EL LIBRO TIBETANO DE LOS MUERTOS. LIBRO I El CHIKHAI BARDO y El CHÖNYID BARDO. La Introducción. La transferencia del principio de la conciencia. La lectura de este Thödol. La aplicación práctica de este Thödol por el oficiante.
Los MENSAJEROS de la MUERTE.
“Todos los descuidados y
distraídos,
cuando aparecen los mensajeros
de la muerte
deben sufrir los espasmos del
sufrimientos
habitando en algún cuerpo
vil.
Mas todos los hombres buenos y
santos
cuando ven a los mensajeros de
la muerte
no se comportan con
negligencia sino que atienden
a lo que dice la Noble
Doctrina;
y, espantados, ven en el
apego
la fértil fuente del
nacimiento y la muerte.
Y al liberarse del apego,
así se extingue el nacimiento
y la muerte.
están seguros y felices.
Liberados de todo este
espectáculo efímero;
exentos de todo pecado y
temor,
vencen a toda la miseria.
Anguttara-Nikaya, III, 35
(según la versión de Warren)
LIBRO
I
[El CHIKHAI BARDO y El
CHÖNYID BARDO]
He aquí la puesta cara a cara
con la realidad en el estado intermedio: la gran liberación mediante
la audición mientras se esta en el plano post-mortem, de “la
profunda doctrina de la emancipación de la consciencia mediante la
meditación sobre las deidades pacíficas e iracundas”.
“La esencia de todas las
cosas es una misma, perfectamente calma y tranquila, y no muestra
seña de 'devenir'; sin embargo, la ignorancia, en su ceguera y
engaño, olvida la Iluminación, y es por ello que no puede reconocer
verdaderamente todas aquellas condiciones, diferencias y actividades
que caracterizan los fenómenos del Universo”.
Ashvaghosa
The Awakening of Faith
(según la traducción de
Suziki).
[Las Pleitesías]
Al divino cuerpo de la
verdad1,
la luz incomprensible e ilimitada;
al divino cuerpo del don
perfecto2,
que son las deidades del loto,
las pacíficas y las
iracundas3;
a la encarnación nacida del
loto, Padmasambhava4,
que es el
protector de todos los
seres sensibles;
a los maestros, a los tres
cuerpos5,
Pleitesía.
1 y
2.- Dharmakáya. El primer aspecto del Dharmakáya es el
cuerpo de esencialidad única. Se trata de la dimensión de vacuidad
del despertar, sin nacimiento ni muerte, potencialidad pura sin
características que abarca el conjunto de los cuerpos y simboliza el
en consecuencia la indivisibilidad de los tres cuerpos. También cabe
designarla como Dharmakáya o cuerpo de realidad. Dos purezas lo
adornan, pureza de naturaleza y pureza de accidentes adventicios.
3.- “Estas deidades
están en nosotros mismo. No son algo aparte de nosotros. Somos uno
con todo lo que existe, en cada estado de la existencia sensible,
desde los mundos más bajos del sufrimiento hasta lo estados más
altos de la bienaventuranza y la iluminación perfecta. En este
sentido, la orden del loto de las deidades representa los principios
deificados de las funciones vocales en nosotros mismos; las deidades
pacíficas representan los principios deificados del corazón o de
las funciones de sentimiento; las deidades iracundas representan, en
el mismo sentido, las funciones de nuestra mentalidad (tales como
pensar o razonar, y la imaginación o la memoria) centradas en el
cerebro”. –lama Kazi Dawa Samdup.
4.- Padmasambhava, i.
e. “El nacido del loto”, en conexión con el nacimiento bajo
condiciones puras o santas, llamado comúnmente por los tibetanos
Gurú Rinpoche (“El precioso Gurú”), o simplemente Gurú (voz
sánscritas que significa: maestro) es considerado por sus seguidores
como encarnación de la esencia del Buddha Shakyamuni en su aspecto
tántrico, o profundamente esotérico.
5.- Trikáya (tres
cuerpos de un buddha). Resulta fundamental comprender que los
tres cuerpos no son tres entidades separadas, sino tres expresiones
del despertar que, en esencia, son una. De esa forma, los dos
cuerpos formales preceden del dharmakáya, sin que estén realmente
separados. Estos tres cuerpo son: Dharmakáya, Sambhogakáya y
Nirmanakáya.
6. “La serie guía”
se refiere a varios tratados que ofrecen una guía práctica a los
devotos del camino búdico que atraviesan el mundo humano y, por
ende, el Bardo, el estado post-mortem, y que van en pos
del renacimiento, o del nirvana.
[La
Introducción]
Esta gran doctrina de la
liberación mediante la audición, que confiere libertad espiritual a
los devotos de ingenio corriente mientras se hallan en el estado
intermedio, tiene tres divisiones: lo preliminar, el tópico
sustancial, y la conclusión.
En primer lugar, ha de
dominarse mediante práctica lo preliminar: Las series de guía6,
para emancipar a los seres.
[La
transferencia del principio de la conciencia7]
Los intelectos mas elevados
deben liberarse muy ciertamente con La guía; pero si no se
liberan, entonces, durante el estado intermedio de los momentos de la
muerte han de practicar la transferencia, que da liberación
automática recordándola meramente.
Muy ciertamente los devotos de
ingenio corriente deben liberarse de ese modo; pero si no se liberan,
entonce, mientras se hallan en el estado intermedio [durante la
experiencia] de la realidad, han de perseverar escuchando esta gran
doctrina de la liberación mediante la audición.
En consecuencia, el devoto
primero ha de examinar los los síntomas de la muerte como aparecen
gradualmente [en su cuerpo moribundo, siguiendo la autoliberación
[mediante la
observación de las]
características [de los] síntomas de la muerte8.
Entonces, cuando todos los síntomas de la muerte están completos
[él ha de aplicar] la transferencia, que confiere la liberación
recordando meramente [el proceso9].
7.- El texto contiene
meramente la voz tibetana Pho, que significa 'transferencia'
(de la suma total –o agregado– de las propensiones kármicas,
compuesta o ligada con la personalidad y la conciencia). El traductor
se abstuvo de utilizar el término 'alma' por ser objetable, puesto
que el budismo, en su totalidad, niega la existencia de una entidad
de conciencia personal permanente e inmutable como en general la
entienden los credos semíticos y animistas. Sin embargo, siempre
que en el presente texto aparecen términos similares o equivalentes,
han de considerarse que implican algo afín al 'principio de la
consciencia' o al 'compuesto de la conciencia', como lo implica la
voz tibetana Pho, o como sinónimo de término 'flujo vital',
como lo usan principalmente los budistas sureños.
8.- Obra tibetana del
ciclo bárdico, usada comúnmente por los lamas como
complementaria del Bardo Thödol. Trata sobre los
síntomas de la muerte en particular, científicamente y con muy
grandes pormenores. El extinto lama Kazi Dawa Samdup tenía
proyectada su traducción al inglés.
9.- En este contexto,
la liberación no implica necesariamente, en especial en el caso de
un devoto del común, la liberación del Nirvana, sino principalmente
una liberación del 'flujo vital' respecto del cuerpo moribundo, de
manera tal que procure la máxima consciencia post-mortem
posible, y un consiguiente renacimiento feliz. Empero, para el yogi,
excepcional y muy altamente eficiente, el mismo proceso esotérico de
la transferencia, según los lamas maestros, puede empleárselo
para impedir cualquier interrupción del flujo de la corriente de la
conciencia, desde el momento de una muerte consciente hasta el
momento de un renacimiento consciente. A juzgar por un manuscrito
que contiene directivas prácticas para efectuar la transferencia, en
poder del editor, el proceso es esencialmente yóguico, y podría
emplearlo una persona entrenada en la concentración mental, o en la
unidireccionalidad de la mente, hasta un alto grado tal de eficiencia
como para haber logrado el control de todas las funciones mentales y
corporales. El mero recuerdo del proceso en el cabalmente importante
momento de la muerte (como lo implica el texto) equivale, para el
yogi, a efectuar la transferencia misma; pues una vez que la
entrenada mente del yogi se dirige hacia el proceso,
instantáneamente, o como lo explica el texto, automáticamente, se
logra el resultado deseado.
[La
lectura de este Thödol]
Si la transferencia ha sido
empleada efectivamente, no hay necesidad de leer esta Thödol;
pero si la transferencia no ha sido empleada efectivamente, entonces
este Thödol ha de leerse, correcta y claramente, cerca del
cuerpo muerto.
Si no hay cadáver, entonces
[el lector] ha de ocupar el lecho o el asiento que el difunto haya
acostumbrado, y aquél deberá exponer el poder de la verdad.
Entonces, convocando al espíritu [del difunto], deberá imaginar que
está allí presente escuchando, y deberá leer10.
Durante este tiempo no habrá de permitirse que ningún pariente o
consorte llore o se lamente, pues eso no es bueno [para el difunto];
de modo que habrá de contenerse11.
Si el cuerpo está presente,
precisamente cuando ha cesado la espiración, un lama [que haya sido
como maestro del difunto], o un hermano de fe en quien el difunto
asignara, o un amigo hacia el cual el difunto tuviera gran efecto,
poniendo los labios cerca del oído [del cuerpo] sin tocarlo
realmente12,
ha de leer este Gran Thödol.
10.- El lama,o lector,
ubicado en la casa del difunto, tal como dispone, esté allí o no el
cadáver, ha de citar al extinto en nombre de la verdad, diciendo:
“Puesto que la Trinidad es verdadera, y puesto que la verdad
proclamada por la Trinidad es verdadera, por el poder de esta verdad
te convoco”. Aunque no esté presente el cadáver (como ocurriría
cuando una persona halló una muerte violenta o accidental con la
secuencia de la pérdida o destrucción del cuerpo del plano humano;
o cuando según cálculos astrológicos, el cuerpo fue retirado o
consumido inmediatamente después de morir, hecho que no es
infrecuente en el Tíbet), no obstante, el espíritu del difunto, en
el invisible cuerpo del plano bárdico, deberá estar presente
durante la lectura, a fin de recibir la guía necesaria a través del
otro mundo, como lo determina el Libro de los Muertos egipcio.
11.- Esta prohibición
también se halla en el brahmanismo.
12.- Según la creencia
tibetana y lamáica, el cuerpo de un moribundo no ha de ser tocado, a
fin de no inferir en la partida normal del principio de la
consciencia, que deberá tener lugar a través de la abertura de
brahma, en la coronilla. De lo contrario, la partida puede
producirse a través de alguna otra abertura corporal y conducir al
nacimiento en uno de los estados no-humanos. Por ejemplo, se afirma
que si la partida es a través de la abertura del oído, el difunto
estará obligado (ntes de retornar al nacimiento humano) a nacer en
el mundo de los gandharvas (músicos celestiales, con
apariencia de hadas), donde el sonido, tanto en canciones como en
música, es la cualidad que predomina de la existencia.
[La
aplicación práctica de este Thödol por el oficiante]
Ahora,
como explicación del Thödol
mismo:
Si puedes reunir una gran
ofrenda, se ofrece con fervor a la Trinidad. Si eso no puede
hacerse, entonces dispón cuanto puedas reunir como objetos sobre los
que puedas concentrar tus pensamientos y crear mentalmente una
ofrenda tan ilimitada como sea posible, y rinde homenaje.
Luego
se recita siete o tres veces, el “Sendero de los Buenos Deseos
Invocando la Ayuda de los Budas y Bodhisattvas13”.
Después
de eso, han de leerse con claridad y con la entonación apropiada14,
el “Sendero de los Buenos Deseos que Protege del miedo en el
Bardo”,
y el “Sendero de los
Buenos Deseos para la Segura Liberación de las Peligrosas Trampas
del Bardo”,
junto con las “Palabras Radicales del Bardo”.
Luego
ha de leerse siete veces o tres veces15
este Gran Thödol, según la ocasión. [Primero viene] la puesta
cara a cara [con los síntomas de la muerte] como ocurren durante los
momentos de la muerte; [segundo] la aplicación del gran recordatorio
vívido, la puesta cara a cara con la realidad durante el estado
intermedio; y tercero, los métodos que cierran las puertas del útero
durante el estado intermedio, cuando se busca el renacimiento16.
13.-
Esta plegarias se encuentran en el APÉNDICE,
al final del libro.
14.-
Pasaje del Libro
del Arte de Morir: “Por
último , ha de saberse que las oraciones siguientes pueden decirse
sobre un enfermo que agoniza. Y si éste es persona religiosa,
entonces, reunido el convento al percutirse la mesa, como es
costumbre, recitarse primero la letanía, con los salmos y oraciones
que aquélla acostumbrara. Después, su aún vive, que un hombre que
esté cerca de ella diga las oraciones que siguen, acorde con el
tiempo y la oportunidad. Aquéllas podrán reiterarse a fin de
estimular la devoción del enfermos, su aún conserva razón y
entendimiento”. Éste segundo pasaje es del libro
El arte de Saber Bien Morir:
“Y si el enfermo o la enferma pueden recitar las oraciones y
súplicas antedichas, algunos de los asistentes [i. e. circunstantes]
deberán decirlas ante él o ella en voz alta, cambiando las palabras
que hayan que cambiar”.
15.-
Cf. lo lo siguiente de The
Craft to Know Well to Die,
de Comper: “Luego de todas estas cosas [la persona moribunda]
deberá decir tres veces, si puede, estas palabras que siguen”.
16.-
El primer Bardo
es el Chikhai Bardo;
el segundo, el Chönyid
Bardo;
y el tercero, el Sidpa
Bardo.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimida
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