YOGA TIBETANO y DOCTRINAS SECRETAS. LIBRO V. EL SENDERO del SACRIFICIO MÍSTICO: EL YOGA de SOMETIMIENTO del YO INFERIOR. CHÖD.6. Comparación con el misterio tibetano. 7. Origen de la enfermedad de acuerdo con los lamas. 8. Comparación con la ceremonia Bali de Ceilán. 9. El arte del exorcismo. 10. La celebración del Misterio.
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6. Comparación con el
misterio tibetano.
Entre las diversas
doctrinas expuestas en este volumen, el Chöd es, indudablemente, la
más tibetana en cuanto a carácter; y aunque fue reformada por el
lamaismo primitivo, como nuestros dos textos lo señalan, es
inconfundible el origen prebúdico. Considerada antropológicamente,
parece haberse originado en cultos animísticos, relativos al
sacrificio y el exorcismo, que anteceden incluso a la Fe Bön, de
donde la adoptaron los lamas. Para ver esto con mayor claridad,
procederemos a examinar ahora, con algún detalle, el muy parecido
ritual conectado con el Misterio tibetano que, de modo similar,
parece que el lamaísmo lo tomó de los Bönpos.
Originalmente, el
Misterio era con toda probabilidad poco más que una danza ritual de
exorcismo sacrificatorio. Los campesinos tibetanos aun le llaman “La
Danza del Demonio del Tigre Rojo”, deidad Bön, que claramente
sugiere la historia pre-budistica. En este aspecto, es comparable a
la ceremonia Bali, también de origen muy primitivo, que
sobrevivió de modo similar entre os budistas de Ceilán, como
exorcismo sacrificatorio empleado para curar enfermedades humanas en
el que los actores principales con demonios bailarines.
En esta forma altamente
desarrollada, el Misterio hace mucho que se cumple con el fin de
disipar el año viejo con sus demonios de mala suerte, consiguiendo
el auxilio de las deidades por medio del sacrificio humano (hoy en
día efectuado en efigie), salvaguardando así las cosechas y el
ganado, y asegurando la protección divina y el triunfo sobre los
enemigos, tanto humanos como espirituales. Primitivamente es
probable que se asociara con el rito de la ingestión sacramental de
la carne del sacrificio. Con la llegada del budismo, la victima
humana fue suplantada por una efigie antropomórfica, de masa. De
acuerdo con la tradición, esta sustitución se generalizó durante
la última mitad del siglo XVIII de nuestra era, y se atribuye a
Padmasambhava.
7. Origen de la enfermedad
de acuerdo con los lamas.
A esta altura resulta
importante considerar el punto de vista el lamaismo sobre la
enfermedad, puesto que el Misterio, como ciertos aspectos del Rito
Chöd, expuesto más en particular por el segundo de los dos
manuscritos, parece ser fundamentalmente un ritual de expulsión de
demonios y malas influencias y consiguiente curación de males, tanto
en el hombre individual como en el hombre colectivo, i. e. el Estado.
Los lamas sostienen que
existen tres fuentes principales de enfermedad, a saber, falta de
armonía en el funcionamiento del sistema nervioso, en el flujo de la
bilis, y en la circulación de los humores o 'aires' (que son las
fuerzas vitales que constituyen, por su medida de distribución en el
cuerpo, os diversos temperamentos). Los lamas también sostienen que
los estímulos externos, emanados de los seres espirituales,
especialmente con respecto a las influencias planetarias y también
astrológicas, pueden afectar al ser humano, al animal o a las
cosechas, al igual que a la nación, para bien o para mal, pues todas
las criaturas sensibles están, como las estrellas y planetas, la
luna y el sol, relacionadas inseparablemente, siendo en realidad, una
indivisible unidad. Por lo tanto, la astrología es para los
tibetanos, como para todos los pueblos de Oriente, un tema de
profundo estudio, de cuya correcta comprensión depende la
prosperidad de la sociedad humana3.
3.- Que la astrología
hindú no carece de algún valor científico, en especial cuando la
emplean expertos yoguicamente instruidos, lo sugieren la asombrosa
precisión, consistente e predecir el gran terremoto que en enero de
este año, 1934, provocó tan aterradores pérdidas de vidas y
propiedades en realidad de produjo, astrólogos hindúes y sacerdotes
efectuaron ceremonias religiosas, algunas e carácter oculto, para
mitigar, dentro de lo humanamente posible, el inminente desastre. El
profesor Amaranatha Iha, hijo de ex rector de la universidad de
Allahabad, India, quien conforma este relato, publicado sobre la base
de un telegrama en la prensa europea, me dijo, cuando hace poco
estuvo en Oxford, que la predicción astrológica del terremoto fue
publicada un año antes de suceder, en el Panchanga, de Banares. La
hora que allí se daba era la tarde del quince de enero, y tuvo lugar
a las 14,41, en Allabahad. Esta hora varió unos minutos en otras
partes del área afectada. The Hindustani Times (Dehli, enero 18 de
1934), publicó la siguiente nota de Lucknow: “Resulta curioso que
e terremoto fuera esperado por los astrólogos locales, pues muchos
de ellos ofrecieron plegarias en ciertos templos a la hora en que se
produjo la sacudida. Sus cálculos se basaron en la lectura de los
signos del Zodiaco, y las razones de su aprensión consistían en que
no menos de siete planetas estaban en realidad juntos en casa de
Capricornio. Este fenómeno inusual, se dice, fue observado por
última vez en la época de Mahabharata”. El
profesor Amaranatha Jhas también afirmó que la hora y minuto exacto
de su nacimiento, en Darbhaga, Bihar, fueron predichos por el
astrólogo de su familia. Todo esto sugiere que nuestros científicos
europeos y americanos, completamente incapaces de predecir tales
eventos, en especial terremotos, adquirirían cierto grado de
conocimiento puramente utilitario con el desprejuiciado estudio de la
astrología y las ciencias ocultas de Oriente. A este respecto es
bueno recordar que durante años uno leyó pecientemente en la prensa
inglesa graves negativas “científicas” de la rabdomancia, y
actualmente existe una Sociedad de Rabdomantes, cuyos miembros son
empleados e¡por el Gobierno Británico.
8. Comparación con la
ceremonia Bali de Ceilán.
Los sacerdotes budistas
de Ceilán, que que patrocinaron y, por lo tanto, sancionaron la
Ceremonia Bali, proponen una teoría paralela. Y la Ceremonia
Bali es, en sí misma, más completamente astrológica que el
Misterio, dependiendo su eficacia como exorcismo curativo de la
afortunada invocación de ayuda de los dioses relacionados con los
nueve planetas. Estos dioses, que son representaciones con efigies
antropomórficas hechas de arcilla, pintados con colores simbólicos,
son: 1) Ravi (el solo), que causa dolor de cabeza,
enfermedades oculares, fiebre y pobreza; 2) Cahndra (la luna),
que causa fiebre y la tiña; 3) Kuja (Marte), que causa casi
todas la enfermedades venéreas, y convierte en enemigos a los amigos
y parientes; 4) Budha (Mercurio), que causa accidentes que
desembocan en miembros fracturados, y, también peligro por parte de
bestias salvajes; 5) Guru (Jupiter), que causa todas las
enfermedades externas e internas de cabeza y cuello; 6) Shukra
(Venus), que causa debilidad corporal, miopía, y enfermedades
acompañadas de alta temperatura; 7) Shani (Saturno), que
causa anemia, tuberculosis, mengua de la salud, trastornos mentales,
enfermedades cardíacas, y todo género de infortunio y, cierta
posición, la muerte; 8) Rahu (la Cabeza de Dragón), que
causa tumores, úlceras, heridas, enfermedades de las articulaciones,
reumatismo, toda clase de invalidez, y de enfermedades cardíacas, y
tuberculosis; 9) Ketu (la cola de Dragón), que causa
trastornos intelectuales, disentería y diarrea, enfermedades de los
miembros, y la muerte. Dado que solo que cuando los planetas están
en posición desfavorable su influencia es maligna, y los espíritus
hostiles al hombre pueden aliarse para perjudicarlo, cualquier rito
de exorcismo, como la Ceremonia Bali o el Misterio, depende, para su
exitosa aplicación de que el astrólogo escoja, como invariablemente
lo hace, el tiempo auspicioso para su cumplimiento.
9. El arte del exorcismo.
Los lamas explican como
en la naturaleza todas las cosas se influyen unas a otras, y que en
la constitución humana hay elementos, fuerzas, pasiones y poderes
mentales, en constante actividad, similares a los de los invisibles
seres no humanos, que, sin que el hombre lo sepa, lo influyen
trayéndole enfermedades e infortunios. El objetivo práctico de
todos os ritos exorcistas consiste en neutralizar la desarmonía en
la naturaleza y en el cuerpo y la mente del hombre, causantes de
influencias hostiles, cualquiera que sea la forma en que se
produzcan. De modo acorde en todas las épocas históricas se
efectuaron ofrendas propiciatorias a los seres espirituales para
obtener su armoniosa cooperación e¡con el hombre; y en el caso de
los espíritus malignos que rehúsan apaciguarse por tales medios, se
empleó el exorcismo, como aún se lo usa en todos los países y por
parte de las principales iglesias cristianas.
Incluso el fundador del
cristianismo creía que los obstinados espíritus malignos puedan
causar enfermedad y locura en la humanidad. Esto lo ilustra Su
curación del maníaco, expulsando de éste una legión de demonios
para hacerlos entrar en una pirara de cerdos, así como también
otros ejemplos de uso del exorcismo4. “Y según
nos dice San Mateo (X, 1) llamando a sus doce discípulos, les dio
autoridad sobre los espíeritus u¡inmundos, para que los echasen
fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia”.
En todo Oriente, y en
particular en China, la obsesión demoníaca es aun un trastorno
generalmente reconocido, y para curarla se emplean numerosas clases
de exorcismo. En Tíbet hay una difundida creencia de que un Rey
Espíritu, vale decir, un lama desencarnado, que en su ciclo terrenal
practicara la magia negra, puede, mediante la proyección de su
malignidad dentro de un ser humano encarnado, producirle locura. De
modo parecido, como ocurre en la creencia astrológica de Ceilán,
producen otros trastornos en el hombre. Así se dice que tumores y
llagas, y también cálculos biliares y de vejiga se deben a las
malignas influencias de los Espíritus Serpientes, que vulgarmente,
aunque no en sentido esotérico, se confunden con Nagas. Los
Damabs, especie de elementales como las Salamandras de la
filosofía medieval, que habitan en el elemento fuego, pueden
producir agudos dolores en los conductos pulmonares y fiebres altas,
y uno de los órdenes inferiores de Devas, que están
habituados a una existencia de deleites puramente sensuales, si son
ofendidos por un ser humano, pueden vengarse produciendo ataques
epilépticos o apoplejía. En todas esas enfermedades producidas por
espíritus, los tibetanos consideran el exorcismo como la única
panacea.
4.- Cf. San Marcos, V,
1-20; San ucas, IV; 35-6, X-17.
10. La celebración del
Misterio5.
El Misterio, en versiones
que difieren muy poco, en la actualidad lo celebran anualmente todas
las escuelas tibetanas, ya sea, como es más común y de acuerdo con
el estilo pre-budico, a fin de año, o según muchas de las Ordenes
Nyingma, en el cumpleaños de Padmasambhava, al principio del verano,
tal como ocurre en Ladak. Cuando se realiza a fin de año, forma
parte muy importante de la ceremonia conocida como “cuerpo del
sacrifico del año finalizado”.
La celebración se lleva
a cabo en el patio del templo. La notificación del comienzo de la
Representación la da, un potente toque de clarín, de una trompeta
de fémur humano, precisamente como apertura del Rito Chöd.
La orquesta lamaista ejecuta una rara y lastimosa tonada, acompañada
de un canto grave a cargo de los músicos; entonces aparecen los
monjes con mitras negras representantes de la pre-budista creencia
Bön. Efectúan el signo místico Bön de “Los Tres”, y bailan
una música lenta y solemne, tras su salida, entran quienes hospedan
a los demonios. Mientras éstos se desplazan en torno, en su danza
ritual, los lamas oficiantes les hacen ofrendas propiciatorias junto
con todos los seres de los Seis Reinos de la existencia sangsárica.
Seguidamente aparecen, un grupo tras otro, representantes de los
seres demoníacos de los reinos invisibles, muchos de ellos con
cabezas de animales, muy similares a los expuestos en El Libro
Tibetano de los Muertos. Los lamas apaciguan y exorcizan a un
grupo tras otro hasta que aparece Padmasambhava; y todos los demonios
le rinden pleitesía y desaparecen, como símbolo del triunfo del
Budismo sobre el Chamanismo indígena de los Bönpas.
También
existe parecido con el
Rito Chöd,
como exorcismo sacrificatorio en el servicio cantado por el monje que
personifica a Padmasambhava. Por ser, en su totalidad, un rito de
expulsión de los demonios, en el que se invocan la deidad tutelar
del oficiante y los asistentes espirituales de la deidad tutelas,
comparables a la Diosa de la Sabiduría Que Todo lo Realiza y a las
Dakinis
del Rito Chöd,
se cumple el exorcismo o sometimiento de quienes albergan a los
demonios. Los demonios invisibles que serán exorcizados se hacen
entrar en efigie de víctima de sacrificio, tras lo cual el oficiante
entona el siguiente exorcismo para mantenerlos a raya:
“HUM! Que por la gracia
del Feroz y bebedor de sangre, los demonios
malignos
y los malos espíritus se mantengan a raya.
Traspaso sus
corazones con este gancho; ato su manos con este
lazo de
cuerda; ato sus cuerpos con esta potente cadena; los
someto con
el retintín de la campana. Ahora, ¡oh Iracundo
bebedor de
sangre! [Jefe de los Feroces] ocupa tu sublime
asiento
sobre ellos”.
Luego
se solicita al jefe de los -feroces que “arranque los corazones de
los malignos
espíritus y los extermine por
completo”. La efigie de sacrificio, visualizada como si en
realidad fuera un cadáver, se hunde simbólicamente en la sangre de
los demonios, ofreciéndose a los Feroces junto con el siguiente
cántico:
¡HUM! ¡Oh huéspedes de
los dioses del círculo mágico! Abrid vuestras
bocas tan
vastamente como la tierra y el cielo, apretad vuestros
colmillos
como montañas rocosas, y preparaos para devorar
íntegramente
los huesos, la sangre, y las entrañas de todos los
malignos6”.
El Misterio avanza hacia
su dramático clímax, que el primer día consiste en lancear y el
segundo día en apuñalar el Enemigo; y en el Rito Chöd esto tiene
paralelismo en lancear el Dominio del Egoísmo por parte de las
Dakinis. El Enemigo, personificación colectiva de los innumerables
huéspedes del mal que atormentan al pueblo del Tíbet y se oponen al
lamaísmo, está representado por la efigie de un cuerpo humano.
“Unos
días antes de iniciarse la Representación, se prepara, con masa, la
imagen de un muchacho, de la forma más elaborada y clara posible.
Dentro de ella se ponen órganos que representen: corazón, pulmones,
hígado, cerebro, estómago, intestinos, etc. y el corazón venas y
miembros se llenan con un liquido de color rojo que representa la
sangre7”.
Cuatro
gules sepulcrales portan la efigie y la colocan en el centro e patio
monástico. Entonces los demonios, como esqueletos, danzan en su
torno con sus lanzas en alto, moviéndolas
a rienda suelta. Los lamas ejercen seguidamente su poder oculto, y
tan pronto los gules se desploman ante su proximidad, dibujan en
turno de la efigie un triángulo mágico y se retiran. Grupos de
fantasmas y demonios de la muerte se abalanzan y procuran
frenéticamente arrebatar o dañar a la efigie; mas el triangulo que
la rodea, con el auxilio de los cánticos y nubes de incienso
agitadas por los turiferarios, hombres santos
con mitras y túnicas purpúreas, evitan que aquellos cumplan sus
propósitos.
La celebración del
primer día culmina generalmente con la llegada de un Santo aparente
encarnación de Buda, que somete a los demonios y les da pruebas de
misericordia entregándoles un poco de harina, como ofrenda
alimenticia, y un trago de agua bendita.
Al
día siguiente tiene lugar el apuñalamiento del Enemigo con la daga
mágica (conocida en tibetano como phurba).
Igual que antes, cuatro gules sepulcrales portan una efigie, ahora
envuelta en negro atuendo. Danzan en derredor; y luego, levantando
el atuendo, descubren una figura de forma humana hecha como la efigie
usada el primer día.
Seguidamente
entran los demonios principales, seguidos de los huéspedes de los
demonios y un grupo de bailarines demoníacos de sombrero negro
(representantes de los
monjes Bön),
y luego el dios de la Riqueza, acompañado de otras deidades, tanto
masculinas como femeninas, con su séquito. Por último, aparece el
Rey de la Religión, cuya cabeza es como la fe un toro de largos y
salientes cuernos, secundado por muchos seguidores. Es una forma de
Yama,
el Dios del Submundo, de aspecto airado, también conocido con el
Espíritu Cabeza de toro de la Muerte. Con sus ayudantes danza en
torno de la efigie, empuñando en su mano derecha un phurba
y un lazo corredizo, y en su mano izquierda un corazón humano (en
efigie). También efectúa con la daga la señal, o mudra
de “Los tres”. Ahora apuñala al Enemigo en la región cardíaca
y en los brazos y piernas con la daga, y ata sus pies con el lazo
corredizo. Luego, tras hacer sonar una campanilla lamaica,
al estilo del yogin
en el Rito Chöd,
toma una espada y corta los miembros, efectúa una incisión en el
pecho y extrae el sangrante corazón, los pulmones e intestinos del
Enemigo. Entonces se abalanzan múltiples seres monstruosos, cuyas
cabezas con cuernos se parecen a la del ciervo y
el yak. Estos cornean los restos y dispersan los fragmentos en todas
direcciones8.
Los
demonios asistentes juntan ahora los fragmentos en una gran jofaina
de plata que tiene la forma de un cráneo humano, comparable al gran
cráneo caldero en el que se recogen los fragmentos del cuerpo del
yogin en el Rito Chöd9.
En magnifica procesión,
en la que los bailarines del sombrero negro toman parte, cuatro de
los ayudantes llevan la jofaina, con el montón de restos del
sacrificio, al Rey de la Religión. El Rey toma los fragmentos
sangrantes y, luego luego de comer un bocado, arroja el resto por el
aire. Después los agarran los otros demonios y luchan por ellos,
desparramando los pedazos de modo más frenético aun hasta que se
dispersan entre la multitud, que ahora toma parte en el festín.
Entonces se produce un salvaje forcejeo entre la muchedumbre que
pugnan por los trozos del cuerpo desmenuzado, comido de inmediato en
forma sacramental o atesorado como santas reliquias, eficaces contra
las enfermedades e infortunios humanos.
En la siguiente escena,
el Rey efectúa el holocausto de una pequeña imagen de papel, que
representa a un hombre ubicado dentro de un cráneo y consumido en un
caldero de aceite ardiendo. De ese modo son vencidos y destruidos
todos lo males.
A
continuación de este rito se desarrolla una procesión de monjes,
precedidos por máscaras y seguidos por laicos, portando una
tricéfala imagen humana hecha de masa, que se abandona
ceremoniosamente, al estilo de chivo emisario judío. Entonces
los laicos, lanzándose sobre la abandonada efigie, la hacen pedazos
y furiosamente procuran los fragmentos que, como en la escena
anterior, son atesorados como talismanes.
Mientras tanto, los lamas
vuelven en procesión al templo y celebran un servicio especial. Por
último, el Misterio concluye con una danza ritual por parte de los
bailarines demoníacos de sombreros negros, a los que sigue la
aparición del monje chino denominado Hwashang, al que Padmasambhava
expulsó del Tíbet.
5.- Nuestras
observaciones sobre el Misterio Tibetano se basan en la versión
representada por los monjes de la escuela no-reformada del monasterio
de Himi, en Ladak, Kashmir; pues estos monjes conservaron mejor que
los de la escuela reformada sus antiguos elementos pre-budistas. Es
más, el Misterio de Ladak corresponde en toda su esencia al Misterio
cumplido por otra ordenes monásticas de los Nyingma, a lo largo del
Tíbet, Bhutan, y Sikkim, y se le conoce bien pues lo presenciaron y
comentaron una cantidad de componentes europeos. (Ver L. A. Waddell,
The Buddhism of Tibet or Lamaism, Londres, 1895, cap. XX)
6.- Cf. L. A.
Waddell, op. Cit. Pag 531-532.
7.- Cf. L. A.
Waddell, op. Cit. Pag 527.
8.- Los lamas de la
escuela reformada modificaron arbitrariamente esta parte de la
Representación para convertir a estos demonios corneadores en
símbolo del lama Pal-dorje que, hacia el inicio del siglo X de
nuestra era, asesinó a Lang-Darma, Rey Tibetano que, debido a su
apostasía del budismo y siguiente persecución, fue llamado el
Juliano del lamaismo. El carácter del Rey de la Religión también
fue cambiado para que representara al dios Mahakala, que según se
cree puso a Lang-Darma en manos del lama; y los gules para que
hicieran el papel de quienes retiran el cadáver de Lang-Darma. ( Cf.
L. A. Waddell, op. Cit. Pag. 5311).
9.- Nos parece ver aquí
sobrevivir un secreto rito iniciático parecido al de los Misterios
Orficos, en los que Dyonysus-Zagreus, divinidad nacida de la unión
de Zeus y Perséfon, que llegó ser el Gran Señor dominador de la
muerte y la regeneración, es muerto, por celos, por sus hermanos
Titanes. Estos cortaron su cuerpo en pedazos y lo arrojaron a un
caldero. Palas Atenea salva el corazón y se lo lleva a Zeus, quien
para vengar la mala acción, mata a los asesinos con sus rayos. Zeus
encarga a Apolo que junte las partes dispersas del cuerpo del
martirizado Zagreus. Este era el rito que los sacerdotes órfidos en
su Representación del Misterio, que tenía lugar sólo ante neófitos
e iniciados. En los Rito Omofágicos, el rito se representa con el
sacrificio de un hombre y el descuartizamiento de su cuerpo. Los
devotos cortaban la carne en pedazos y, al comerla, participaban de
la naturaleza divina de Zagreus. A finales del siglo III antes de
Chisto, este este rito sacerdotal, como a la sazón se lo
representaba en Roma e Italia, había de tal modo degenerado que,
finalmente, obligó a la promulgación del famoso Edicto De
Bacchanalibus, prohibió los Misterios de toda la Península
Itálica. Hablando de este Edicto, Plinio (Hist. Nat. XXX, 1)
nos dice que “se consideraba supremo acto religioso matar a un
hombre, y actos más saludable aún, comer su cuerpo”. En los
Misterios Egipcios se dramatizaba y representaba un rito similar, que
representaba la muerte de Osiris, asesinado por su hermano Tifón y
los compañeros de éste. El cuerpo fue cortado en veintiséis
pedazos. Estos fueron echados al Sagrado Río Nilo y luego
recogidos, con excepción de uno, por la Diosa Isis. (Cf.
Baring-Gould Origin and Development of Religious Belief, Londres
1869, i. 405-7). similares paralelismo existen en los antecedentes
religiosos de muchos otros pueblos, tanto del Nuevo como del Viejo
Mundo.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimida
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