar en lo cierto con respecto a la
gran doctrina compasiva de ahimsa (o “no herir”), que acentúa el
hinduismo, el budismo, el jainismo, el taoísmo y el sufismo.
15.- La piedra que concede los
deseos, del mito oriental, conocida en sánscrito como la Cintamani,
al igual que la mágica lámpara de Aladino, concede cualquier deseo
que si poseedor formule.
XIV. LAS QUINCE
DEBILIDADES.
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Un devoto religioso nuestra debilidad, si permite que su mente se obsesione con pensamientos mundanos mientras se encuentra en soledad.
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Un devoto religioso que es jefe de un monasterio muestra debilidad si busca su propio interés [antes que el de su congregación]
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Un devoto religioso nuestra debilidad, si es cuidadoso en la observancia de la disciplina moral pero escaso de limitación moral.
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Se hace patente la debilidad en quien entró en el Correcto Sendero para adherirse a sentimientos mundanos de atracción y repulsión.
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Se hace patente la debilidad en quien renunció a la mundanalidad y entró en la Santa Orden para mostrarse deseoso de obtener mérito.
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Se hace patente la debilidad en quien alcanzó un vislumbre de la Realidad para fallar en su perseverancia en la sadhana [o meditación yoga] hasta la alborada de la Iluminación Plena.
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Se hace patente la debilidad en quien es devoto religioso para entrar en le Sendero y luego resulta incapaz de recorrerlo.
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Se hace patente la debilidad en quien no tiene otra ocupación que la devoción religiosa y es incapaz de erradicar de sí mismo las acciones indignas.
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Se hace patente la debilidad en quien ha elegido la carrera religiosa vacilando en entrar en retiro, sabiendo muy bien que la comida y todo lo necesario se le proveerá sin que lo pida.
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Un devoto religioso que exhibe los poderes ocultos cuando practica el exorcismo o elimina enfermedades, muestra debilidad.
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Un devoto religiosos muestra debilidad si permuta las verdades sagradas por comida y dinero.
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Quien se ha consagrado a la vida religiosa muestra debilidad si astutamente se alaba mientras minimiza a los demás.
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Muestra debilidad el hombre religioso que predica elevadamente a los demás mas no guarda una vida acodere.
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Muestra debilidad quien profesa la religión y es incapaz de vivir en soledad en su propia compañía e incluso no sabe cómo ser agradable con los demás.
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El devoto religioso muestra debilidad si no es indiferente a la comodidad y a la penalidad.
Estas son las Quince
Debilidad.
XV. LAS DOCE COSAS
INDISPENSABLES.
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Es indispensable tener un intelecto capaz de comprender y aplicar la Doctrina a las propias necesidades.
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En el preciso momento de empezar [la propia carrera espiritual] es indispensablemente necesario tener el más profundo rechazo hacia la interminable secuencias de muertes y reencarnaciones.
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Un gurú capaz de guiarte por el Sendero de la Emancipación es también indispensable.
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Son indispensables las diligencias combinadas con la fortaleza y la invulnerabilidad a la tentación.
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Son indispensables la incesante perseverancia en neutralizar los resultados de las malas acciones, mediante el cumplimiento de otras buenas, y el cumplimiento del triple voto, de mantener la castidad corporal, la pureza mental, y el control verbal.
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Es indispensable una filosofía lo suficientemente vasta como para abarcar todo el conocimiento.
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Es indispensable un sistema de meditación que produzca el poder de concentrar la mente sobre cualquier cosa que sea.
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Es indispensable un arte de vivir que capacite a cada uno para emplear cada actividad [del cuerpo, de la palabra y de la mente] como una ayuda en el Sendero.
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Es indispensable un método para practicar las selectas enseñanzas que las convierta en algo más que meras palabras.
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Son indispensables especiales instrucciones [mediante un sabio gurú] que capaciten a uno a evitar perderse en el camino, las tentaciones, las trampas y los peligros.
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Fe firme, combinada con serenidad extraordinaria de la mente, son indispensables en el momento de la muerte.
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Como resultado de haber prácticamente aplicado las selectas enseñanzas, es indispensable el logro de poderes espirituales capaces de transmutar el cuerpo, la palabra y la mente en sus divinas esencias.
Estas son las Doce Cosas
Indispensables.
16.- Como directo resultado de
la aplicación práctica de la Doctrina, el devoto ha de alcanzar el
espiritual poder yoga en el que el burdo cuerpo físico se
transmuta en el cuerpo radiante de gloria, también llamado en
nuestros textos “el cuerpo del arco iris”; y la equivocada
palabra humana en la infalible palabra divina, y la no iluminada
mente humana en la supramundana mente de Buda.
XVI. LOS DIEZ SIGNOS DE UN
HOMBRE SUPERIOR.
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Tener poco orgullo y envidia, es el signo de un hombre superior.
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Tener escaso deseos y contento por las cosas simples, es el signo de un hombre superior.
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Carecer de hipocresía y engaños, es el signo de un hombre superior.
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Regular la propia conducta de acuerdo con la ley de causa y efecto tan cuidadosamente como uno cuida las niñas de sus ojos, es el signo de un hombre superior.
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Ser fiel a los propios compromisos y obligaciones, es el signo de un hombre superior.
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Ser capaz de mantener vivas las amistades al tiempo que uno [simultáneamente] completa a todos los seres con imparcialidad, es el signo de un hombre superior.
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Mirar con piedad y sin ira a quienes viven malvadamente, es el signo de un hombre superior.
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Ceder a otros las victorias, tomando para uno mismo la derrota, es el signo de un hombre superior.
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Diferir de la multitud en todo pensamiento y acción, es el signo de un hombre superior.
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Observar fielmente y sin orgullo los propios votos de castidad y piedad, es el signo de un hombre superior.
Estos son Los Diez Signos
de Un Hombre Superior. Sus opuestos son Los Diez Signos de Un Hombre
Inferior.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
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