EL LIBRO TIBETANO DE LOS MUERTOS. El decimotercer día. [Visión de las ocho ma-mo y de las demás divinidades femeninas]
[El
decimotercer día]
[Visión
de las ocho ma-mo y de las demás divinidades femeninas]
Si
nadie ayuda al difunto a obtener la visión penetrante, aunque sean
buenas personas que estén en el Sendero172,
también errarán aquí y vagarán en el Sangsára, el ciclo de las
existencias. Entonces, aparecerán los ocho seres terroríficos, las
Ocho divinidades Iracundas, las Kerimas, y las Htamenma, de numerosas
cabezas de animales, que salen del interior mismo de tu cerebro, de
tu mente, y vienen a brillar sobre el difunto. Por ello es necesario
ayudar al difunto a lograr la visión penetrante, llamando al difunto
por su nombre, así:
Oh
noblemente nacido, escucha sin distracción. El Día Decimotercero,
desde el medio de tu cerebro, aparecerán las Ocho Kerimas (ma-mo,
deidades
femeninas enojadas) y brillarán sobre ti. No las
temas.
Del
este de tu cerebro, aparece sobre ti, la blanca y brillante
Kerima173,
sosteniendo un cadáver humano, reseco a modo de maza, y en la mano
izquierda un cuenco de cráneo lleno de sangre. No temas.
Desde
el el sur de tu cerebro aparece sobre ti, la amarilla Tseurima174,
sosteniendo un arco tensado con una flecha, lista para disparar.
Del
oeste, surge la Roja Pramoha175,
llevando una bandera de makara176,
un monstruo marino.
Desde
el norte, sale la negra Petali177,
sosteniendo un dorje y un cuenco de cráneo llego de sangre.
Desde
el sureste, de color anaranjado la Pukkase178,
sosteniendo intestinos en la mano derecha y llevándoselos a la boca
en la izquierda.
Desde
el suroeste, de verde oscuro, aparece Ghasmari179,
sosteniendo en la mano izquierda un cuenco de cráneo lleno de sangre
mientras se lo lleva a la boca y en la derecha un dorje removiendo el
contenido.
Desde
el noroeste, aparece Tsandhalí180,
de color amarillo, arrancando la cabeza a un cadáver, sosteniendo en
la mano derecha un corazón y devorando el cuerpo con la ayuda de su
mano izquierda.
Desde
noreste, de color azul oscuro, aparece Smasha181,
arrancando la cabeza a un cadáver y luego lo devora.
Estas
son las Ocho Kerimas de las ocho Direcciones, unidas a los Cinco
Padres Bebedores de Sangre, que brillarán también sobre ti. Salen
de tu propio cerebro y salen a tu encuentro. No te asustes. No les
temas.
Oh
noblemente nacido, escucha sin distracción, desde el Círculo
exterior de tu cerebro, surgen las Ocho Htamenmas que brillarán
sobre ti:
Desde
el este Simhamuka, la de Cabeza de León, de color azul oscuro, tiene
sus manos cruzadas sobre el pecho, y sosteniendo en la boca un
cadáver mientas sacude su melena.
Desde
el sur aparece Vyaghrimukha, la Roja Cabeza de Tigre, tiene sus
brazos cruzadas en el pecho hacia abajo, mostrando los colmillos y
con mirada desorbitada.
Desde
el oeste, la Negra Srngalamuka, la de Cabeza de Zorro, sostienen su
mano derecha una navaja, y en la izquierda intestinos que comen y
lamen su sangre.
Del
Norte aparece Svanamaka, la azul oscura de Cabeza de Lobo,
desgarrando y comiendo con sus manos un cadáver y con miranda
desorbitada.
Desde
el sureste, Grdhamakha, la Cabeza de Buitre, de color blanco,
llevando un gigantesco cadáver humano sobre la espaldas y
sosteniendo un esqueleto en la mano.
Del
suroeste, aparece Kankamukha, la de Cabeza de Pájaro de Cementerio,
un milano, de color rojo oscuro, llevando sobre sus espaldas un
gigantesco cadáver.
Desde
el noroeste, aparece Kalamukha, la de Cabeza de Cuevo, de color
negro, su mano izquierda sostiene un cuenco de cráneo lleno de
sangre, y la derecha una espada, devorando un corazón y unos
pulmones.
Desde
el noreste, aparee Ulumukha, la de Cabeza de Búho, de color azul
oscuro, llevando en su mano derecha un dorje y sosteniendo un cuenco
de cráneo lleno de sangre en la mano izquierda; devorando la carne
fresca.
Estas
Ocho Htamenmas de las ocho regiones unidas con los Padres-Madres de
Bebedoras de Sangre, que surgen del interior de tu cerebro y que
brillan sobre ti como unas visiones. No las temas, reconócelas como
las formas del pensamiento de tus propias facultades intelectuales,
como tus propias proyecciones inherentes a tu propia mente.
172.-
O “que experimentan el desarrollo psíquico”.
173.-
Texto: Kerima, forma ilegítima del sánscrito Keyuri,
nombre de una diosa de los cementerios.
174.-
En el texto, forma sánscrita ilegítima, nombre de otra diosa india
de los cementerios.
175.-
Tibetano-sánscrito del texto.
176.-
Texto: chu-srin (pronuncia, chu-sin): “león
acuático” o “leviatán” (sánscrito Makara), monstruo
mitológico.
177,
178, 179 .- Tibetano-sánscrito del texto.
180.-
Forma textual, del sánscrito Chandali, que aparentemente se
refiere al espíritu de una mujer de casta baja (i. e.
Chandali), la cual,
como cada una de las diosas de nuestro texto, vaga por los
cementerios o campos de cremación. Todas estas diosas, que aparecen
aquí, parecen más bien símbolos (cada uno a su modo) para grabar
en el difunto, como en un drama de iniciación, la naturaleza de la
existencia sangsárica (su impermanencia, su insatisfactorio) y la
necesidad de elevarse sobre ella, conquistándola a través del
renunciamiento del mundo; todas las diosas emanan, como el texto lo
enseña repetidamente, del contenido mental que la existencia
sangsárica perceptiva le
dio.
181.-
En lugar de esta forma tibetana-sánscrita de nuestro texto, la
Xilorafía presenta Smashali, que es una forma más correcta.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicida
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