YOGA TIBETANO y DOCTRINAS SECRETAS. LIBRO II : Metáfora del Niño mentalmente alerta. Metáfora de la Indiferencia de un Elefante. El estado final de quietud. LA SEGUNDA de las PRÁCTICAS EXTRAORDINARIAS: YOGA de lo INCREADO. ANÁLISIS del “MOVIMIENTO” y del “NO-MOVIMIENTO”
[Metáfora del Niño
mentalmente alerta]
64) La tercera parte se llama
“Mantener la mente como la del niño que mira [con la más intensa
viveza mental] [los frescos de] un templo”.
65) Atando el elefante de la
mente al pilar de la facultad cognoscitiva y del conocedor, cada uno
de los aires-vitales se mantienen en su propio canal73.
66) A través de los efectos
productivos por esta práctica se presentan formas nubosas o etéreas,
y beatitud estática en la que uno casi se desvanece74.
67) Al experimentar el estado
no-cognoscitivo del cuerpo y de la mente y sentir como si se flotase
en el aire, cualquiera que sean las visiones o apariciones que
surjan, n o ha de mostrarse gusto por ellas ni inhibirlas con
desagrado. Por ello, esta no-aceptación y no inhibición de
cualquier visión ha dado en llamarse “Mantener la mente como la
del niño que mira [con la más intensa viveza mental] [los frescos
de] un templo75.
73.- La mente en su estado
perverso y contumaz fue fue comparada antes con un camello. Aquí
considerada engorrosa e indócil, se la compara con elefante. En el
cuerpo reside la fuerza-vital (sánscrito: prána)
dividida en diez aires-vitales (sánscrito: váyu).
Váyu deriva de la raíz vá, “respirar” o “soplar”,
y se refiere al poder motivador de prána negativo, lo
controlan las funciones corporales; y de esa manera cada uno tiene su
propio sitio y deber. La salud, esencial para el yogin,
depende de que conserve normal cada aire-vital, o en su propio canal
operativo.
74.- Estos resultados se deben
a los “aires-vitales” que hallan su camino en el nervio medio
(sánscrito: sushumaná-nádi) que es el principal canal para
que fluyan las fuerzas psíquicas, cuyos agentes conductores son los
váyu. Además d esta causa psico-física existe una
espiritualidad, paralela a aquella, a saber, los primeros débiles
vislumbres del yogin en cuanto al estado de la mente
inmodificada por los procesos del pensamiento. En occidente esta
condición estática se conoce como Iluminación. Se trata del
primer fruto de la meditación perfeccionada. Al experimentarlo, el
yogin es arrollado estáticamente por una intensa quietud
mental, nacida de un sentido intuitivo de la unicidad con la
Naturaleza y el Origen de la Naturaleza. Ya no es humano, sino
divino; se halla a tono con el Estado Verdadero. Su próximo
objetivo debe ser adquirir la capacidad yóguica de entrar en
este estado a voluntad, permaneciendo en él por periodos cada vez
más prolongados. Su objetivo último debe consistir en ingresar en
él permaneciendo al morir; de otro modo, escoger el Sendero Superior
del Bodhisattva y renunciar a su Libertad para que, a través
de su guía, otros seres puedan alcanzar la libertad.
75.- El niño que mira primero
un fresco y luego otro, sin apegarse a ninguno, mientras conserva la
máxima viveza mental, sin saber cual será el próximo cuadro que
verá después; esta es la clase de viveza mental, expectante pero
desapegada, que el yogin debe ejercitar en esta etapa de su
progreso.
[Metáfora de la
Indiferencia de un Elefante]
68) La cuarta parte, se
refiere a mantener la mente en el estado que ha sido comparado al de
un elefante, cuando se pincha con espinas76.
69) Cuando surgen los
pensamientos hallándose la mente en estado de inmovilidad, la
conciencia de aquellas está relacionado con su aparición. Habiendo
sido puestos frente a frente al “Engaño” [i. e. la conciencia
yóguicamente entrenada para esa intensa viveza antes
descrita, que controla los pensamientos] y la cosa que se ha de
impedir [i. e. el proceso de la formación del pensamiento], se
impide que un pensamiento dé paso a otro pensamiento77.
70) Dado que el “Engaño”
ha llegado por si, sin necesidad que se lo busque con mucho esfuerzo;
esta condición se llama “Estar en el estado de la ininterrumpida
corriente de la conciencia que funciona automáticamente”.
71) El arte de mantener la
mente en ese estado, en el que no existe interrupción ante los
pensamientos, al percibirse éstos, ha sido comparado con el estado
de indiferencia que muestra un elefante cuando se pincha con espinas,
y se lo denominó de modo acorde78.
76.- Este proceso consiste en
hacer que el “Conocedor” se mantenga sin responder a los
estímulos del incesante surgir y desaparecer de los pensamientos,
así como un elefante debido a su gruesa piel, no responde a los
estímulos cuando se pincha con espinas.
77.- Al alcanzar la quietud
mental, la percepción, o conciencia, que entonces actúa
subconscientemente, o de modo automático, como la pulsación
cardíaca, surge simultánea, o sumiltaneamente con el nacimiento de
un pensamiento. Como resultado, el pensamiento se detiene en su
desarrollo, y queda impedido transmutarse en otro pensamiento.
78.- Este arte yóguico
puede definirse como suprema indiferencia espiritual hacia los
efectos físicos y mentales de los estímulos. Es uno de los
primeros pasos por los que se neutralizan las ilusiones sangsáricas,
a fin de que se concrete el Estado Verdadero. Tal realización, sin
embargo, no es la meta final, en última instancia ha de comprenderse
que el Sangsára (o lo Creado) y el Nirvana (o lo No-Creado) son, en
el último análisis de la Iluminada Mente Búdica, inseparablemente
Uno Sólo. En otras palabras, el estado de pensamiento y el estado
del no-pensamiento no son sino los extremos de una dualidad, que,
cuando se ha dominado el Yoga del Gran Símbolo ha de verse
como unidad.
[El estado final de
quietud]
72) Esta [condición] ha sido
designada como estado final de quietud, y comparado [en su calma] a
un océano sin olas.
73) Aunque mientras se halla
quieta de esa manera, existe percepción del movimiento [mental] [de
los pensamientos que surgen y se desvanecen], habiendo alcanzado lo
mente su propia condición de reposo o calma y siendo indiferente al
movimiento, el estado se llama “Estado en el que se produce la
división que separa movimiento del reposo79”.
74) De ese modo uno concentra
la unidireccionalidad de la mente.
75) Lo que reconoce al
“Movimiento” y el “No-Movimiento” [o movimiento] y reposo,
como uno e inseparable] se llama, entendido correctamente: “Sabiduría
Omni-Discriminativa, o Intelecto Supramundano80”.
76) Como lo dijo el Sutra
Elegante81:
“La etapa ahora
alcanzada, en virtud de la cual el cuerpo y la mente han adquirido
excelente preparación mediante estas prácticas, se llama “Etapa
de Reflexión y Análisis”.
79.- Ahora se prepara al yogin,
como lo demuestra el resto del tratado, para lograr la gran
comprensión de que todas las dualidades no son sino aspectos
negativos y positivos de las unidades, de las cuales el movimiento y
el reposo son uno solo.
89.- La mente en el hombre es
inseparable de la Mente-Total. El objeto del yoga es conseguir
la unión o unicidad, de los aspectos humanos y superiores de la
mente. Esto sólo puede cumplirse cuando la mente se libera de la
ilusión de la existencia sangsárica y llega a conocer su condición.
La Sabiduría Omni-Discriminativa es la Sabiduría de a Conciencia
Búdica (o Supramundana) del Estado Nirvánico, de la que deriva el
poder divino de conocer cada cosa separadamente, a pesar de que todas
las cosas son una sola.
81.- Texto: Mdo-sde-rgyan
(se pronuncia: Do-de-gyan). Este Sutra se llama así
debido a su elegante retórica y estilo literario.
[LA SEGUNDA de las
PRÁCTICAS EXTRAORDINARIAS:
YOGA de lo
INCREADO]
77) La segunda parte de las
Prácticas Ordinarias –el Análisis de la Naturaleza Esencial del
“Movimiento”, a través de la práctica del Yoga de lo
Increado para así comprender la conciencia supramundana– tiene
tres divisiones: El Análisis del “Movimiento”, y del
“No-Movimiento”, la Realización de la Conciencia Supramundana;
la Meditación sobre el Yoga de lo Increado.
[ANÁLISIS del “MOVIMIENTO”
y del “NO-MOVIMIENTO”]
78) En la primera práctica,
el Análisis del “Movimiento” y del “No-Movimiento”, se
requiere los siguientes procesos analíticos:
Con el intelecto del
Sabiduría Discriminatoria, nacida del quieto estado de la no
cognición [e indiferencia hacia el surgimiento y desvanecimiento de
los pensamientos], uno observa:
Cuál es la real
naturaleza del “No-Movimiento” [o mente] cuando está inmóvil:
Cómo queda inmóvil;
Cómo se desplaza del
estado de inmovilidad;
Si mantiene su
tranquilidad e inmovilidad al desplazarse;
Si se desplaza de según
modo cuando mantiene el estado de inmovilidad;
Si el “Movimiento”
difiere del “No-Movimiento”:
Cual es la real
naturaleza del “Movimiento” [o pensamiento];
y finalmente;
Cómo el “Movimiento”
se convierte en “No-Movimiento82”
79) Uno llega a saber que el
“Movimiento” no difiere del “No-Movimiento”, ni el
“No-Movimiento” del “Movimiento”.
80) Si la real naturaleza del
“Movimiento” y del “No-Movimiento” no se descubre mediante
estos análisis, uno ha de observar:
Si el Intelecto, que
observa, difiere del “Movimiento” y del “No-Movimiento”;
O si es el yo mismo del
“Movimiento” y del “No-Movimiento”.
81) Al analizar, con los ojos
del Intelecto Auto-Conocedor, uno no descubre nada, se percata que el
observador y la cosa observada son inseparables.
82) Y debido a que la real
naturaleza de esta inseparabilidad no puede conocerse, la etapa
alcanza de esta manera se llama “Meta más allá de la mente”.
Asimismo se denomina: “La meta más allá de todas las teorías83”.
83) El señor de los
Conquistadores84
ha dicho:
“Las metas
construidas mentalmente, aunque nobles, concluyen en desilusión.
Y el Eso que
trasciende la mente no puede llamarse meta85;
la cosa que ve resulta
siempre inseparables de la cosa que es vista;
es mediante la amable
guía del gurú que los discípulos reconocen esta verdad”.
84) Ese método analítico
[antes descrito] ha sido citado por el pandit Shatideva86
de esta manera:
“Al tiempo que se
sostiene con firmeza el estado samádhico [o quietud
perfeccionada],
sin distracción
alguna ni siquiera por el más breve instante,
y se ejercitan los
poderes analíticos de la mente,
ha de examinarse
separadamente cada proceso mental”.
85) En la metáfora del fuego
y el combustible se ha escrito en el Sútra titulado El
Interrogatorio de Kasyapa87,
Mediante la aplicación
de ese fuego, ambas varas arden,
de modo similar, el
Súper-Intelecto nace de la unión del “Movimiento” y del
“No-Movimiento”.
Y por eso, a lo que
dieron nacimiento, ambos se consumen”.
86) Este análisis
introspectivo, conducido por el Súper-Intelecto se llama:
“Meditación Analítica del Ermitaño”. No es como la meditación
analítica del intelectual, pues el análisis del intelectual es
extremo [o dependiente de las expresiones sensuales88].
82.- Estos oscuros problemas se
parecen a los extraños acertijos presentados al neófito de las
Escuelas Zen, en el Japón. Además de su empleo como ejercicios
mentales, sirven para despertar la inteligencia trascendental.
83.- El Estado Verdadero, en
el que incluso la dualidad última, el Sangsára y el Nirvana, se
considera como Unidad Inseparable, no pueden aplicarse conceptos del
mundo intelectual. Se halla más allá de todos los dogmas y
teorías. Esta enseñanza es sinónima de la ocultamente abstrusa,
contenida en la Prajñaparamita: “Shunyata (lo
amorfo, lo inmaterial) no es más que forma, ni la materia está
separada de Shunyata”. Como lo descubrieron los físicos
occidentales, hay cierta etapa alcanzada en el análisis de la
materia en la que ésta se disuelve en electrones y éstos, a su vez,
en energía eléctrica. Y sin duda, eventualmente llegarán a probar
el antiguo postulado del yoga, de que materia y mente no son
sino aspectos duales de la unidad. De modo similar, en biología, se
ha descubierto que no hay línea que delimita que separa el reino
animal, del vegetal; pues ha y formas vitales inferiores con
características comunes a ambos reinos, y los botánicos las
clasifican como plantas y los zoólogos como animales. Además en
química, puede alcanzarse una etapa en la que todos los componentes
se vuelven transmutables dentro de un elemento madre incompuesto. De
modo similar, el yogin, en sus búsquedas psico-físicas, dentro de
la naturaleza de la mente, descubre que no es esto ni aquello, ni
fenómenos ni noúmenos, sino ambos. No puede decirse que ninguno de
los varios aspectos de la mente o de la actividad mental estén
separados uno del otro; forman una unidad, tal cual lo hacen las
diversas manifestaciones de vida y material. El gurú dirá al
discípulo: “La llama de una lámpara da luz, y calor, y consume
aceite. ¿La llama, la luz, el calor y el consumo de aceite son
cuatro cosas separadas o separables? Paso a paso, el discípulo es
así guiado hacia la comprensión de que todos los aspectos
innumerables de la mente y del intelecto no son sino rayos de la
Mente Única, del Intelecto Único. Este logro, no es, sin embargo,
finalidad en sí, sino mero conocimiento de la mente en su carácter
microscópico. Recién cuando la mente finita se convierta en Mente
Infinita, “la gota de rocío se deslice dentro del Resplandeciente
Mar”, en el estado de la Conciencia Supramundana, se alcanza la
Meta Nirvana.
84.- Texto: Rgyal-vahi-dvang
po ; sánscrito: Jinendra. Este título se refiere a uno
de los Maestros tibetanos del Gran Símbolo Yóguico.
85.- Texto: Ita-va;
sánscrito: drihti, “culminación”, “destino de la
visión”, y de ahí “meta·. Eso, al hallarse más allá de la
cognición de la mente sangsárica está exento de que se fijen
atributos sangsáricos concebidos mentalmente. Las metas que la
sangsárica concibe no pueden conducir más allá del Sangsára, y
deben, por lo tanto, si se logran, culminar en desilusión. La
búsqueda consiste en el nirvana no sangsárico que, l ser
supramundano, no puede, de hecho, llamarse meta, pues es una
realización de lo que ya es.
86.- Texto: Zhi-valha;
sánscrito: Shántideva, que significa “Pacífico” y
“Divino”, exponente hindú de la filosofía del Gran Símbolo.
87.- Texto:
Höd-srugs-kyis-zhüs-pahi-mdo; sánscrito:
Káshyapa-paripricchá Sutra.
88.- O, en otras palabras, el
yogin ermitaño se halla independiente del aprendizaje en los
libros para efectuar su análisis; busca el conocimiento dentro de sí
mismo. El intelectual, por el contrario, mide la experiencia en
términos sensoriales, o externos del mundo, pues nunca conoció la
espiritualidad vida interior. De ahí que la meditación del
intelectual se llame externa, en contradicción con la meditación
interna del ermitaño. A este respecto dice Milarepa: “Jamás
ponderé ni estudié el mero conocimiento mundano asentado en los
libros...[Este lleva] a la confusión mental y no a una práctica tal
como la que prodiga la captación real de la Verdad”. (Del libro
El Gran Yogi Milarepa del Tíbet).
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
Comentarios
Publicar un comentario