YOGA TIBETANO y DOCTRINAS SECRETAS. LIBRO II. LA SEGUNDA de las PRÁCTICAS ORDINARIAS: EL YOGA de la NO-MEDITACIÓN. Resumen de la enseñanzas. Aquí concluye la Parte II: El Tópico Esencia. PARTE II: CONCLUSIÓN. Reconocimiento del Gran Símbolo; y de los cuatro logros yóguicos. Análisis de impedimentos y errores a reconocer el camino. Diferencia de las experiencias entre el conocimiento práctico y el teórico. COLOFÓN
[LA SEGUNDA de las
PRÁCTICAS ORDINARIAS:
EL YOGA
de la NO-MEDITACIÓN]
119) Luego sigue la práctica
del Yoga de la No-Meditación, en la que todas las cosas se
transmutan en el Dharmakáya [o cuerpo de la verdad], por la
simultáneamente nacida mente inmaculada [o Gran Símbolo]:
Cuando la ignorancia, que
ha de vencerse, se diluyó,
esfuerzo por vencer cesa,
y camino llega a término y
se completa el viaje.
Habiendo cesado el viaje,
ya no queda por explorar
sitio alguno más allá
del término; y uno obtiene el
Supremo Don del Gran
Símbolo, el No-habitado
estado del nirvana115.
115.- Texto:
Mingas-pahi-mya-ngan-las-hdas-pa; Mingas-pahi =
“no-habitado”; mya-ngan-las-hdas-pa = que traspasa el
sufrimiento”, que es la aceptado visión tibetano de la palabra
sánscrita Nirvana. El camino a través del Sangsára concluye con
la realización del Nirvana. Ya no queda lugar por explorar más
allá del Nirvana, pues éste no es un lugar sino un estado de la
mente. Existe, sin embargo, de acuerdo con el budismo mahayánico,
como ya se afirmó, progresión evolutiva sin término; de modo que
el Nirvana ha de considerarse como casa-de-descanso espiritual en el
camino real a través de la eternidad. Para los plenamente
iluminados no existe linea demarcatoria entre Sangsára y Nirvana.
Ellos viven en ambos estados, y para ellos ningún estado es
permanente o fijo. Si el Nirvana fuese un estado permanente, vale
decir, un estado final, como el cielo de las creencias semíticas,
más allá de El no sería posible un ulterior progreso evolutivo.
Los grandes y bodhisattvas,
como se explicó antes, renuncian a su derecho a pasar a una
evolución aun superior y se quedan en el camino para el bien de
todos los seres sensibles. Son estas fuerzas búdicas, de esa manera
activas en el cosmos, las que poco a poco, a través de las edades,
modifican la tosquedad de la naturaleza no-iluminada; y, mediante su
amor y compasión que todo lo abarcan conducen a la humanidad, paso a
paso, hacia un perfeccionado orden sobre la tierra. Podemos
visualizar la persona experta por la experiencia, habrán conquistado
al mal transmutándolo en bien, habrán disipado la ignorancia con la
luz de la sabiduría divina, y transformando así el cosmos para que
el Sangsára y el Nirvana realmente estén en la unicidad. Entonces
toda cosa viviente habrá alcanzado la meta del Gran Símbolo, y
habrá culminado por siempre el viaje a través del cosmos: se habrá
ingresado en el camino de la evolución superior, hacia la meta que
se halla absolutamente más allá de la concepción de la mente
finita.
[Resumen de la enseñanzas]
120) En las versiones
completas de la Transformación116
[Naropa cita de esta manera a su ilustre gurú Tilopa]:
“¡Salve! Esta es la
Sabiduría del Intelecto de quien se conoce a sí mismo;
No lo puede describir
la palabra, y no se trata de un objeto de la mente.
Yo, Tilopa, [más allá
de esto] nada [más] tengo que revelar.
“Actuá de forma tal
que te conozcas por medio de símbolos en tu propia mente117,
sin imaginación, sin
deliberación, sin análisis,
sin meditación, sin
introspección; manteniendo la mente en su estado natural”.
Aquí, en estos versos, se
halla contenida la esencia de todo lo que fue antes.
[Aquí concluye la Parte
II: El Tópico Esencial].
116.- Este se refiere a un
tratado, en tibetano, concerniente al método yóguico de
trasformar el cuerpo y transferido, junto con el principio de la
conciencia, a otros plano de la existencia. El título completo del
tratado es: La Trascendental Doctrina del Señor Naropa llamada “La
Gran Carroza para Entrar en el Camino Sublime, Guía para la
Transformación y Transferencia” Nuestra cita describe el
estado del Yogin perfeccionado que ha dominado el Yoga del
Gran Símbolo. Los Libro III y IV, que siguen, presenta la esencia
de esta Doctrina de Naropa en relación con la trasferencia del
principio de la conciencia.
117.- Esto se refiere a
aquellas doctrinas transmitidas en su totalidad por medio de símbolos
y en las que el yogin presumiblemente ha sido iniciado, de
manera que, por lo tanto, se han convertido en parte de su contenido
mentel. Incluso en el sufismo islámico se ha desarrollado un método
similar de instrucción: “Al principio, dice el místico Khaja,
la doctrina del Tasawwuf se enseñó mediante signos, de modo
similar a como en la actualidad se encara su parte oculta. Los
adeptos podían hablarse mediante signos son proferir palabra”. Y
el Tasawwuf, que primeramente consiste en oir y
observar las enseñanzas del Shariat, o canon del Islam, y en
segundo lugar, en meditar sobre ellas, corresponde a los dos primeros
pasos del yoga budista, a saber, oír el Dharma, y sopesarlo.
PARTE III: CONCLUSIÓN
121) La Parte III, conclusión,
consiste en el reconocimiento del Gran Símbolo, y en la ubicación
de uno mismo frente a frente con El118,
en el análisis de los impedimentos [u obstáculos] y errores [o
descarríos de la verdad] al recorrer el camino; en la
indiferenciación de las experiencias, y conocimientos práctica [o
convicciones resultantes de las prácticas yóguicas]
partiendo del conocimiento teórico [o mera comprensión mental de
definiciones verbales].
118.- Esto equivale a decir que
debe haber no sólo comprensión, o reconocimiento, menta, de las
enseñanzas, sino también trascendental captación.
[Reconocimiento del Gran
Símbolo;
y de los cuatro logros
yóguicos]
122) En el primero,
reconocimiento del Gran Símbolo, y ubicación del uno mismo frente a
frente con El, el proceso es [cuádruple]: alcanzar el estado de
quietud119;
utilizar las experiencias en el camino; diferenciar las diversas
experiencias, y el grado de devoción, y las etapas alcanzadas en el
camino120;
poseer el conocimiento de haber concentrado os frutos de estos
logros.
Estas constituyen las
cuatro clase de logro yóguico.
119.- Lit.: “Establece el
cimiento”. Es sobre el estado de quietud, como sobre un cimiento,
que el yogin debe construir.
120.-
En
cierta etapa de las prácticas yóguicas,
el yogin
experimenta cuatro grados complementarios de fervor llamados:
“calor”, “clímax”, “fortaleza” y lo “mejor de la
verdad”. El primer grado, el “calor”, se llama así porque se
asemeja al fuego que consume las nociones vulgares concernientes a
los fenómenos y a la mente, ayudando al yogin
a percibir la verdad. Es asociado con la experiencia de la primeros
vislumbres de a realidad. El segundo grado, el “clímax”, es el
clímax de los vislumbres, que precede al más pleno amanecer de la
realidad. La luz de la verdad disipa la oscuridad del anoche de la
ignorancia. Tras esta etapa, no puede surgir duda no incertidumbre
en relación con el camino, ahora iluminado con la sabiduría divina.
Luego con “fortaleza”, el caminante avanza hasta alcanzar lo
“mejor de la verdad”, el nirvana.
[Análisis de impedimentos
y errores a reconocer el camino]
123) En el segundo análisis
de impedimentos121
y errores al recorrer el camino, el proceso es el siguiente:
Los impedimentos que
surgen de los fenómenos volviéndose hostiles [o mentalmente
perturbadores o desconcertantes] se eliminan mediante el conocimiento
de la unidad de los fenómenos y la mente. Los impedimentos que
surgen de pensamientos que se tornan hostiles se eliminan mediante el
conocimiento de la unidad de los pensamientos y el cuerpo de la
verdad [o Dharmakáya122].
Los impedimentos que surgen de lo pensado que se vuelven hostiles
se eliminan mediante el conocimiento de la unidad de lo pensado y los
fenómenos.
124) Los tres errores que
surgen de la afición excesiva hacia la quietud que nace de la
meditación123
han de vencerse [o evitarse] dirigiendo el propio desarrollo
espiritual hacia el estado en el que se experimenta la Visión: la
Visión Trascendental124.
125) Hay cuatro estados en los
que uno puede perderse en el camino:
El perderse en el estado
de Vacío, se vence meditando sobre el Vacío como si fuese
compasión125.
El perderse en el estado de cerrar126
[la mente al ulterior ingreso de la verdad] se vence comprendiendo la
verdadera naturaleza de las cosas como son. El perderse en el estado
de “Impedidor” [que procura impedir el surgimiento de
pensamientos se vence comprendiendo la inseparable unión del
“Impedidor” con lo que el “Impedidor” procura impedir127.
El perderse en el camino mismo se vence percibiendo el
simultáneamente nacido Gran Símbolo128
alcanzando la liberación.
121..-
Los impedimentos son tales sólo cuando la mente los apoya para que
lo sean. Es solo cuando la mente no iluminada de neófito considera
una cosa como impedimento del que hay que desembarazarse, cuando esa
cosa se vuelve hostil hacia la paz corporal y menta.
122.- Al comprender el cuerpo
[o estado] de la verdad, el estado verdadero, o realidad, se alcanza
la intuitiva convicción de que el surgir y desvanecerse de los
pensamientos es un proceso natural, a tono con la rítmica ley de
todas las cosas y, como tal, inseparable del cuerpo único de la
verdad, en el que todo se funde místicamente con la unicidad.
123.-
Los tres errores son:
apego excesivo hacia el análisis de pensamientos y procesos de
pensamientos; apego excesivo
hacia la reflexión sobre el análisis; y
apego excesivo hacia el estado quieto de la mente. Cualquiera de
estas condiciones, cuando el yogin
se habitúa y apega a ella, impide el último progreso en el camino.
Hay algunos yogins
que se vuelven tan excesivamente aficionados al estado inmóvil de la
mente, particularmente quienes practican. Hatha
Yoga, que a menos
que los sostenga un sabio gurú, no hacen esfuerzo alguno para
avanzar más allá, y no es raro que se iluminen creyendo haber
alcanzado la meta. Por
estas razones es deber del gurú no sólo exponer la doctrina, sino
también grabar en el discípulo que el camino tiene muchas trampas;
y que antes de alcanzar el final han de verse, ciertamente, muchos
desorientadores fuegos fatuos de los sentidos.
124.-
Vale decir, la Realidad,
en la que, al contrario del estado de dhyána
o meditación, no existe ni puede surgir el error.
125.- Este extraviarse en el
estado del Vacío surge de pensamientos egoístas tales como: Yo
jamás volveré otra vez al nacimiento humano; Yo vivo en la tierra
por última vez; Yo abandonaré la existencia sangsárica para
siempre; Yo alcancé la meta; Yo realizaré el birvana. Recién
cuando se erradica la conciencia de sí, trasmutándose en olvido de
uno mismo, en omni-abarcante altruismo tan arrolladoramente
desapegado que no puede un sólo pensamiento del yo, puede existir
sinfonía con el estado bodhisáttvico que es la meta del Gran
Símbolo.
126.-
Texto: rgyas-hdebs
= sellar, o poner el sello a, con referencia al muy grave error del
dogmatismo egoísta, o a la ilusión de ue los logros y comprensiones
propios son completos e infalibles. Este cierre de las puertas de la
mente a la fresca verdad detiene automáticamente el desarrollo
espiritual ultimo. Se llama callejón sin salida del pandit, o
intelectual, causante del gran fracaso de organizaciones
eclesiásticas, y de la decadencia de religiones basadas en
escrituras que se aceptan como si presentaran la verdad completa y
final.
127.-
Al principio se encauzó al discípulo para que procurase impedir el
surgimiento de pensamientos y así advirtió que no solo es imposible
inhibir los pensamientos, sino que los esfuerzos para concretar eso,
meramente produce más pensamientos inhibidores en tal sentido.
Permanecer en el estado
de “impedidor” es parecerse al niño que se queda en el jardín
de infancia cuando debió haber avanzado hacia algo superior.
128.- El simultaneamente nacido
Gran Símbolo puede definirse también como el siempre existente
estado de la mente primordial e inmaculado que, al realizarse otorga
la liberación. La mente humana normal olvida este estado. Una vez
que se alcanza la liberación, cesan los errores en el camino.
Existe sin embargo, en algunos yogins, fuerte inclinación por
reparar, o restaurar, los pasos en el camino tras haber ganado la
meta. Esto se debe a una peculiar afición hacia los ejercicios
yóguicos mismos. Se vence al morar por siempre en el estado de
libertad.
[Diferencia de las
experiencias entre el conocimiento práctico y el teórico]
126) En el tercero, diferencia
de las experiencias entre el cocimiento práctico y el teórico, el
proceso es el siguiente:
La comprensión
intelectual del estado verdadero de la mente, por haber oído y
examinado sobre el particular, es conocimiento teórico. Entenderlo
en términos de la unidad es experiencia129.
El dominio real de él, hasta lo increado, es convicción130.
Mas el termino conocimiento completo no es erróneo cuando se aplica
a su realización completa.
[Aquí termina el texto de El
Epítome del Gran Símbolo].
129.- Esto implica la
percepción yóguica de que la mente microcósmica en su condición
natural, o verdadera, es una impoluta, imperturbada y siempre
fluyente corriente de conciencia, no creada e indestructible, que
surge de la primordial única y vuelve a ella.
130.- Habiendo experimentado el
estado trascendente, en el que nace, en la conciencia interior, la
percepción de que existe la meta, antes de que esta se alcance, el
yogin a una completa convicción relativa a la existencia de
la mente, así como la alborada, antes de que salga el sol, implica
la existencia de éste. En otras palabras, mucho antes del logro
final de la meta que es lo increado, el nirvana, el fiel discípulo
llega a la absoluta certidumbre de que existe la increado y de que
Eso es alcanzable.
COLOFÓN
[Sigue ahora, en la segunda
mitad del folio séptimo y último de nuestro impreso, la interesante
historia concerniente al origen del texto].
El rey de Zangkar131,
de nombre Zhanphan Zangpo132,
deseando de que el texto de este tratado sobre El Gran Símbolo
y asimismo el referido a Las Seis Doctrinas133,
se compilase uniformemente, obsequió con más de veinte medidas de
azafrán [a mi, el recopilador, que fui su gurú, de nombre Padma
Kapo]. Viendo que desautorizadas interpretaciones, que pretendían
ser extractos de diversas partes de las Escrituras [deslizadas en el
texto] en la mayoría de los casos no merecían confianza, yo, Padma
Karpo, [las corregí]: y [como resultado de mis deseos] entrego este
Libro para beneficio de futuros devotos. Lo recopilé cuando vivía
en la esencia de las prácticas devocionales, en las montañas
sureñas de Karchu134,
en el lugar conocido como Esencia de la Perfección135.
Que resulte auspiciosamente
beneficioso.
[Por ultimo, al final del
Colofón, se añade este otro comentario]:
A fin de multiplicar el don de
la religión, Chögyal Sodnam Gyaltshan136
donó una moneda de plata para el grabado de cada plancha [de este
Libro137]
131.- Texto: Zangs-dkar.
132.- Texto: Gzhan-phan
Bzang-po; que significa: “El buen auxiliador de otros”, es
probablemente la versión tibetana de un nombre propio
originariamente en sánscrito.
133.- El Libro III, que sige,
contiene la traducción de Las Seis Doctrinas, tal como las recopiló
el Bhikshu Padma Karpo.
134.- Texto: Mkar-cgu;
esta cordillera montañosa se halla en la parte sur dl Tíbet, al sur
de Lhassa, y sobre el ángulo este de Bhutan, en e distrito de
Lhobrag Tsangpo, por el que corre el río del mismo nombre.
135.- Texto:
Byang-chub-snying-po; que significa: “Esencia de la
Perfeción”. Este parece ser el nombre de una ermita u otro
pequeño lugar fuera de los villorrios.
136.- Texto:
Chös-rgyal-bsod-nams-rgyal-mtshan, que significa “Rey
Justo, Bandera de Buena Fortuna” es probablemente el nombre
honorífico de algún noble y piadoso seglar.
137.- Eran siete folios los de
las planchas, cada una de diecinueve pulgadas y media de largo por
cuatro pulgadas de ancho, y una página impresa a cada lado del
folio, o catorde páginas impresas en total, habiéndose grabado en
madra catorce planchas; de modo que el piadoso seglar donó catorce
monedas de plata.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
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