EL LIBRO TIBETANO DE LOS MUERTOS. [Enseñanzas finales]. [La conclusión, que muestra la importancia fundamental de las enseñanzas del Bardo]
[Enseñanzas
finales]
Si
de esta forma no se alcanza la visión penetrante y el miedo te hace
huir de estas apariciones, volverá
y
aumentará tu dolor, y tendrás que seguir errando por el Bardo,
creyendo que todas estas divinidades bebedoras de sangre son los
demonios de la muerte. Te estremecerá el miedo, el temor y el
pavor, y te sobrevendrá un desmayo. Tomarás por demonios tus
propias proyecciones y deberás seguir errando en la ronda de
existencias, pero si
no sientes miedo ni angustia, te liberarás. Así que puedes ayudar
al difunto de esta manera:
Oh
noblemente nacido, al no haber reconocido los resplandores hasta
ahora, y al huir de éstas deidades por miedo, los sufrimientos te
ganarán una vez más. Si no se conoce ésto, y al engendrar miedo
hacia las Deidades Bebedoras de Sangre; al generar el difunto miedo,
cae en pánico y esto le produce un desmayo. Las propias formas del
pensamiento, no son más que los resplandores de tu propio espíritu,
por lo tanto no las temas, ya que sino es así, tendrás que
deambular nuevamente por el Sangsára.
Todos
los cuerpos de las más grandes Deidades Pacíficas e Iracundas son
iguales en inmensidad a los límites de los cielos, no las temas;
tampoco a las divinidades medianas, que son como el Monte Meru190;
no temas a las más pequeñas aunque sean dieciocho veces mayores
que tu cuerpo. No sientas pavor por ninguna de ellas. Todos los
fenómenos son una manifestación de las Divinidades que se presentan
con resplandores y luces brillantes, todas son tus propias luces, tus
propias irradiaciones, que al ser reconocidas como emanaciones de tu
propio espíritu, de tu propio intelecto, te fundirás en ellas y
obtendrás el Estado Búdico. El proverbio “El Estado Búdico se
obtendrá en un momento” es lo que ahora se aplica. Teniendo esto
en cuenta, uno obtiene el Estado Búdico al fusionarse con los
resplandores de los Kayas.
Oh
noblemente nacido, reconoce como tus propias formas del pensamiento,
como tus propias proyecciones, cualquier visión por espantosa y
terrorífica que sea. Si obtienes la visión penetrante, de esta
forma, alcanzarás sin duda, inmediatamente la liberación.
Oh
noblemente nacido, si al no reconocerlas te asustan, entonces todas
las Deidades Pacíficas brillarán en la forma de Mahakála191;
y todas las Deidades Iracundas brillarán en la forma de Dharmaraja
(el Rey de la Ley), el Señor de la Muerte192;
y al transformar tus pensamientos en Ilusiones (o Mara), vagarás en
el Sangsára.
Oh
noblemente nacido, si no reconoces tus propias proyecciones, por lo
que son en realidad, por erudito –de los Sutras y Tantras– que
puedas ser, aunque practiques las enseñanzas por una kalpa, no
obtendrás el Estado Búdico.
Si
no se reconocen, tan pronto como uno muere, las propias formaciones
de pensamientos, las proyecciones mentales de uno mismo, a las
divinidades apacibles, éstas se convertirán en Dharmaraja, el Señor
de la Muerte, que aparecerán y brillarán en el Chönyid Bardo.
El mayor cuerpo que pueda tener Dharmaraja, iguala los cielos en su
vastedad, los cuerpos medios que pueda detentar, iguala al Monte
Meru, y el más pequeño, llenarán todos los sistemas de mundos.
Llegarán con sus ojos vidriosos, mordiendo con los dientes
superiores los labios inferiores, su cabello recogido en lo alto de
la cabeza, tienen grandes vientres y cinturas estrechas, de cuellos
delgados, y sosteniendo una tabla, una plancha, de registro
kármico193,
que anotan todos nuestros actos; emiten gritos “Golpea” “Mata”;
absorben sesos humanos, beben sangre, arrancan las cabezas de los
cadáveres, extrayendo los corazones y las entrañas. Así vienen y
llenan todo el universo.
Oh
noblemente nacido, cuando aparezcan estas formas del pensamiento,
nada temas; el cuerpo que ahora tienes es un cuerpo mental producto
de tus tendencias kármicas, y aunque te mataran y te cortaran en
pedazos, no puedes morir en realidad, (por que te falta el fundamento
esencial para morir, es decir, tu cuerpo). Debido que tu cuerpo en
realidad es vacuidad, no tienes nada que temer. También los cuerpos
del Señor de la Muerte son igualmente tus propias proyecciones,
emanaciones de tu propia mente, no están constituidos de materia,
son el vacío y la vacuidad no puede dañar la vacuidad. Más allá
de que estas apariciones o emanaciones externas, no son más que el
juego de tu propio espíritu, de tus propias facultades mentales, las
deidades Pacíficas y las Iracundas, los Bebedores de Sangre de
múltiples cabezas, las luces arco iris, las aterradoras formas del
Señor de la Muerte, no existen en realidad, no tienen realidad
propia. De manera que, sabiendo esto, se controla todo miedo y
temor; y fundiéndote en el estado de unicidad, se obtiene el Estado
Búdico.
Pensando
con fe y devoción hacia las deidades tutelares, Yidams, y creyendo
que han venido a recibirte y sacarte del sendero vertiginoso del
Bardo, piensa: “Me refugio en ellas; recuerda las Tres Preciosas
Joyas, sintiendo hacia ellas fe y afecto. Cualquiera que sea tu
Yidam, tu deidad tutelar, llámale por su nombre, rezándole así:
“Ay
de mi, ahora que tengo que vagar por el Bardo,
acude
a rescatarme con prontitud, liberarme por compasión,
llamando
a mi maestro por su nombre, le suplico:
“Mientras
tenga que andar por el Bardo,
no
me retires tu compasión, acude a mi auxilio.
Imploro
con devoción a las Deidades Bebedoras de Sangre,
realizando
esta plegaria:
“Ay
de mi, ahora perdido en el Sangsára, por la fuerza
de
mis tendencias inconscientes,
en
el sendero luminoso del abandono del miedo y del espanto,
que
los divinos Bhagaváns, los Pacíficos y los Iracundos, me conduzcan;
que
las poderosas divinidades femeninas sean mis guardaespaldas;
y
me liberen de las temibles emboscadas del Bardo.
Que
me establezcan en el estado de los Budas Perfectamente Iluminados.
Cuando
camine solo, separado de mis queridos amigos,
cuando
las vacías formas de mis propensiones vengan a brillar,
que
los Budas por su compasión infinita,
hagan
que no lleguen los miedos en el Bardo.
Cuando
las cinco luces puras de la Sabiduría brillen aquí,
pueda
yo sin miedo ni angustia, reconocer el Bardo.
Ahora
que sufro por mi mal karma,
puedan
los divinos Yidams eludir mi sufrimiento,
que
disipen mi miseria;
cuando
el sonido natural de la Realidad retumbe como mil truenos,
que
se transmute en el mantra de Seis Sílabas194.
Estoy
aquí desprotegido por mi mal karma,
y
suplico protección al Gracioso Compasivo195;
que
aparezca la Gloriosa Clara Luz;
que
los Cinco Elementos196
no se vuelvan mis enemigos,
más
bien pueda contemplar los reinos de las Cinco Ordenes
de
los Iluminados, las Cinco Familias Búdicas”.
Rezando
así, de este modo, con fe y devoción, por medio de ésta plegaria,
disiparan todos los miedos y con seguridad se ganará el Estado
Búdico en el Sambhogakáya; esto es importante. Sin distracción,
repítelo, de esta manera, tres o siete veces. No te distraigas.
Por
pesado que sea el mal karma, o por la gran ceguera que se tenga, es
imposible no alcanzar la liberación. No obstante, si a pesar de
todo lo hecho en estas etapas del Bardo, aún no se produce el
reconocimiento, entonces, estos pasan al tercer estado intermedio del
devenir, el Sidpa Bardo. Por eso a cada uno se le presta ayuda
individualizada para que obtenga la visión penetrante.
190.-
El Monte Meru (Tibetano, Ri-rab) es la mítica montaña
central de la consmografía budista. La colimna vertebral, sostén
central de la estructura corporal humana, está simbolizada
análogamente en los Tantras y en las obras sobre Yoga como el Monte
Meru del hombre el microcosmos.
191.-
Texto: Mgon-po Nag-po (pronunica Gon-po-Nag-po)
sánscrito, Kala Nath, conocida popularmente en India como Mahakala.
En esta etapa todas las formas ilusorias de las Deidades Pacíficas
se mezclan y aparecen como esta deidad única.
192.-
Texto: Sánscrito Dharmaraja, como se la describe aquí y en el
Segundo Libro del Bardo Thödol, esta deidad ilusoria asume
comunalmente mucas variadas formas, capaces de fundirse en una sola
forma.
193.-
Texto: Se refiere a una tabla que puede ser la de los azotes, como
aquella sobre la cual se extiende y flagela a los reos en el Tíbet,
o, como aquí, una tabla escrita conteniendo los antecedentes
kármicos de la vida del difunto. Kran es la denominación
dada a un rollo de registros o a un inventario como un registro de
arrendamientos; shing solo significa “madera”. De allí
que podamos traducir ambas oalabras como “registro de madera” o
“tabla de registros”. En el gran saga artúrica tibetana “Saga
Kesar” muy popular en el Tíbet, un niño, de trece años que,
cuando desea entrar en batalla, es retenido por sus afectuosos
parientes, los echa a un lado, diciendo: “El lugar de la
enfermedad, el lugar de la muerte, y el lugar de la cremación están
de acuerdo con el registro kármica de los Señores de la Muerte”;
y aquí, el vocablo tibetano equivalente a registro es khram.
La verificación de nuestra traducción de este pasaje es importante
porque, como otros pasajes del Bardo Thödol, particularmente el
estrechamente relacionado pasaje que describe el Juicio, que aparece
en el Segundo Libro, tiene notable correspondencia con partes del
Libro Egipcio de los Muertos.
194.-
Estas
corresponden al mantra esencial de Chenrezig (Avalokiteshvara), OM
MANI PADME HUM,
Chenrezig es el patrón tutelar del Tíbet, y éste es su mantra; a
su repetición, tanto en el mundo humano como en el plano del Bardo,
se le puede acreditar poner fin al ciclo de renacimiento y de ese
modo acordar el ingreso en el Nirvana, de allí su importancia en la
oración bárdica. En la obra tibetana llamada “Historia del Mani
o Mantra de Chenrezig”, se dice que este mantra es “la esencia de
toda felicidad, prosperidad y conocimiento, y el gran medio de la
liberación”; asimismo, se dice que el OM cierra la puerta del
renacimiento entre kis dioses; MA, entre los asuras; NI, entre la
humanidad; PAD, entre los esanimales; ME, entre los pretas; HUM,
entre los infiernos. De manera acorde, cada una de las seis sílabas
recibe e color del sendero luminoso correspondiente a los seis
estados de la existencia, que libera, de esta manera: OM blanco; MA
verde; NI amarillo; PAD azul; ME rojo; HUM negro o color humo. Hay
una vieja leyenda tibetana de
un devoto que procuró inclinar a su madre hacia las observancias
devocionales, y lo logró con tan solo habituar-la a la recitación
de este mantra. Al predominar en ella su mal karma, al morir ingreso
en el mundo del infierno, donde su hijo, eficiente en el yoga, acudió
a rescatarla; y al verle, en virtud de haber recitado el mantra en la
tierra, pudo recitarlo en el infierno y al instante ella y todos
cuantos lo oyeron fueron liberados del infierno; pues como lo enseña
la narración, tal es el poder del mantra. Es posible determinar el
origen de este mantra a través de las obras tertön
concernientes a la instrucción, durante el siglo VIII, del budismo
tántrico del Tíbet.
195.-
Chenrezig.
196.-
Estos son: tierra, aire, agua, fuego y eter.
[La
conclusión, que muestra la importancia fundamental de las enseñanzas
del Bardo]
Aparte
de esta liberación por la escucha, este Bardo Thödol, no
existe ninguna otra ayuda. Cualquiera que hayan sido las prácticas,
profundas o limitadas, en el momento de la muerte, ocurren varias
ilusiones distorsionadas; y por eso este Thödol es
importante. Para los grandes meditadores, el Bardo de la
verdad en Sí, aparece tan pronto el principio de la conciencia sale
del cuerpo. Es importante adquirir la experiencia en vida; puesto
que aquellos que reconocieron la verdadera naturaleza de su propio
ser197,
que adquirieron cierta experiencia, encuentran fortaleza durante el
Bardo de los momentos de la muerte, cuando lucen para ellos la
Clara Luz.
Aquellos
que meditaron sobre las deidades del Sendero Místico del Mantrayana,
en las etapas de visualización y desarrollo, durante la vida, será
de gran ayuda cuando las visiones pacíficas e iracundas aparezcan en
el Chönyid Bardo. De tal manera es que siendo importante en
vida198,
se tienen que practicar las instrucciones de este Bardo Thödol,
hay que captar su sentido, leerlo, retenerlo, memorizarlo, leerlo con
regularidad tres veces; que las palabras y los significados te sean
muy claros, hay que tenerlo presente con claridad para que no se
olvide y, de tal manera, aunque aparecieran cien asesinos, no
olvidarás estas palabras.
Éste
método se llama la Gran Liberación por la Audición, porque incluso
los que cometieron las cinco acciones de consecuencias
ilimitadas199,
alcanzaran con seguridad la liberación si lo escuchan en este
trance. Por esto hay que leer en voz alta y repetir estas enseñanzas
a las multitudes. Por haberla escuchado una sola vez, aunque uno no
comprenda su significado, se recordará en el Estado Intermedio sin
olvidar una sola palabra, pues el espíritu, el intelecto, se vuelve
en ese momento nueve veces más claro, más lúcido. Por esto hay
que comunicar esta enseñanza al oído de todas las personas con
vida, leerlo en los hospitales, a las personas que están enfermas,
ante el cuerpo de todos los muertos, llevándolo a todas partes, ha
de difundirse ampliamente.
Quienes
encuentran esta doctrina son, en verdad, afortunados. Para tener esa
dicha, salvo los que tienen gran mérito, y haber disipado numerosos
velos del espíritu, es difícil de asimilarlas. La liberación se
ganará simplemente en creer en ella. Por lo tanto, trata esta
doctrina con mucho aprecio y respeto. Es la esencia de todas las
doctrinas200.
Aquí
finaliza la enseñanza en el Estado Intermedio llamada “La
Enseñanza Que Libera Meramente por la Escucha201”.
Este Chöyid Bardo termina aquí202.
197.-
Literalmente, “intelecto” o “principio de la consciencia”.
198.-
Cf. el siguiente pasaje de The Book of the Craft of Dying, edición
de Comper: “El hombre que anhele y quiera satisfactoriamente morir
bien, con seguridad y mérito, sin peligro, deberá prestar atención
visiblemente, y estudiar y aprender diligentemente este arte de
morir, y las disposiciones antedichas, mientras esté sano (i. e. con
salud) sin esperar a que la muerte ingrese en él”.
199.-
Estos son: parricidio, matricidio, poner en guerra dos organismos
religiosos, matar a un santo, y hacer que derrame sangre el cuerpo de
un Tathágata (un Buda).
200.-
Aquí la Xilografía dice: “Este es el Tantra de todas las
doctrinas”.
201.-
Esto se refiere al Thödol.
202.-
El texto de la Xilografía, concordante es todo lo esencial, y en
casi todos los pormenores importantes, palabra por palabra con el
texto de nuestro manuscrito, contiene como paralela frase final del
Chönyid Bardo, lo siguiente que difiere de lo nuestro: “Ha
terminado la Enseñanza para el Estado , la Puesta Cara a Cara
mientras se experimenta la Realidad, correspondiente a la Gran
Liberación Mediante la Audición Mientras se está en el Estado
Intermedio, Que Libera Meramente Oyéndola y Que Libera Meramente
Viéndola”.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimi
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