EL LIBRO TIBETANO DE LOS MUERTOS. PARTE I. El Bardo de los momentos de la muerte. Instrucciones sobre los síntomas de la muerte, o la primera etapa del Chikhai Bardo; la Clara Luz primera que se ve en el momento de la muerte.
PARTE I.
[El Bardo de los momentos
de la muerte]
[Instrucciones
sobre los síntomas de la muerte, o la primera etapa del Chikhai
Bardo; la Clara Luz primera que
se ve en el momento de la muerte].
Lo primero, la puesta cara a
cara con la Clara Luz, durante el estado intermedio de los momentos
de la muerte es:
Aquí
[puede haber algunos] que hayan escuchado mucho [las instrucciones
religiosas], empero sin reconocerlas; y [algunos] que, aunque
reconociéndolas, estén, no obstante débilmente familiarizados,
pero todas las clases de individuos que hayan recibido la enseñanzas
prácticas [llamadas] Guías17,
si se les aplica esto, serán puestos cara a cara con la Clara Luz
fundamental; y, sin
estado intermedio alguno, obtendrán el Dharmakáya
in-nacido, por el Gran Sendero Perpendicular18.
La manera de aplicación es:
Es
mejor si puede conseguirse al maestro de quien el difunto recibiera
instrucciones de guía; pero si el maestro no puede obtenerse,
entonces un hermano en la fe; o si esté último tampoco
puede estar,
entonces un hombre instruido,
de la misma fe; o, si todos estos no se pudieran encontrar, entonces
una persona que pueda leer correctamente, y deberá leer esto con
claridad muchas veces. De este modo, [el difunto] será puesto en
conocimiento de los que ha escuchado [con anterioridad] sobre la
puesta cara a cara, y de inmediato llegará a reconocer esa Luz
Fundamental y, sin duda, a obtener la liberación.
Con respecto al tiempo para la
aplicación [de estas instrucciones]:
cuando
la expiración ha cesado, la fuerza vital se habrá hundido en el
centro nervioso de la Sabiduría19,
y el conocedor20
estará experimentando la Clara Luz de la condición natural21.
Entonces, tras ser arrojada hacia atrás la fuerza vital22
y volar ésta hacia abajo a través de los nervios derecho e
izquierdo23,
aparece momentáneamente el estado intermedio.
Las
anteriores [directivas] han de aplicarse antes [que la fuerza vital
haya] irrumpido en el nervio izquierdo [después de haber atravesado
en primer término el centro nervioso umbilical (El
Manipuraka,
o Chakra Umbilical)].
El
tiempo [ordinariamente necesario para este movimiento de la fuerza
vital] es mientras esté aún presente la inspiración, o alrededor
del tiempo requerido para ingerir una comida24.
Luego, la manera de aplicar
[las instrucciones] es:
Cuando la respiración está a
punto de cesar, es mejor si se ha aplicado eficientemente la
transferencia; si [la aplicación] no ha sido eficiente, entonces
[dirigirse al difunto] de esta manera:
Oh
noblemente nacido (de nombre tal y tal), ahora te ha llegado la hora
de buscar el Sendero [en realidad]. Tu respiración está a punto de
cesar. Tu maestro te ha puesto cara
a cara frente a la Clara Luz; y ahora estás a punto de
experimentarla en su realidad en el estado del Bardo,
donde todas las cosas son como el cielo vacío y sin nubes, y el
intelecto desnudo y sin manchas es como un vacío trasparente sin
circunferencia ni centro. Yo también en esta hora, te pongo cara a
cara.
Habiendo leído esto, lo
repites muchas veces en el oído de la persona moribunda, incluso
antes que la espiración haya cesado como para grabarlo en la mente
[del moribundo].
Si la expiración está a
punto de cesar, vuelca al moribundo sobre el lado derecho, la cual
postura se llama la “Postura Yacente de un León”. Ha de
presionarse el latido de las arterias [sobre los lados derecho e
izquierdo de la garganta].
Si
la persona moribunda se dispone a dormir, o si avanza el estado de
sueño, eso habrá de detenerse, y presionarse las arterias suave
pero firmemente25.
De
ese modo, la fuerza vital no podrá retornar del nervio medio26
y se asegurará que salga a través de la abertura de Bráhma27.
Ahora, ha de aplicarse la puesta cara a cara real.
En
este momento, todos los seres sensibles experimentan el primer
[vislumbre] del Bardo
de la Clara Luz de la realidad, que es la mente infalible del
Dharmakáya.
El
intervalo entre el cese de la espiración y el cese de la inspiración
es el tiempo durante el cual la fuerza vital permanece en el nervio
medio28.
A
esto la gente común lo llama el estado en el que se ha desvanecido
el principio de a consciencia29.
La duración de este estado es incierta. [Depende] de la
constitución, buena o mala y [del estado de] lo nervios y la fuerza
vital. En aquellos que han tenido siquiera una pequeña experiencia
práctica del estado firme y tranquilo del dhyána, y en aquellos que
tienen nervios sanos, este estado continúa durante largo tiempo30.
En la segunda puesta cara a
cara, la repetición [de la anterior alocución al difunto] ha de
persistir hasta que empiece a aparecer un líquido amarillento por
las diversas aberturas de los órganos corporales [del difunto].
En
aquellos que han llevado una mala vida, y en aquellos de nervios que
no son sanos, el anterior estado sólo dura lo que insumiría el
chasquido de los dedos. Además,
en algunos, dura tanto como el tiempo que insume ingerir una comida.
En
varios tantras
se dice que este estado de desvanecimiento dura unos tres días y
medio. La mayoría de los otros [tratados religiosos] dice que
cuatro días; y que esta puesta cara a cara con la Clara Luz deberá
perseverar [durante todo el tiempo].
La manera de aplicar [estas
directrices] es:
Si
[cuando está muriendo]uno es capaz por sí [de diagnosticar los
síntomas de la muerte], antes de esto ha de hacerse uso [del
conocimiento31].
Si [la persona moribunda es] incapaz de hacer esto, entonces el
maestro, o un shishya
[discípulo],
o un hermano en
la fe con quien el [moribundo] sea muy intimo, ha de mantenerse a
mano, el cual grabará con claridad en el [moribundo] los síntomas
[de la muerte] como aparecen en su debido orden [diciendo
repetidamente, al principio] así32:
Ahora
han llegado los síntomas de la tierra hundiéndose en el agua33.
Cuando todos los síntomas [de
la muerte] estén a punto de completarse entonces ordena [al
moribundo] esta resolución, hablando en el oído con un tono bajo de
voz:
oh, noblemente nacido (o, si
es un sacerdote: Oh, venerable señor), que tu mente no se distraiga.
Si es un hermano [en la fe], o
alguna otra persona, entonces llámale por el nombre, y [di] así:
Oh, noblemente nacido,
habiendo llegado a ti lo que se llama muerte, resuelve así: “Oh,
ésta es ahora la hora de la muerte. Aprovechando esta muerte,
obraré de tal modo, para bien de todos los seres sensibles, que
pueblan la extensión sin límites de los cielos, para obtener el
estado búdico perfecto, decidiéndome por el amor y la compasión
hacia [ellos, y dirigiendo mi esfuerzo íntegro a] la Perfección
Única”.
Formando
así los pensamientos, especialmente en esta hora en que el
Dharmakáya
de la Clara Luz [en el estado] post-mortem
puede realizarse para beneficio
de todos los seres sensible, has de saber que tu estás en ese
estado;[y resuelve] que tu obtendrás la mejor merced del estado del
Gran Símbolo34,
en el que tu estás, [como sigue]:
“Aunque
no pueda comprenderlo, conoceré sin embargo este Bardo,
y dominando al gran cuerpo de unión en el Bardo,
apareceré en cualquier forma que beneficie [a todos los seres] cual
quiera que sean35:
Serviré a todos los seres sensibles, infinitos en número como lo
son los límites del cielo”.
Manteniéndote
sin separarte de esta resolución, has de tratar de recordar
cualquier práctica espiritual
que acostumbrases cumplir durante tu vida36.
Al decir esto, el lector
pondrá sus labios cerca del oído de la persona moribunda, y lo
repetirá con precisión, memorizando con claridad para impedir de
ese modo que la mente de aquella divague siquiera por un momento.
Después que haya cesado por
completo la respiración, presiona firmemente el nervio del sueño; y
a un lama, o una persona superior o más instruida que tu, graba
estas palabras, así:
Reverendo señor, ahora estás
experimentando la Clara Luz fundamental; trata de permanecer en ese
estado que ahora estás experimentando.
Y también en el caso de otra
persona cualquier, el lector la pondrá cara a cara de esta manera:
Oh
noblemente nacido (tal y tal), escucha. Ahora
estás experimentando el resplandor de la Clara Luz de la realidad
pura. Reconócela. Oh noblemente tu actual intelecto37,
vacío por real naturaleza, no formado en nada con respecto a las
características o el color, naturalmente vacío, es la realidad
misma, el Todo Bueno38.
Tu
propio intelecto, que ahora es el vacío, que sin embargo no ha de
ser considerado como perteneciente al vacío de la nada, sino como el
intelecto mismo, in-obstruido, brillante, emocionante y
bienaventurado, es la consciencia misma39,
el Buda Todo Bueno40.
Tu
propia consciencia,
no formada de
nada, vacía en
realidad,
y
el intelecto, brillante y bienaventurado –estos dos–, son
inseparables. La unión de ellos es el estado Dharmakáya
de la iluminación perfecta41.
Tu
propia consciencia, brillante, vacía e inseparable del Gran Cuerpo
del Resplandor, no tiene nacimiento, ni muerte, y es la Luz Inmutable
del Buda Amitabha42.
Es
suficiente saber esto. Reconocer el vacío de tu propio intelecto
como el Estado Búdico, y considerarlo como tu
propia consciencia, es mantenerte en [el estado de] la mente divina43
del Buda44.
Repite
esto distinta y claramente tres veces o [incluso] siete veces. Eso
recordará a la mente [del moribundo] la anterior [i. e. cuando
vivía] puesta cara a cara por el maestro. En segundo lugar, hará
que la consciencia desnuda sea reconocida como la Clara Luz; y en
tercer lugar, al reconocer por uno mismo [de esta manera], uno se
vuelve permanentemente unido con el Dharmakáya
y la liberación será cierta45.
17.-
“La
serie guía”
se refiere a varios tratados que ofrecen una guía práctica a los
devotos del camino búdico que atraviesan el mundo humano y, por
ende, el Bardo,
el estado post-mortem,
y que van en pos del renacimiento, o del nirvana.
18.-
Yar-gyi-zang-thal-chen-po:
el “Gran Sendero Directamente Ascendente”. Una de las doctrinas
peculiares del budismo norteño consiste en que la emancipación
espiritual, incluso el estado búdico, puede ganarse
instantáneamente, sin entrar en el plano bárdico
y sin otro sufrimiento en la prolongada senda de la evolución normal
que atraviesa los diversos mundo de la existencia sangsárica. Esta
doctrina subyace en todo el Bardo
Thödol.
La fe es el primer paso en el Sendero Secreto. Luego sigue la
iluminación; y con ella, la certidumbre; y una vez ganada la meta,
la emancipación. Pero aquí nuevamente el buen éxito implica muy
inusual eficiencia en yoga,
al igual que mucho mérito acumulado, o buen karma,
por parte del devoto. Si es posible hacer que el discípulo vea y
capte la Verdad tan pronto el maestro se la revele, es decir, el
poder de morir conscientemente, y en el momento supremo de abandonar
el cuerpo puede reconocer la Clara Luz que amanecerá en él, y
tomarse uno con ella, de inmediato se rompen todos los lazos
sangsáricos de la ilusión; el durmiente despierta en la realidad
simultáneamente con el poderoso logro del reconocimiento.
19.-
Aquí,
como en otras partes de nuestro texto, 'centro nervioso' se refiere a
un centro nervioso psíquico [chakra].
El centro nervioso psíquico de la Sabiduría está ubicado en el
corazón
20.-
Texto: Shepa: 'Mente',
'Conocedor'; [i. .e. la mente en sus funciones cognitivas].
21.-
Todal:
'exento de actividad formativa' [libre
o desprovisto de elaboraciones conceptuales];
i. e. la mente en su estado natural, o prístina. La mente en su
estado innatural, es decir, cuando se encuentra en un cuerpo humano,
está continuamente en la actividad de formación de pensamientos,
debido
a la fuerza impulsora de los cinco sentidos. Su estado natural, o,
desencarnado,
es un estado de quietud, comparable a su condición en lo más
elevado del dhyana
(o meditación profunda) cuando aún está unida a un cuerpo humano.
El reconocimiento consciente de la Clara Luz induce tal condición
estática
de consciencia como la que los santos y místicos de occidente
llamaron iluminación.
22.-
Texto:
rLung:
'aire vital', o 'fuerza vital', o fuerzo psíquica'.
['aliento
vital', 'aire sutil'].
23.-
Texto: tsa-yay-yön:
'nervios [psíquicos] derecho e izquierdo'; sánscrito, Pingála-nadi
(nervio [psíquico derecho) e Idá-nadi
(nervio [psíquico izquierdo].
24.-
cuando este contexto tomó forma por primera vez, el cálculo del
tiempo era aún aparentemente primitivo, desconociéndose implementos
mecánicos que lo regulasen. Una situación parecida prevalece
todavía en muchas partes del Tíbet donde el tiempo
de una comida se menciona frecuentemente en viejos libros religiosos;
un periodo que oscila entre veinte minutos y media hora de duración.
25.-
El agonizante ha de morir plenamente despierto e intensamente
consciente del proceso de la muerte; de allí que se le presionen las
arterias.
26.-
“El texto sánscrito dhütih
(Dutí)
significa 'nervio medio', pero literalmente 'triple confluencia'. El
Sanscrit-English
Dictionary
(Puna, 1890) da dhütih
como
la única palabra similar, definida como 'que sucede', la cual, si se
aplica a nuestro texto, puede referirse al movimiento vibratorio de
la fuerza psíquica que atraviesa el nervio medio como su canal”.
Lama Kazi Dawa Samdup. “Dutí
puede también significar 'arrojar lejos' o 'arrojar fuera', con
referencia a la salida de la consciencia en el proceso de la muerte”
27.-
El moribundo, si está exento de distracción y vigilantemente
consciente en este momento psicológico, captará a través del poder
conferido por la lectura del Thödol la importancia de retener l
fuerza vital en el nervio medio hasta que aquélla salga de allí a
través de la abertura de Brahma.
28.-
Tras cesar la espiración, juzgase que la fuerza vital (literalmente:
'La respiración
interior') permanece en el nervio medio mientras el corazón continua
latiendo.
29.-
Texto: nam-she
[consciencia];
sánscrito, vijñana,
o preferentemente, chaitanya:
'principio consciente' o 'principio conocedor de los objetos'.
30.-
A veces puede continuar durante siete días, pero habitualmente
cuatro o cinco días. Sin embargo, el principio de la consciencia,
salvo en ciertas condiciones de trance, como el que puede, por
ejemplo, incluir un yogi,
no reside necesariamente en el cuerpo durante todo ese lapso;
normalmente abandona al cuerpo en el momento llamado muerte,
manteniendo una sutil relación de apariencia magnética con el
cuerpo hasta que llega a su fin el estado referido en este texto.
Sólo para loa adeptos del yoga la partida del principio de la
consciencia se cumpliría sin interrupción de la continuidad de la
corriente de la consciencia, es decir, sin el desvanecimiento
referido. El proceso de la muerte es el reverso del proceso del
nacimiento, siendo el nacimiento la encarnación y la muerte el
desencarnar el principio de la consciencia; pero, en ambos de manera
semejante, hay un pasaje de un estado de la conciencia a otro. Y tal
como un infante debe despertar en este mundo y aprender mediante la
experiencia la naturaleza de este mundo, de modo parecido, a persona
deberá, al morir, en el mundo bárdico
y familiarizarse
con sus propias condiciones peculiares. El cuerpo bárdico, formado
de materia en un estado invisible o de apariencia etérica, es una
duplicado exacto del cuerpo humano, del que se separa en el proceso
de la muerte. Retenidos en el cuerpo bárdico
están el principio de la consciencia y el sistema nervioso psíquico
(la contraparte, para el cuerpo psíquico, o bárdico, del sistema
nervioso físico del cuerpo humano).
31.-
El
significado pleno implícito es que la persona a punto de morir no
sólo ha de diagnosticar los síntomas de la muerte cuando llegan,
uno por uno, sino que también, si puede, ha de reconocer la Clara
Luz sin que una segunda persona la ponga cara a cara con ella.
32.-
Cf. Las siguientes instrucciones, del Ars
Moriendi
(siglo XV) de. de Comper: “cuando sea probable que alguien muera,
entonces es muy necesario tener un amigo especial quien
fervientemente le ayude y ore por él, y luego se aconseja al enfermo
en favor de la salud de su alma”.
33.-
Los tres principales síntomas de la muerte (que el texto meramente
sugiere nombrando al primer de ellos, dando por sentado que el lector
oficiante conocerá los otros y los nombrará cuando ocurran), con su
contraparte simbólica, son los siguientes; - 1) una sensación
corporal de presión, 'la tierra que se hunde en el agua'; - 2) una
sensación de frio húmedo como si el cuerpo se hundiera en el agua,
que gradualmente se funde en el del calor febril, 'el agua que se
hunde en el fuego; - 3) una sensación como si el cuerpo fuese
soplado en átomos, 'el fuego que se hunde en el aire'. Cada síntoma
se acompaña en visibles cambios externos en el cuerpo, como pérdida
del control de los músculos faciales, pérdida del oído, como
pérdida de la vista, con la respiración que se vuelve entrecortada
antes de la pérdida de la conciencia, por los que los lamas
entrenados con la ciencia de la muerte detectan, uno por uno, los
fenómenos psíquicos interdependientes que culminan en la liberación
del cuerpo bárdico
respecto de su envoltura del plano humano. El traductor sostenía
que llegó a la ciencia
de la muerte, como se la expone en este tratado, a través de la
experiencia real de la muerte por parte de lamas eruditos, quienes,
al morir, explicaron a sus discípulos el proceso mismo de la muerte,
con acabados y analíticos pormenores.
34.-
En este estado es posible la captación de la verdad última, siempre
que el difunto haya logrado, antes de morir, suficiente avance en el
Sendero. De lo contrario, no podrá beneficiarse en ese instante y
deberá vagar por estados cada vez más bajos correspondientes al
Bardo,
hasta el renacimiento, como lo determine el karma.
35.-
El tibetano del texto es inusualmente conciso. Traducido
literalmente es: “aparecerá en cualquiera, someterá (con fines
benéficos) a quienquiera”. Para someter en este sentimiento a un
ser sensible del mundo humano, se asume una forma que apele
religiosamente a ese ser. De manera que, para apelar a un devoto
shaivita,
se asume la forma de Shiva; para un budista, la forma de Buda
Shakyamuni;
para un cristiano, la forma de Jesus; para un musulmán, la forma del
Profeta; y de igual modo con los demás devotos religiosos; y para
todas las modalidades y condiciones humanas se asume una forma
apropiada para la ocasión (por ejemplo, para someter hijos, los
padres, y viceversa; para shishyas,
los maestros, y viceversa; para gente común, los reyes, o
gobernantes; y para reyes, los ministros de estado.
36.-
Cf. lo siguiente, de The
Bokk of Craft of Dying,
capitulo V, Manuscrito
de Bodle
(siglo XV) edición Comper: “Asimismo, si quien va a morir tiene
tiempo y espacio prolongados como para reflexionar, sin que sea
arrebatado por una muerte rápida, entonces quienes le rodean, le
leerán relatos y rexos devotos, con los que se deleitara cuando
estaba sano”.
37.-
Texto: Sher-rig
es el intelecto, la facultad conocedora o cognoscitiva.
38.-
Texto:
Chö-nyid
Küntu-zang-po,
sánscrito Dharmadhátu
Samantabhadra,
la encarnación
del Dharmakáya,
el primer estado del Estado Búdico. Nuestra xilografía, aquí
equivocada, da por Todo Bueno (Kunti-zang-po,
que significa 'Padre todo bueno'), Kunti-zang-mo
que
significa 'Madre buena'. Según la gran escuela perfeccionista, el
padre s lo que aparece, o sea, los fenómenos, la madre es lo
consciente de los fenómenos. Además, la bienaventuranza es el
padre, y el vacío que lo percibe, es la madre; y como se aprecia en
nuestro texto, el intelecto es el padre, y el vacío la madre. La
repetición de vacío es para subrayar la importancia de saber que el
intelecto es en realidad vacío (correspondiente a la naturaleza del
vacío), intelecto es un realidad vacío (o correspondiente a la
naturaleza del vacío), i. e. del primordial in-nacido, increado y
no-formado.
39.-
Rigpa,
significa “conciencia”, [1-
inteligencia, saber; 2- presencia despierta, inteligencia primordial
o estado natural (en el Dzogchen)],
a diferencia de la facultad conocedora por la que se conoce o sabe
existente. Por lo común, rigpa,
y shes-rig
son sinónimos;
pero
en un profundo tratado filosófico como éste, rigpa
se refiere a la conciencia en su aspecto más puro y espiritual (i.
e. supramundano), y shes-rig,
a la conciencia en el aspecto más burdo, no puramente espiritual,
por el cual está presente la cognición de los fenómenos. En esta
parte del Bardo
Thödol,es
particularmente difícil el análisis psicológico de la conciencia o
mente. Siempre que el texto contiene el vocablo rigpa,
lo tradujimos como 'consciencia', y la voz
shes-rig,
como 'intelecto'; o asimismo, para adecuarlo al contexto, rigpa
como 'conciencia', y shes-rig
como 'conciencia de los fenómenos', que es el 'intelecto'.
40.-
Texto: Kun-tu-bazng-po,
sánscrito: Samanta
(“Todo” o “Universal” o “Completo”) Bhadra
(“Bueno”
o
“Benéfico”), [El
universalmente bueno].
En este estado, el experimentador y la cosa experimentada son
inseparablemente una misma cosa, como por ejemplo, el amarillo del
oro no puede ser separado del oro, ni la salinidad, de la sal. Para
el intelecto humano normal, este estado trascendental se halla más
allá de la comprensión.
41.-
De la unión de los dos estados de la mente, o consciencia,
implícitos por los dos términos rigpa
y shes-rig,
y simbolizados por el Padre todo bueno y la Madre toda buena, nace el
estado del Dharmakáya,
el estado de la iluminación perfecta, el estado búdico. El
Dharmakáya (el Cuerpo de la Verdad”) simboliza el estado purísimo
y supremo del ser, un estado de conciencia supramundana, exento de
todas las limitaciones u oscurecimientos mentales que surgen del
contacto de la conciencia primordial con la materia.
42.-
Tal como el estado Buddha
Samantabhadra
es el estado del Todo bueno, de igual modo el estado Buddha Amitabha
es el estado de la Luz Infinita; y como el texto lo implica, en
posterior análisis, ambos son el mismo estado, considerado meramente
desde dos puntos de vista. En el primero, se subraya la mente del
Todo bueno y en el segundo, el infinito poder búdico, simbolizado
como el Buddha Amitabha (la personificación de la facultad de la
Sabiduría), la fuente de la Vida y la Luz.
43.-
Texto:
Dgongs-pa,
(se pronuncia, gong-pa)
'pensamiento', o 'mente' y en forma honorífica, 'mente divina';
[la
intención, el pensamiento (designio de un ser sublime), el espíritu
de la sabiduría].
44.-
La precisión del No Sangsára, que es el Vacío, el ser, lo in
nacido, lo no creado, lo no formado, implica el estado búdico, la
iluminación perfecta, el estado de la mente divina del Buda. Se
compara el siguiente pasaje, del Sutra de Diamante (o inmutable), con
su comentario chino (versión de W. Gemmell, Londres, 1912): “Toda
forma o cualidad de los fenómenos es efímera. Cuando la mente
comprender que los fenómenos de la vida no son fenómenos reales,
entonces puede ser percibido claramente el Señor Buda”. – (nota
china:
“El Buda espiritual debe captarse dentro de la mente; de lo
contrario no puede existir verdadera percepción del Señor Buda”).
45.-
Si al morir, uno está familiarizado con este estado, en virtud de
una anterior preparación espiritual (o yóguica) en el mundo humano,
y tiene el poder como para conquistar el estado búdico en este
momento que lo determina todo, se detiene la rueda del renacimiento,
y se alcanza instantáneamente la liberación. Pero tal eficiencia
espiritual es tan rarísima que el estado mental normal del moribundo
no es igual al logro supremo de aferrarse al estado en el que brilla
la Clara Luz; y
allí sigue un descenso progresivo en estados cada vez más bajos de
la existencia bárdica, y luego, el renacimiento. Los lamas, para
aclarar esta cuestión, utilizan la metáfora de una aguja que se
balancea y se pone a rotar en un hilo. Mientras la aguja mantiene su
equilibrio, permanece en el hilo. Sin embargo, en su momento la ley
de la gravedad la afecta y cae. De modo parecido, en el reino de la
Clara Luz, la mentalidad de un moribundo disfruta de un estado
balanceado, o de equilibrio perfecto, y de unidad. Debido a la falta
de familiaridad con este estado, que es un estado estático de no
ego, de consciencia subliminal, el principio de la consciencia del
ser humano corriente carece de poder como para funcionar en él; las
propensiones kármicas oscurecen el principio de la consciencia con
pensamientos de personalidad, de ser individualizado, de dualismo y,
al parecer el
equilibrio, el principio de la consciencia se aparta de la Clara Luz.
Imaginar un ego, un yo, es lo que impide el logro del Nirvana (que
es la 'extinción de la llama del deseo egoísta');
y de ese modo, la rueda de la vida sigue girando.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
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