Ir al contenido principal

YOGA TIBETANO y DOCTRINAS SECRETAS. LIBRO III. EL SENDERO del CONOCIMIENTO: EL YOGA de las SEIS DOCTRINAS INTRODUCCIÓN I. Las cuatro clases de Tantras. La doctrina del calor-psíquico.





LIBRO III

EL SENDERO del CONOCIMIENTO:
EL YOGA de las SEIS DOCTRINAS1

INTRODUCCIÓN


I. Las cuatro clases de Tantras.

     La materia de este Libro, y del Libro IV que sigue, es en gran medida tántrica, en particular la parte concerniente a visualizaciones y meditaciones. Y a este respecto resulta importante, para el estudioso de la historia y de los orígenes, saber que los lamas reconocen cuatro clases principales de Tantras yóguicos, que brevemente pueden describirse así:
  1. Tantras expositivos de Eso, o Verdad Última,
  2. de las Ciencias Ocultas o Místicas,
  3. los Tantras de Yogini o Shakti, y
  4. Tantras de Kalachakra.
     De acuerdo con la tradición lamaica, la primera clase tuvo origen “en el Este” (probablemente se refiere al Este de Bengala) en la época de rey Rab-sal, que se cree que vivió antes del comienzo de la era cristiana. La segunda clase surgió a través de Nagarjuna y sus seguidores durante los siglos II y III de la era cristiana, “en el Sur” ( que s refiere al Sur de India). La tercera clase, con el que se relacionan este Libro y el IV, se remonta a un esclarecido maestro llamado Lawapa, de Urgyen (u Ordyana), antiguo nombre de una región ahora comprendida dentro, territorio de Afganistán, “en el Oeste” de la India. Fue Padmasambhava, también de Urgyen quien primero introdujo y popularizó entre los tibetanos esta clase de Tantras. A Padmasambhava, asimismo conocido por sus seguidores como Gurú Rinpoche, el “Preciso Gurú”, se atribuye el haber contado con ocho gurús pertenecientes a ocho diferentes escuelas de budismo. Además de las diversas enseñanzas recibidas, se cree que formuló el sistema recopilado de pensamiento que es conocido popularmente en el Tíbet como el de los “Gorros Rojos”, que constituyen la primitiva escuela Ñingmapa. Con respecto a este sistema, los eruditos europeos muy poco conocen de sus fuentes originales; pues el contenido y carácter preciso de sus escrituras son todavía, y en su mayor parte, desconocidos fuera de los monasterios Ñingmapa. De modo que aprovechan material de gran valor para la historia del budismo. La cuarta clase, consiste en Tantras Kalachakra, se dice que surgió “en el Norte”, en Shambhala, y que fue introducido en la India hacia el año 600 de nuestra era.
     Aunque los claros elementos tántricos contenidos aquí, en los textos de los Libros III y IV, son un legado del “Precioso Gurú”, los tratados mismo son una recopilación de la escuela Kargyütpa, que se separó de “los de la Antigua Usanza” como resultado de un movimiento reformador iniciado por Marpa y Milarepa en el siglo XIII y que en la actualidad florece independientemente –como la escuela Khadampa, ahora transformada en la Escuela Establecido del Budismo Tibetano. La introducción de El Gran Yogi Milarepa del Tíbet trata sobre las diferentes características de la Escuela Kargyütpa y las enseñanzas peculiares e los Kargyütpas.
     Puesto que en el tratado precedente, todas las enseñanzas se dirigen al fin supremo de llegar al concreto conocimiento, relativo a la naturaleza real de la mente y del universo de los fenómenos en el presente tratado la técnica de la filosofía del Yoga, más especialmente de su forma tántrica, llamada en la India Kundalini Yoga, se aplica a las siguientes Seis Doctrinas, más o menos peculiarmente tibetanas.

1.- El impreso tibetano, sobre el que se basa nuestra traducción, lleva el siguiente título: Chos Drug Bsdus –Pahi Zin Bris Bzhugs-So; que significa: “Aquí Está el Epítome de l Seis Doctrinas Abreviadas”.



II. La doctrina del calor-psíquico.

     La primera de éstas es conocida por los tibetanos como Tummo, que significa un peculiar calor corporal, o calor de carácter psicofísico, generando por medios yóguicos. De acuerdo a la tradición secreta, la palabra Tummo se refiere a un método de extraer prána, de la interminable reserva pránica de la Naturaleza, almacenándolo en la batería del cuerpo humano y luego empleándolo para transmutar el fluido generativo en una sutil energía ardiente por la que se produce internamente un calor psico-físico que se hace circular a través de los canales nerviosos del sistema nervioso psíquico.
     Este sistema, es la contraparte psíquica para quienes poseen la visión clarividente, es la contraparte psíquica del sistema nervioso físico. Sus canales nerviosos se llaman en tibetano tsas y en sánscrito nadi. De éstos hay tres de primera importancia: el nervio-medio (tibetano: Uma-tsa, sánscrito Sushumna-nadi), que se extiende a través del centro de la columna vertebral; el nervio-derecho (tibetano: Roma-Tsa; sánscrito: Pingala-nadi); y el nervio-izquierdo (tibetano: Kyangma-tsa; sánscrito: Ida-nadi). Los últimos, como dos serpientes, se enroscan alrededor del nervio-medio hacia la derecha y hacia la izquierda. Conectados con estos tres hay numerosos nervios-psíquicos subsidiarios por los que la energía psico-nerviosa (tibetano: Shugs; sánscrito: prana) se transporta a cada centro nervioso psíquico (tibetano: khorlo; sánscrito: chakra) y allí se almacena y desde allí se distribuye a todos los órganos y partes del cuerpo. El sistema se halla descrito más detalladamente en El Libro Tibetano de los Muertos.
     De acuerdo con nuestro texto, al practicar el arte del Tummo, el yogin debe emplear muy elaboradas visualizaciones, meditaciones, posturas, respiraciones, dirección de pensamiento, preparación del sistema nervioso-psíquico, y ejercicios físicos. Nuestras notas son suficientemente numerosas y detalladas como para servir de comentario y aportar al estudioso alguna guía práctica. Pero, como lo subrayan los gurús tibetanos, resulta muy conveniente para el neófito, antes de empezar la práctica del Tummo, obtener una iniciación preliminar y guía personal de un maestro de esta práctica.
     Un prolongado periodo de prueba es por lo general necesario antes de que el yogin pueda lograr alguna seguridad de buen éxito. Al comienzo debe acostumbrarse a un mínimo de vestimenta y evitar, lo más posible recurrir al fuego para calentar el cuerpo. Los maestros de esta práctica se reconocen porque jamás usan pieles ni ropas de lana ni se procuran calor artificial externo. El yogin también debe observar la más estricta continencia sexual, pues la efectividad del Tummo depende principalmente de la energía sexual yóguicamente transmutada.
     La práctica real no debe efectuarse dentro o cerca de una casa, sino preferiblemente en alguna ermita, o cueva de una remota montaña, alejada por completo de localidades donde el aire está viciado por el humo o emanaciones de pueblos o aldeas. El yogin que tiene el dominio del arte puede quedarse en tan solitaria ermita por un plazo muy prolongado sin ver a ser humano alguno salvo el gurú que a intervalos se presentará para dirigir el progreso del yogin. Al principiante se le aconseja cumplir los ejercicios yóguicos por la mañana, muy temprano, antes de la salida del sol, cuando la naturaleza y las corrientes magnéticas de la tierra tienden a experimentar perturbaciones mínimas. Una vez que se domina el arte puede practicarse en cualquier lugar y a cualquier hora.
     A medida que se progresa en esta ciencia de conservar y dirigir yóguicamente la energía física, mental y psíquica del organismo humano, el yogin ermitaño desarrolla gradualmente el calor psico-físico. La ardiente energía sutil, acompasada de un agradable calor empieza a traspasar todos los átomos de su cuerpo y, poco a poco, adquiere e poder yóguico de soportar, con placidez, el frío más riguroso, vestido tan sólo con una simple prenda de algodón, o incluso desnudo por completo.
     A esto se hace referencia en El Gran Yogi Milarepa del Tíbet:
“El cálido aliento de los ángeles llevas
como tu vestimenta pura y suave”.
     Al concluir el neófito el período de prueba y sentir confianza en el buen éxito, no es raro que el gurú lo examine para juzgar el grado de eficiencia alcanzando. El siguiente relato de un examen de esa índole corresponde a la señora David-Neel2, cuyas interesantes investigaciones, y experiencias en el oriente, en especial con respecto a los místicos tibetanos, en muchos aspectos corren paralelas con las del propio editor:
“Tras una helada noche invernal, quienes se creen capaces de soportar victoriosamente la prueba son conducidos hasta la orilla de un río o lago. Si en la región toda la corriente está congelada, se efectúa un agujero en el hielo. Se elige una noche de luna, con fuerte viento. No son raras esas noches en e Tíbet durante los meses invernales.
“Los neófitos se sientan en el suelo, con las piernas cruzadas y desnudos. Se sumergen sábanas en ella gua helada. Cada hombre se envuelve en una de ellas y debe secarla en su cuerpo. Tan pronto la sábana se seca, se sumerge nuevamente en el agua y se coloca en el cuerpo del novicio para que se seque igual que antes. Las operación continua de ese modo hasta e amanecer. Entonces, quien ha secado el mayor número de sábanas es reconocido como ganador de la competencia”.
     El tamaño de las sábanas varía. Algunas sábanas son muy pequeñas, un poco más grandes que las toallas comunes; otras son tan grandes como chales. La norma establece que el yogin debe haber secado por lo menos tres sábanas mojadas para que se le faculte a usar la insignia de eficiencia en el Tummo, a saber la simple camisa, Repa, que significa “El vestido de Algodón”. Mila-repa, el gran Yogin tibetano, como lo indica su nombre “Mila, el vestido de algodón” dominó el arte del Tummo bajo la guía de su gurú Marpa. También fueron Repas ocho de los avanzados discípulos de Milarepa, como se afirma en el primer capítulo de su Biografía. Se citan otros Repas en el apéndice de la Biografía3.
     Además del secado de las sábanas húmedas sobre el cuerpo del yogin, otras prueba, para determinar el grado de calor que el yogin puede generar, consiste en hacerlo sentar desnudo sobre la nieve; la cantidad de nieve derretida debajo y alrededor de él señala su eficiencia.
     Es indudablemente cierto que en la actualidad existen adeptos del Tummon como ermitaños en el Tíbet, muchos de los cuales, cómo seguidores de Milarepa, pertenece a la Orden de Los Vestidos de Algodón. Más de un europeo ocasionalmente echó algún vistazo a tales ascetas, y relatos bien certificados de su inmunidad a las árticas temperaturas del invierno tibetano son corrientes en todos los altos países de los himalayas.
     Al ser del Hatha Yoga, parece que el Tummo resulta también conocido para los hindúes. Recuerdo que durante el verano de 1918 tuve como compañeros de viaje durante unas pocas semanas, a un grupo de desnudos ascetas hindúes, que habían venido, como yo, directamente desde las tórridas llanuras de la India. Nos encontramos en Srinagar. De allí, en medio de una móvil multitud de miles de peregrinos de todas partes de la India, de ambos sexos y de múltiples castas, nos pusimos en marcha hacia las cimas revestidas de glaciares de los Himalayas de Kashmir, en el peregrinaje del tiempo de consagración hacia la Cueva de Amar-Nath, donde el santo de los santos es un lingam natural (falo) de hielo, consagrado a Shiva, Señor del Mundo4. Cierta cantidad de ascetas no usaban ropa ni siquiera se cubrían lo esencial, aun cuando alcanzamos una altitud de diez mil pies sobre el nivel del mar, con noches de frío congelador y glaciares y picos nevados que echa sobre nosotros su helado hálito. Unos pocos ascetas, incluso al cruzar los glaciares siguieron desnudos y así permanecieron durante todo la peregrinación. Otros, poco antes, o al llegar a la Cueva, de envolvieron con sus vestiduras de algodón; mientras que los adeptos menores usaban mantas en las que portaban sus magras provisiones.
     En esa época nada sabía yo del arte tibetano de generar el extraordinario calor corporal. Consiguientemente no indaga a estos ascetas hindúes sobre su notable osadía yóguica, atribuyéndola a que eran maestros de Hatha Yoga, como sin duda algunos lo eran, lo cual concede inmunidad al frío y también al calor extremos.
   En Rikhikesh, sobre el Ganges, presencié en una oportunidad una demostración de la inmunidad yóguica al extremo calor. Un yogin desnudo, al mediodía en la estación estival, se sentó sobre las centelleantes arenas de la orilla del río, rodeado de cuatro incandescentes hogueras de madera amontonada y excremento vacuno seco a sólo unos pocos pies de distancia de su cuerpo desnudo; cada hoguera se hallaba en uno de los cuatro punto cardinales. El sol de verano, sin nubes de por medio, constituía el quinto fuego del yoga, llamado Pancha Dhuni (“Cinco Fuegos”), y eso era lo que aquél practicaba. Hazañas similares, que demuestran la inmunidad yóguica al calor y al fuego, han sido presenciadas y certificadas por europeos, no sólo en la India y Ceilán, sino también a lo largo de las islas del Mar del Sur y en otras partes, en conexión con la ceremonia de caminar sobre el fuego. Y en algunas de las ceremonias Tovil (Danza del Demonio) de Ceilán los bailarines del demonio caminan sobre el fuego y lo toman con las manos sin dañarse, en virtud del uso de mantras llamados “mantras de enfriamiento del fuego” (cingalés: gini-sisil).

2.- Cf. A. David-Neel, With Mystics and Magicians in Tibet, Londres, 1931.
3.- Cf. çen el libro: El Gran Yogi Milarepa del Tíbet.
4.- Shiva, como personificación de la fuerzas de la naturalea que operan la destrucción, es Señor de la Regeneración, y por ello su símbolo es el falo, u órgano masculino de la generación, como lo fue de Osiris, la deidad egipcia asociada con la fertilidad humana.

Walter Evans-Wentz and Lama Kazi Dawa Samdup photographed circa 1919.jpgDel lbro:: YOGA TIBETANO Y DOCTRINAS SECRETAS
 Editorial: Kier
Kazi Dawa Samdup, traductor.

Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
 alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

PDF y Audio Biografía Gurú Rinpoché

  Saludos. Abajo os dejo la Biografía de Padmasambhava en PDF, libro 1 del Libro Tibetano de la Gran Liberación, de Ewans-Wentz (editorial Kier) y como traductor de este tomo: Sardar Bahádur S. W. Landen La, secundado por el lama Sonam Senge. Agradecer al antropólogo, a quien tanto le debemos en Occidente, Dr. Walter Yeeling Evans-Wentz , por su acercamiento a la cultura oriental y a l traductor el lama Kazi Dawa Samdup por sus ediciones de los libros: El Libro Tibetano de los Muertos, El Gran Yogi del Tíbet Milarepa, Yoga Tibetano y D octrinas Secretas y, como no, este Libro Tibetano de la Gran Liberación. A todos ellos infinita gratitud. Esta breve biografía del Gran Gurú está transcrita en su totalidad tal cual aparece en el libro, excepto un (0,05%) para adaptar algunas palabras a nuestro tiempo. Algunas palabras escritas en Ink Free en azul y en cursiva , es una pequeña aportación mía. Sobre este libro informa la Wikipedia: “El libro tibetano de ...

A BRIEF BIOGRAPHY OF KAZI DAWA SAMDUP (1868-1922)

BULLETIN OF TIBETOLOGY 155 A BRIEF BIOGRAPHY OF KAZI DAWA SAMDUP (1868-1922)  DASHO P.W. SAMDUP 1     A recent picture of Gangtok, Sikkim- Kazi Dawa Samdup was the headmaster of Bhutia Boarding scool in Gangtok, Sikkim .     Thimpu Kazi Dawa Samdup was born to Shalngo Nimpenjo—also spelt Nim Paljor of the Guru Tashi clan2—on 17th June, 1868 in Sikkim. On the death of his mother, his father remarried, begetting three sons and two daughters from the second wife.       Among Kazi Dawa Samdup’s siblings, the youngest brother Sarki Tshering—also known as Pemba Thendup according to some sources—acquired equal fame and honour in Sri Lanka as Reverend S. Mahinda Thero. In recognition of his contribution towards the propagation of Buddhism, and the development of Pali and Sinhala languages, the Sri Lankan government erected a statue in his name and also issued commemorative postage stamps in his memory. Pemba Thendup was m...

YOGA TIBETANO Y DOCTRINAS SECRETAS: *B) LA DOCTRINA DEL NIRVANA. *4. EL INCOMPLETO CONOCIMIENTO DE OCCIDENTE SOBRE EL BUDISMO. *5. EL OPTIMISMO JUBILOSO DEL BUDISMO. *A) LA DOCTRINA DE BUDA SOBRE LA LIBERACIÓN DE TODAS LAS COSAS VIVIENTES. *B) EL CAMINO DE BUDA HACIA LA LIBERACIÓN UNIVERSAL.

B) LA DOCTRINA DEL NIRVANA.      Aunque de esa manera niegue toda posibilidad de cualquier suerte de inmortalidad personal, o alma, en un cielo o infierno fenoménico, el budismo, con su Doctrina del Nirvana , habla de un destino mucho mayor que aguarda a la humanidad; y tal vez ninguna otra doctrina budista fue tan a la humanidad; y tal vez ninguna otra doctrina budista fue tan mal interpretada como ésta.      La palabra sánscrita Nirvana significa literalmente “apagarse” o “apagar”, como apagar el fuego o la llama de una vela. También significa “enfriar” o “tornarse frío”, con respecto a la existencia sensual. Y los occidentales que tan sólo comprendieron estos aspectos exotéricos de su significado son responsables de la errónea opinión, actualmente tan esparcida, de que el Nirvana , el Summun Bonum del budismo, es sinónimo de la aniquilación total del ser. Correctamente entendido, el Nirvana implica el “apagarse” o “enfriarse...