YOGA TIBETANO y DOCTRINAS SECRETAS. LIBRO III. La doctrina del cuerpo ilusorios. La doctrina del estado onírico
III. La doctrina del
cuerpo ilusorios
La Doctrina del Cuerpo
Ilusorio, la segunda de las seis Doctrinas, representa una adaptación
tibetana de las fuentes hindúes de la Doctrina de Maya, que
es la doctrina más fundamental en todas las Escuelas del budismo al
igual que en la Escuela Vedántica del hinduismo.
La Doctrina de asevera
que todo el mundo y la creación cósmica, subjetiva, es ilusoria, y
que la única realidad es la mente. Los objetos de nuestros
sentidos, nuestro aparato corporal, nuestras cogniciones mentales,
inferencias, generalizaciones, y deducciones so son sino
fantasmagoría. Aunque los hombres de ciencia clasifiquen y acuerden
fantasiosos nombres latinos y griegos a las variadas formas de la
materia, orgánica e inorgánica, la materia misma carece de
existencia verdadera. El color y el sonido, y todas las cosas vivas
con os ojos y percibidas con los órganos sensoriales al igual que el
espacio y la dimensión son igualmente fenómenos falaces.
Maya es el Velo
Mágico siempre usado por la Naturaleza, la Gran Madre Isis que vela
la Realidad. Es sólo mediante el yoga que el Velo puede
echarse a un lado y el hombre ser conducido hacia el
auto-conocimiento y la auto-conquista por los que se trasciende la
Ilusión. La Verdad Última siempre se halla asociada ilusoriamente
con el Error; mas como un alquimista de coas espirituales el maestro
de yoga separa la escoria, que es Ignorancia del oro, que es
el Correcto Conocimiento. De esa manera, dominando la Naturaleza, se
libera de su esclavitud ante las Apariencias.
El profesor Shastri
demostró en su erudito examen de la Doctrina de Maya5,
que el embrión de la doctrina ya existía en la última etapa de la
civilización védica; y que, en el curso de su larga historia
evolutiva, la palabra maya misma, en diferentes formas
gramaticales, connotó conceptos diversos pero fundamentalmente
relacionados en esto.
Primitivamente, maya
significó una forma de inteligencia, energía, poder (skakti),
y engaño. Principalmente implicó un misterioso poder de la
voluntad, por el que Brahman decide, y la forma se concentra con
maya. En el significado de engaño, maya se refiere a
ese encanto mágico de las apariencias que hace que el no iluminado
que las percibe, conciba la multiplicidad y la dualidad como reales.
Como mago supremo, el maya produce la gran ilusión cósmica, el
universo de los fenómenos.
El significado
fundamental de la palabra maya, derivada de la raíz ma,
es “medir”. De aquí que maya sea la ilusoria proyección
del Cosmos por la que parece medirse el inmensurable Brahman. De
igual raíz deriva el significado de “construir”, y esto conduce
al concepto d que el universo fenoménico es la estructura mágica
construida por Brahman, o, en el sentido del Mahayána, por la Mente.
Como rama de la
primitiva edad védica, la Doctrina de Maya es posible
hallarla e los Brahmanas y los Upanishads, en los que
su significado consiste principalmente en “ilusión”, hasta que,
en la época de Shankara, este significado quedó firme.
Históricamente hablando, maya fue por lo común considerado
desde dos aspectos principales: 1) “Como el principio de la
creación –maya como causa– correspondiente al sentido del
shakti (poder maravilloso): o, 2) Como la creación fenoménica
misma –maya como efecto– correspondiente a sentido de
“ilusión”, “apariencia”, etc6.
Que la mente microcósmica
no es diferente ni se halla realmente separada de la Mente
Macrocósmica ha sido convenientemente ilustrado por los pensadores
de la India; el Aire encerrado en un jarro, como ellos explican, no
difiere del aire externo que rodea el jarro, pues una vez que es roto
éste el aire encerrado queda libre; y, de modo similar, al romperse
la Vasija del Maya, la mente microcósmica se convierte en lo
que siempre ha sido y siempre será la Mente Macrocósmica.
La Mente Primordial, de
la que surge el maya, es siempre no nacida e incondicionada;
trasciende sus propias creencias. El Señor de Su Esencia creó el
universo visibles y, con todo, permanece por siempre fuera de él.
Los mundos y el universo
son producto de la mente; pertenecen a la materia que conforma los
sueños. Lo ilusorio constituye maya. Las cosas, las
apariencias, son lo que la mente quiere que sean. Fuera de la mente
carecen de existencia. Cuando, por medio del yoga, el aspecto
microcósmio de la mente se clarifica de las nieblas y espejismos del
ser condicionado, se aprecia como el Uno, emancipado de todas las
ilusiones mayavicas, de todos los conceptos de multiplicidad y
dualismo, de todos los mágico engaños de la Naturaleza.
Como poder maravilloso, o
energía esencial, en forma de calor, luz y movimiento electrónico;
como la poderosa Danza vibratoria de la Vida como Naturaleza, de cuyo
Seno se proyectan las criaturas hacia la Ilusión, el maya es
la Gran Shakti, la Madre de la Creación que contiene en Sí Misma el
Germen Prístino, o Huevo, la Colectiva Forma del Pensamiento que
abarca el Universo, de la Mente del Padre, concentrados, a través de
a materia ilusoria, como Apariencias. A través de miríadas de
formas, a través de miriadas de ojos y órganos sensoriales de las
criaturas, a través de miríadas de microcosmos, la Mente Se conoce
como la señora del Reino de Maya. Mas hasta que el Espejismo
del Ser se diluye mediante la Iluminación Búdica, los Muchos o
conocen al Uno.
La Doctrina de Maya es
la base filosófica de la correspondiente doctrina del Uno
ilusoriamente percibido como los Muchos, del Macrocosmos percibido
como la totalidad de todos los microcosmos. En el pensamiento heleno
esto se resumió en al axioma de Xenófanes, “Todo es Uno”.
Parménides después enseñó acerca de la unidad única del ser y
del pensamiento, Platón, como su gran discípulo Plotino, arribó
sustancialmente a la misma conclusión en la doctrina de las Ideas.
Kant también, probablemente influido por la Escuea Platónica, de
modo similar postuló que el mundo no tiene existencia metafísica,
sino puramente empírica, o aparente. Schopenhauer reconoce etar en
deuda con los Upanishads por la formulación de sus deducciones
paralelas. Sobre la presunción de que el Universo tienen existencia
relativa, en relación con la Mente de donde surgió, la teoría de
la Realidad representa un moderno replanteo, en términos de ciencia
occidental, de la antigua Doctrina de Maya.
De esa manera, en el
significado transmitido por la Doctrina de Maya, el cuerpo
ilusorio, el mayavi-rupa de la Filosofía hindú, es, como
todo el Cosmos, del cual es parte, meramente una apariencia, una
transitoria forma de pensamiento, como todo objeto de la Naturaleza.
Como la tierra y el Universo, de donde surgió, tiene existencia
relativa mas no real. Como apariencia, comparable a una ilusión
mágica, el cuerpo ilusorio de un hombre no es más que una emanación
de la Mente, en el sentido implicito en el término tibetano tulku,
referido a la manifestación física del Nirmanakaya (“Cuerpo
de la Emanación Divina”). Es el mero producto mayavico es la
voluntad de vivir, el vástago del deseo, la sangsárica envoltura de
la mente.
5.- Cf. Prabha Dutt Shastri,
The Doctrine of Maya, Londres 1911. un estudio similar pero
de menor alcance fue efectuado con anterioridad, por L. N. Apte en su
obra también titulada The Doctrine of Maya, publicada en
Bombay, en 1896.
6.- Cf. P. D. Shastri, op cit.
IV. La doctrina del estado
onírico
La Doctrina de los
Sueños, que sigue, ilustra más aún la Doctrina de Maya.
Demuestra que así como todas las experiencias sensibles del estado
de vigilia son ilusorias, igualmente ilusorias son todas las
experiencias sensibles del estado onírico; estos dos estados forman
los dos polos de la conciencia humana. En otras palabras, la
Naturaleza en total es el sueño de la Mente Única; y hasta que el
hombre conquista la Naturaleza, y por lo tanto trascienda maya,
quedará dormido, entregado al Sueño de la Ignorancia. Ya sea en
este mundo, o en cualquier estado post-mortem, toda La
experiencias sangsáricas, o kármicamente
condicionadas no son sino sueños.
Sólo cuando uno
despierta del sueño, se percibe el carácter ilusorio de la
ensoñación, sólo cuando despierta quien se halla entregado a la
Ensoñación de la Ignorancia, en el incondicionado, en vigilia,
exento de ensoñación, Estado Verdadero, puede entonces,
comprenderse el carácter ilusorio del Sangsára.
Hablamos del estado
onírico como irreal y del estado de vigilia como real. Sin embargo,
hablando estrictamente ambos estados son irreales, pues dependen del
mismo orden de percepciones objetivas y sensibles, siendo las del
mundo onírico meramente internas y las del mundo de vigilia,
externas. La mente sólo conoce las impresiones sensibles, y no
efectúa una real distinción entre éstas, ya se conozcan interna o
externamente. En la mente, como en un espejo se reflejan tanto los
objetos sensibles internos como externos, y, aparte de la mente
carecen de existencia, siendo, como o reseña la Doctrina de Maya,
meras apariencias.
Mediante cuidadoso
estudio analítico de los sueños y comprobación psicológica sobre
si mimo como sujeto, el yogin al fin llega de esa manera,
realmente a comprender, y no meramente a creer, que el contenido
total del estado de vigilia al igual que el del estado onírico son,
de hecho, fenómenos ilusorios.
Así como la araña teje
la tela con una sustancia de su propio cuerpo y luego la atrae otra
vez hacia sí, de igual manera la Mente Total, personificada por los
hindúes como Brahma, emana la Creación Cósmica de Sí Misma y
nuevamente la absorbe. La Tela de Brahma es el maya dentro
del cual caen los seres sensibles y son mantenidos en cautiverio
sangsárico; es la Rueda de la Vida a la que están ligados
por el karma; la Roca de Prometeo a la que está encadenada la
humanidad, presa de las Águilas del Deseo.
Brahma duerme y
despierta. Cuando El duerme, Su Sueño es la Creación Cósmica.
Cuando El Despierta, Su Sueño termina. Su Estado Onírico es el
Sangsára; Su Estado de Vigilia es el Nirvana. En la
Mente Total, tanto lo Creado como lo Increado, el Sangsára
como el Nirvana, tienen origen; y en la Suprema Comprensión
de la Mente Total ambos están en unicidad7.
La finalidad integral de
la Doctrina de los Sueños consiste en estimular al yogin para
que despierte del Sueño de la Ilusión, de la Pesadilla de la
Existencia, para que rompa los grillos con que maya lo mantuvo
prisionero a través de las edades, alcanzando de esa forma la paz y
la dicha espiritual de la Libertad, tal como lo realizó e Plenamente
Despierto, Buda Gautama.
7.- Cuán cerca nuestra ciencia
occidental alcanzó una concepción paralela la de los Sabios de
Oriente se apreciará en lo que documentó sir James Jean en The
Universe Around Us. Habla de reducir “el todo de la naturaleza
a un concepto mental, dado que la textura de la naturaleza no es sino
la de la continuidad de espacio tiempo”. Luego propone la
siguiente opinión: “Todo esto pone en claro que la actual materia
de universo no puede haber existido para siempre; ciertamente,
podemos asignar con probabilidad un tope a su edad de, digamos, un
número redondo como doscientos millones de millones de años……
El universo ahora se convierte en un cuadro finito cuyas dimensiones
son cierta cantidad de espacio y cierta cantidad de tiempo; los
protones y los electrones son rayas de pintura que definen el cuando
contra su fondo de espacio tiempo. Remontándonos en el tiempo lo
más atrás posible podemos trasportarnos no a la creación del
cuadro sino a su borde; la creación del cuadro está en igual medida
fuera de él como lo está el artista fuera del lienzo. Enfocando
así, discutir la creación del universo en términos de tiempo y
espacio es como tratar de descubrir al artista y la acción de
pintar, yendo hasta el borde del cuadro. Esto nos aproxima mucho a
aquellos sistemas filosóficos que consideran e universo como un
pensamiento en la mente de su creador”.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
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