YOGA TIBETANO y DOCTRINAS SECRETAS. LIBRO III.Práctica 2: Unión de la naturaleza de la Clara Luz con el Camino durante la noche. Práctica 3: Unión de la naturaleza de la Clara Luz con el Camino durante el estado Post-Mortem.PARTE 3: LA CLARA LUZ RESULTANTE.
Práctica
2: Unión de la naturaleza de la Clara Luz con el Camino durante la
noche.
14)
La segunda práctica, Unión de la Naturaleza de la Clara luz con el
Camino durante la Noche, ha sido expresada como sigue:
“Habiendo
provocado la apertura del Loto del Corazón,
entonces,
dentro de sus cuatro pétalos y pericarpio,
visualiza
las sílabas: AH, NU, TA, RA, HUM171”
15)
También ha sido expresada como sigue:
“En
los Agregados172, la Constitución173,
y las facultades sensibles,
concentra
ahora todos los poderes del doble 'Conocedor174',
tras
haber transmutado éstos en la Gran Vacuidad175,
los
sueños llegarán aq uien duerme, en virtud de los ejercicios
respiratorios”.
16)
Cuando uno cae en el primer sueño, duerme profundamente. Este
estado del sueño se halla simbolizado por la tersa superficie de un
océano. Sus limites están determinados por la Luz, la Ignición,
y el Logro176.
17)
El reconocimiento de la Clara Luz se logra en el intervalo entre el
cesa de las experiencias del estado de vigilia y el comienzo de las
experiencias del estado de sueño.
18)
La Clara Luz se utiliza en el Camino por medio de la aplicación de
las escogidas enseñanzas concernientes a la unión del estado de
dhyána [i. e. meditación profunda] y el estado de sueño .
19)
En éste [i. e. el proceso de unión del estado de dhyána y
del estado de sueño], ha de suplicarse a los Gurús a fin de
que se pueda reconocer la Clara Luz. Entonces resuelve firmemente
que la reconocerás.
20)
Cuando te acuestes a dormir, hazlo de modo que el lado derecho quede
hacia abajo, de acuerdo con la posición en que se echa el león.
21)
Luego, imaginando el propio cuerpo como si fuese el de la deidad
tutelar [yidam], visualiza [en
el centro del chakra] del corazón un loto de cuatro
pétalos, que tiene en el centro de la superficie superior de su
pericarpio la sílaba HUM; en la superficie del pétalo
frontal, la sílaba AH; en la superficie superior del pétalo
derecho, la sílaba NU; en ña superficie superior del pétalo
trasero, la sílaba TA; y en la superficie del pétalo
izquierdo, la sílaba RA; cada sílaba vividamente
definida177.
22)
Luego, al entregarte al suelo, haz que todas las cosas visibles y
audibles se suman en ti mismo.
23)
Luego, deja que tu mismo te sumas en el loto de cuatro pétalos.
24)
Luego, cuando el sueño te avasalle, deja sumir todas estas
experiencias dentro del AH frontal; luego dentro del NU
derecho; luego dentro del TA trasero; luego dentro del RA
izquierdo; luego dentro del HUM central; luego dentro del
circulo [o punto] que está arriba; y luego éstos dentro del signo
de media luna del HUM; luego dentro del rasgo parecido un llama
sobre el círculo [o punto]178.
25)
Cuando se desvanezca la cognición de esta visualización, piensa
entonces que estás profundamente dormido en el estado de la Clara
Luz. Obrando de este modo uno entra en el estado del yoga del
análisis retrospectivo [o meditación]179.
26)
O uno puede concentrar la mente sobre la serie de sílabas tomadas
juntas –AH, NU, TA, RA, HUM– lo cual se llama Cognición
Completa.
27)
Mientras medita de esta manera, en el intervalo entre el estado de
vigilia y el de sueño, uno experimenta la Luz180.
28)
El estado de hallarse rendido por el sueño se llama la Ignición.
29)
El estado de sumirse en el sueño se llama el Logro181.
30)
El surgimiento de la Clara Luz en el sueño profundo es la Clara Luz
Madre.
31)
La Clara Luz Resultante surge al convertir en base [de la práctica]
el proceso de sumirse gradualmente en el sueño, manteniendo la mente
libre de pensamiento (en cuyo estado mental el sumirse gradualmente
aparece como Vacío)182.
32) El reconocimiento de la
Clara Luz Fundamental [o madre] mediante ese método, al parecerse al
reconocimiento de una persona a la que uno ha conocido previamente,
se llama “Unión de la Clara Luz de la Madre y el Hijo183”.
171.-
Tomadas en conjunto las cuatro componen la palabra sánscrita
Anutara, que significa “estado supremo” [sabiduría
suprema], o “sobre el cual no hay nada”. El HUM,
al que se adscriben diversos significados, de acuerdo con el contexto
y uso, sugiere aquí el verdadero estado, la mente en su condición
primordial, inmodificada por el proceso de pensamiento, al cual
estado aspira el yoga.
172.-
Los agregados son los cinco (skandhas).
173.-
La constitución se refiere al cuerpo del hombre como constituido por
cinco elementos –tierra, agua, fuego, aire y éter–.
174.- El “Conocedor”
en su doble aspecto, como el señalado aquí, se refiere a la mente
cognitiva en sus dobles aspectos sangsáricos, que son el estado de
vigilia y el estado de sueño (u onírico).
175.-
Este es el quinto grado de la Vacuidad.
176.-
Texto: Nang = “Luz; Ched = “Ignición”; Thob=
“Logro”, o “Resultados”. En este contexto, la luz no es la
Clara Luz. Estos tres términos técnicos del yoga se refiere
a las tres etapas del progreso espiritual en el Camino. La Luz es el
amanecer de la experiencia estática; la Ignición es la duración de
esta experiencia y su efecto iluminador; y e Logro es la suma total
de los resultados, progresivamente considerados, obtenidos de la
experiencia.
177.- A fin de tener
convenientemente orientado el loto visualizado, el yogin ha de
encarar el Norte. De esa manera, HUM estará en el centro;
AH, hacia el Norte; NU, hacia el Este; TA hacia
el Sur; y RA, hacia el Oeste.
178.-
A fin de entender estas directivas, ha de analizarse la sílaba HUM,
escrita en tibetano en a forma larga de arriba, o configurada, con
mayor largo. El signo-vocal, que parece un número 6 levemente
inclinado a la izquierda, se halla al ie. Las partes de AH
son las que están entre el signo-vocal y el signo creciente. Por
encima del signo de media luna el pequeño circulo (o punto) con su
rasgo que parece una llama, de donde la visualización se disuelve en
la Vacuidad. Cada una se estas divisiones de la sílaba simboliza
diferentes principios y doctrinas esotéricas, como lo aclara el
Libro VI. Esta práctica tiende a poner a tono al yogin con un
exaltado estado de la mente en el que ingresa en estado onírico.
Si el estudioso occidental
prefiere en la aplicación de estas doctrinas yóguicas
emplear las formas transliteradas de las visualizaciones silábicas
prescritas, puede aquí visualizar las tres del HUM como
dispuestas en linea perpendicular, la H en la parte superior,
la U debajo de la H, y la M al pie, y sobre la H
una media luna, y sobre la media luna un circulo que termina en punta
(o punto) que remata en una llama. Entonces ha de aplicar
textualmente las directivas de modo que M se absorba en U,
luego en H, luego en la media, luego en el circulo (o punto),
y luego en el rasgo que parece una llama.
179.-
El objetivo del yogin es capacitarse para pasar del estado de
vigilia al estado de sueño, o viceversa, con ininterrumpida
continuidad de conciencia, de modo de estar plenamente auto
consciente y disfrutar de completa memoria de cuanto se ve y
experimenta en cualquiera de los estados en que se halle.
180.-
Aquí, nuevamente, una versión literal (p. e. “De ese modo, el
estado de no sueño [es] la Luz”), sería para los lectores, no
familiarizados con la aplicación del texto por parte del gurú,
ambigua si no ininteligible. Este estado de no sueño es ese estado
que separa el mundo de las experiencias de vigilia de las
experiencias oníricas (o de sueño), en el que eñ yogin, si logra
buen éxito en la meditación, concreta una extática claridad de
percepción llamada la Luz. Eso tiene lugar tan sólo cuando el
yogin consigue mantener la continuidad de conciencia a través
de los estados de vigilia y de sueño, y del estado intermedio a
ambos.
181.-
La Luz es el amanecer del estado onírico; la Ignición, la
continuación del estado onírico; y el Logro, el resultado, o sueño,
alcanzado.
182.- Aquí, en
comparación con el pasaje anterior, el proceso psíquico se
invierte, y el surgimiento de la Clara Luz Resultante precede al de
la Clara Luz Madre. En la condición en que uno pasa gradualmente al
estado de sueño se percibe la Luz Resultante, y la Clara Luz Madre
aparece cuando uno se sume en profundo sueño, tal como se afirma en
el párrafo anterior.
183.-
Este reconocimiento es la tercera etapa de los resultados yóguicos
a alcanzar; y en la Doctrina del Bardo, que sigue, en el
próximo Capítulo, se lo clasifica como la -clara Luz Cuarta, pues
normalmente aparece después de la muerte en un cuarto estado, o
dimensión.
Práctica 3: Unión de la
naturaleza de la Clara Luz con el Camino durante el estado
Post-Mortem.
33) La tercera práctica,
Unión de la Naturaleza de la Clara Luz con el Camino durante e
Estado Post-Mortem, se exponen en la Doctrina del Estado Post-Mortem,
que sigue.
PARTE 3: LA CLARA LUZ
RESULTANTE.
34) De la tercera parte, la
Clara Luz Resultante se ha dicho:
“El puro cuerpo
ilusorio184, dotado de la Clara Luz como un pez que
salta del agua, o la Forma de Vajradhára185, que
surge como cuando uno se despierta del sueño, simboliza la unión de
la Clra Luz Madre y la Clara Luz Hijo, resultante de la instrucción
que tiene como fundamento las enseñanzas y el estudiante que estudió
las enseñanzas186”.
35) Esta percepción marca el
grado de perfección espiritual alcanzado, llamado, entre los los
Doce Grados, el Grado Grandemente Jubiloso187, del
cual se ha dicho:
“Cuando las formas
ilusorias toman contacto con lo Indefinido, surge el Conocimiento188,
y uno adquiere la
comprensión del Penetrante y del Real189,
y dominio de la Muy
Brillante y de la Duradera190, y del Siddhi
de la Transformación191;
y éstos se conocen
como los Ocho Dones Supremos192”.
36) Tal es el estado del
perfecto Estado Búdico del Gran Dorje Chang [o Vajradhára], que
resulta de la Sabiduría Innata, donde termina la enseñanza y el
alumno [habiéndose alcanzado la Meta].
37) De esto se ha dicho:
“El goce del pleno
poder de los Principios del Cuerpo Divino, de la Palabra Divina,
y de la Mente Divina,
y del Siddhi de la Transformación,
así como, del mismo
modo, se manifiestan en el 'Movimiento' y en el 'No Movimiento',
satisfaciendo todo
deseo, y dotado de todas la virtudes,
constituye los Ocho
Omnipotentes Poderes que son el Fruto del Yoga193”.
[Aquí termina La Doctrina de
la Clara Luz].
184.-
Este puro cuerpo ilusorio es el de la deidad tutelar del yogin.
Es muy grande el número de deidades que el yogin puede
escoger para protegerse. Pero, por regla general, elegirá una
perteneciente a la escuela en la que (pertenece) y se educara, muy al
estilo de los primeros yogins cristianos que moró en lo desiertos de
Egipto que buscó un santo célebre por su santidad para que e
sirviera de protector tutelar, o espiritual, como ángel guardián.
185.-
Vajradhára, el Gurú Divino, el Buda Primordial, en Quien se cree
que tuvo origen la Tradición Esotérica contenida en estas seis
Doctrinas, a veces es escogido como tutelar, en especial por el yogin
que aspira ala Meta Suprema.
186.-
Un pasaje paralelo que ayuda a aclarar éste, se halla en el muy
oculto tratado tibetano Se-pho, que pertenecía al extinto
lama Kazi Dawa Samdup:
“Así como de la
superficie de un claro estanque
salta repentinamente un
pez,
de igual modo del Vacío
Total y la Claridad
proviene la Tela de la
Milagrosa ilusión,
cuya comprensión es el
Nirvana;
y por alcanzar esta
comprensión el discípulo ha pugnado”.
En algunas de las tradiciones
esotéricas del Tíbet el cuerpo humano es comparado con una olla de
barro; y el Rayo de lo Eterno que está adentro, esa innata
conciencia de la Realidad, “la Luz verdadera que ilumina a todo ser
humano viene al mundo”, la Luz en el Camino, se llama la Clara Luz.
Y se dice que los esfuerzos de gurú deben tener la única
finalidad de romper la olla de barro de modo que sólo quede la Clara
Luz brillando en el Vacío.
La consciente percepción de
las Claras Luces Madre e Hijo, como se las menciona en nuestro texto,
es resultado del estado de dhyána alcanzado correctamente, de
acuerdo con las instrucciones yóguicas dadas. El intelecto
perceptivo, el despierto “Conocedor”, que de ese modo se
proyecta, simbolizada la unión de ambas Luces, y es el resultado de
haber recorrido con buen éxito esta parte del Camino.
187.-
Texto: Sa-rab-tu-ga-wa; sánscrito: Pramutita, “Gozo
Supremo”, se refiere a un estado de dicha resultante de la
iluminación mental en cuanto a la naturaleza de la Realidad; de él
no es posible volver a caer en el criterio no iluminado concerniente
al ser humano y al Universo. Es de esa manera el “Gozo Supremo”
pues se trasciende por siempre el erróneo conocimiento sobre la
mente y la materia. Shakyamuni los atravesó todos. De acuerdo con
los Tantras budistas, hay dieciséis grados, o seis más, y el Buda
Shakyamuni se halla actualmente en el decimosexto. Samantabhadra
(tibetano: Kuntuzangpo), el Adi Budha de los Ningmapas (también
conocidos como los “Gorros Rojos”), se halla también en el
decimosexto; y el Budha Vajradhára, en el decimotercero. Los
primeros diez grados de perfección, o etapas alcanzadas en el
Camino, han sido enumerados por el extinto Csoma de Korös (en su
vocabulario sánscrito-tibetano-ingles, i. II) de esta forma: 1) el
Grandemente Regocijante [Gozo Supremo]; sánscrito Pramudita;
2) el Inmaculado; sánscrito: Vimala; 3) Luz Hacedora [o
Causante]; sánscrito: Prabhakara; 4) Luz [o Rayo] Difusor;
Archishmati; 5) Muy Difícil de Practicar [o conquistar];
sánscrito: Sudur-jaya; 6) Eminente[o
Excelente]; sánscrito: Abhimukrin; 7) Muy Avanzado;
sánscrito: Dürangama; 8) Inmóvil; sánscrito:
Achala; 9) Directo Entendimiento [o Fina Mente Discerniente];
sánscrito: Sádhumati; y 10) Nube de Virtud; sánscrito:
Dharma-megha.
188.-
Este contacto de los Indefinido por parte de las formas ilusorias
implica que ellas mismas se vuelvan indefinidas; la Forma (sánscrito:
Rupa) se vuelve No Forma (sánscrito: Arupa), y el
yogin alcanza el primer grado del Correcto conocimiento en
virtud de comprender realmente la insustancialidad de todas las cosas
modeladas y formadas.
189.-
El Penetrante es el Karma, llamado así porque penetra, o gobierna,
cada uno de los Seis Estados de la Existencia. Lo Real es el Real
Conocimiento, o Nirvana, que emancipa de todos los estados de la
existencia sangsárica y de todas las propensiones y apegos kármicas,
que con las causas del renacimiento.
190.-
La Muy Brillante es la Clara Luz; y la Duradera es a Eterna, o Mente.
191.-
Siddhi significa literalmente “logro” o “disfrute” de
la meditación yóguica, pero aquí se refiere más en
particular a los poderes supernormales yóguicamente
adquiridos de asumir cualquier contextura o forma grande o pequeña
visible o invisible.
192.-
Tras el análisis de estos cuatro profundos versos, descubrimos que
los Ocho Dones Supremos son: 1) la Unión de la Forma con la No
Forma, mediante formas ilusorias que toman contacto con lo
Indefinido; 2) el Conocimiento resultante de la no realidad de la
objetividad; 3) el Entendimiento del Penetrante, o Karma,
alcanzado de ese modo la liberación de la existencia mundana; 4) el
Entendimiento de lo Real, o Nirvana; 5) Percepción de la Muy
Brillante, o Clara Luz; 6) Comprensión de los Duradero, o Eterno,
como Mente; 7) el dominio sobre este estado de realización; y 8) el
Siddhi de Transformación.
193.-
El tema de estos cinco versos en el original tibetano es tan
excesivamente elíptico y enigmático que fue menester una versión
muy libre. El tibetano de la estrofa n.º 35 es similarmente
indefinido. Para procurar una versión inteligible de ellos se
consultaron pasajes similares en el Se-pho.
Aquí, nuevamente el análisis
de los versos demuestra que los Ocho Poderes Omnipotentes, que son el
Fruto del Yoga, son: 1) el Poder del Cuerpo Divino, o Búdico;
2) de la Palabra Divina; y 3) Mente Divina; 4) del Siddhi de
la Transformación; 5) de la manifestación de éstos en el
“Movimiento” como fuerza motora del Sangsára; 6) de su
manifestación en el “No Movimiento”, o Nirvana, como antítesis
del Sangsára; 7) la satisfacción, o sofocación de todo deseo
sangsárico; y 7) el don de todas las virtudes divinas.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimida
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