[El
décimo día]
[Visión
de Ratna-Heruka]
Aún,
si la tristeza surge en el difunto por los oscurecimiento de su
karma, no los reconoce y huye, causado por miedo y terror, el Décimo
Día, vendrán a recibirle las deidades bebedoras de sangre de la
Orden de la Gema Preciosa [Ratna]. Por eso hay que volver ayudar al
difunto para que reconozca esa visión penetrante, llamándole por su
nombre, así:
Oh,
noblemente nacido, escucha sin distracción. El Décimo Día,
llegarán a recibirte desde el sector sur de tu cerebro y brillarán
sobre ti la deidad bebedora de sangre de la orden de la Gema
Preciosa, denominada Ratna-Keruka, de color amarillo; tres cabezas,
seis brazos, cuatro piernas asentadas con firmeza, está rodeado de
llamas, como ardiendo; la cabeza derecha es blanca, la izquierda es
roja, y la central amarillo oscuro; con un halo de llamas;
sosteniendo en el primer brazo de los seis, una gema, en el medio un
tridente, en el último un bastón; en el primer de los brazos de la
izquierda una campana, en el medio un cuenco de calavera, en el
último un tridente. Está abrazado por la Madre Divina
Ratnakrodhesvari que rodea con su brazo derecho el cuello al divino
Padre-Madre, con la mano izquierda le acerca a la boca un cráneo de sangre.
No temas. No te asustes. No la rechaces. Reconoócelos como tu
propia naturaleza, tu propia mente. Al ser tus propias deidades
tutelares no tienes porque temerlas. En realidad ellos son el
Padre-Madre Bhagaván Ratnasambhava. Cree en ellos, venera les con
devoción. Al reconocerlos se obtiene al instante la liberación.
Una
vez dicho esto, el difunto reconoce la aparición de su divina deidad
tutelar, y se funde con ella obteniendo el Estado Búdico.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
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