[Conclusión
general]
Mediante
la correcta lectura del estas instrucciones, los yogins con destacada
comprensión, podrán hacer el mejor uso, en el momento de la
muerte, de la transferencia105
de la conciencia. Estos, no necesitarán entrar en el Bardo, sino
que partirán por el Gran Sendero Directamente Ascendente106;
es decir, alcanzarán la liberación. Otras personas, con menor
capacidad de la práctica, sobre todo en asuntos espirituales,
reconociendo la Clara Luz en el Chönyid Bardo, en el momento
de la muerte, realizarán el estado de Buda. Los inferiores a éstos,
se liberarán, de acuerdo con sus particulares capacidades y
conexiones kármicas, cuando aparezcan ante ellos alguna de las
deidades Pacíficas e Iracundas, en las dos semanas siguientes,
durante su estada en el Chönyid Bardo.
Como
hay varios puntos cruciales107,
la liberación ha de obtenerse en algún momento mediante el
reconocimiento de la visión penetrante. Pero incluso los más
indignos por mala conexión kármica, cuyo cúmulo de oscurecimiento
es grande, semejante a los animales, pueden evitar caer en estados
inferiores como el Sidpa Bardo; si toman refugio en las Tres
Preciosas Joyas. No obstante, puesto que hay, como peldaños de una
escalara, muchas clases de instrucciones, o recordatorios, la
liberación ha de obtenerse mediante alguna manera de reconocimiento.
Así pues, para éstos, hay varias enseñanzas graduales para cerrar
la puerta de la matriz y para seleccionar una apropiada, que es
comprender el método de la visualización y de aplicar sus
ilimitables virtudes para resaltar la propia condición. Hasta los
que tienen capacidades mínimas, podrán apartarse de los estados
inferiores; y al obtener el privilegio de un cuerpo humano
perfectamente dotado y libre108,
que les abre la puerta para practicar el Dharma, encontrando un
maestro espiritual, que es un amigo virtuoso, podrán obtener las
enseñanzas que liberan del sufrimiento.
Si
se aplican estas instrucciones en el Sidpa Bardo, se prolongan
entonces los resultados del buen karma, parecido a un tubo que se
añade a una canalización rota, que restablece la canalización. No
es, pues, posible que quien oiga esta instrucciones no quede
liberado, aunque haya sido un malhechor, tal es el poder de esta
enseñanza109.
Hasta
para aquellos de karma muy negativo, les resultará imposible no
liberarse mediante la audición de esta doctrina, y por el
reconocimiento, pues, de la visión penetrante.
En
este momento del Bardo, por una parte está la compasión de todos
los Budas Pacíficos y Airados, para recibir al difunto saliendo a su
encuentro, y por otra parte están los demonios, los Maras y todos
los obstáculos, que también salen al encuentro del difunto por el
mero hecho de escuchar esta Enseñanza, que modifica nuestra
percepción y obtener la liberación, puesto que no tenemos un
soporte material de un cuerpo de carne y sangre del cual depender,
sino un cuerpo mental, que tiene la facilidad de cambiar sus
percepciones. Pese a la distancia que uno pueda encontrarse en el
Bardo, puede vernos y escucharnos, debido aque se posee el
sentido de la clarividencia superior, y esta aptitud nos capacita
recordar las enseñanzas y poder cambiar el pensamiento en un
instante. Por ello, esta enseñanza es de gran utilidad. Se semeja
a una catapulta110,
o como un tronco de madera que cien hombres no pueden transportar,
pero si lo sitúan en un río pueden trasladarlo donde quieran111.
Se parece también al freno de un caballo por medio de una brida112.
Por
eso hay que acercarse al cuerpo de la persona que acaba de morir, y
leerle continuamente y con voz clara esta enseñanza hasta que
aparezcan saliendo por la nariz, del difunto, sangre y una
amarillenta secreción acuosa, como suero. En ese momento, no hay
que molestar al difunto, ni mover su cuerpo . Las reglas en este
ritual para que sea eficaz son que, no hay que sacrificar a ningún
ser vivo para el difunto113;
los parientes, ni amigos que velan al difunto no deben llorar, ni
gemir, ni afligirse114;
nadie debe lamentarse, más bien, realizar actos virtuosos hasta
donde le sea posible115.
Hay
que leer esta gran enseñanza del Bardo Thödol, como también
cualquier otro texto del Dharma citados, junto a esta guía116,
anteriormente, puesto que todo esto es de una eficacia enorme. Así
pues hay que recitar tanto como sea posible117
estos textos107,
instruyendo a comprender al difunto o al moribundo el significado de
esta palabras y los conceptos, para que los memorice; y cuando la
muerte es inevitable y se reconocen los síntomas, si las fuerzas lo
permiten, uno cebe leer por sí mismo este texto y meditar sobre los
significados. Si las fuerzas no lo permiten, entonces un amigo ha de
leer el Libro con claridad para nosotros. Con esto, sin duda alguna,
se obtendrá la libación.
Esta
enseñanza no requiere un entrenamiento, especial, perfecto118,
sino que libera por el hecho de ser vista o escuchada. Esta es la
profunda Enseñanza que libera aquellos que tienen un mal karma, a
través del Sendero Secreto de la perfección tántrica. No hay que
olvidar su significado y las palabras, aunque a uno lo persigan siete
mastines119.
Mediante
esta Selecta Enseñanza, el difunto obtiene el Estado Búdico en el
momento de la muerte. Si los Budas de los Tres Tiempos buscasen una
Enseñanza, no podrían encontrar una superior a ésta.
Así
se completan las Profundas Gotas del Corazón de la Doctrina del
Bardo, llamado El Bardo Thödol, que libera a todos los
seres.
[Aquí
termina el Libro Tibetano de los Muertos]
Que
obtenga un gran beneficio a las enseñanzas y a los seres vivos.
SARVA
MAN GALAM
105.-
Ver [La introducción y [La transferencia del principio de la
conciencia]….es el principio de esta transcripción del Libro.
106.-
El primer Bardo es el Chikhai Bardo; el segundo, el
Chönyid Bardo; y el tercero, el Sidpa Bardo.
107.-
o “pasaje estrechos”, o “emboscadas”.
108.-
“Un cuerpo libre y bien dotado”; “libre” implica libertad con
respecto a las ocho esclavitudes: 1) la ronda siempre recurrente del
placer, simultáneamente con la existencia como devas; 2) la
guerra incesante, simultáneamente con la existencia como asura;
3) la estrechez y la esclavitud, simultáneamente con la existencia
bajo condiciones como las prevalecientes en el mundo de los animales;
4) los tormentos del hambre y la sed, simultáneamente con la
existencia como petra; 5) los extremos del calor y frio,
simultáneamente con la existencia en el infierno; 6) la falta
de religión o religión pervertida, simultáneamente con la
existencia entre ciertas razas de la humanidad; 7) los
impedimentos físicos; 8) los demás impedimentos simultáneos con
ciertas clases de nacimiento humano. Para ganar un cuerpo humano
perfectamente bien dotado, debe poseerse junto con la fe,
perseverancia, intelecto, sinceridad y humildad como un buen yogi, y
nacer en una época en la que prevalezca el dharma, (i. e. cuando
encarne un iluminado o cuando Sus enseñanzas seas la fuerza
conductora del mundo), y encontrar luego un gran maestro y
espiritualmente desarrollado.
109.-
Si se rompe un desagüe, se interrumpe la continuidad del fluir del
agua. La Enseñanza se parece, en sus efectos, a reparar el desagüe
insertando un tubo para que conduzca el agua a través de donde está
la rotura (lo cual simboliza la interrupción de la corriente de la
conciencia, causada por la muerte). De ese modo se logra el mérito
de las buenas acciones en el mundo humano lleven al difunto s mejorar
su estado; se restablece a conciencia.
110.-
Así como una catapulta nos permite dirigir una gran piedra hacia un
blanco o meta determinada, de igual manera esta Doctrina hace que el
difunto se dirija hacia la Meta de a Liberación.
111.-
Así como el agua hace posible que el tronco se desplace, de igual
manera esta doctrina posibilita la conducción del difunto hasta el
lugar o estado de la existencia más apropiado, o incluso hasta el
Estado Búdico.
112.-
Así como ocurre con una rienda que controla el freno y la marcha del
caballo, de igual modo con esta Doctrina del difunto puede ser
dirigido o desviado en su progresión post-mortem.
113.-
Esto no se refiere al sacrificio de animales a los muertos, sino a la
costumbre no budista de matar animales para proveer carne a los amas
y huéspedes en el velatorio, mientras se llevan a cabo los ritos
funerales. Lamentablemente, esta prohibición a menudo es pasada por
alto; y aunque allí no se maten animales, los animales sacrificados
pueden traerse de lugares distantes; observancia conforme a la letra,
pero no según el espíritu de este precepto budista de no
matar…..nota 48. cada vez que se sacrifica un animal
(presumiblemente para preparárselo después como alimento) dícese
que el difunto no puede escapar del resultado kármico, pues el
sacrificio se realiza en su nombre, de modo que los horrores se
abaten sobre él directamente. Clama para que los vivos se detengan,
pero como no le escuchan, tiende a enfurecerse; y la ira deberá
evitarse a toda costa, pues si se permite que surja en el plano
bárdico, como un gravoso peso, le fuerza hacia abajo hasta el estado
mental más bajo, llamado Infierno. El sacrificio de animales, tanto
en el Tíbet como en la India, se originó en la antigüedad mucho
antes del surgimiento del budismo que, por supuesto, lo prohíbe.
Pervive aún en el Tíbet pero sin la aprobación de los lamas, como
lo demuestra claramente nuestro texto; y si se lo practica en la
actualidad, es sólo raramente, y por parte de gente inculta de
distritos remotos, que son budistas meramente de nombre. Salvo el
yogi, o el lama ávido del desarrollo espiritual supremo (para
quienes se dice que la ingestión de carne es incompatible), los
tibetanos, confirmados consumidores de cadáveres animales, como los
brahmines de Karhmir (que consiguientemente no son reconocidos como
brahmines por los brahmines de vida pura, de la India) excusan su
ingestión de carne sobre la base de la necesidad climática y
económica. Aunque el Tíbet es pobre en cereales, legumbres y
frutas, esto parece ser principalmente un intento de encubrir una
predisposición racial, heredada de antepasados nómadas y pastores,
en favor de una diete de carne. Incluso en Ceilán, donde no puede
haber excusa para que los budistas desobedezcan el precepto que
prohíbe quitar la vida, el hecho de comer carne ya progresó
rápidamente desde la llegada del cristianismo, el cual, a diferencia
del budismo, lamentablemente no enseña la bondad para con los
animales como principio religioso, y el mismo san Pablo era de
opinión de que Dios no tiene cuidado de los bueyes. Empero, en el
Sagrado Monte de Mihintale, en Ceilán aún está, como testimonio de
un budismo más puro, el antiguo edicto, grabado en una laja,
prohibiendo (como lo prohíben los Edictos de Ashoka) la matanza de
cualquier animal, tanto en sacrificio como para comida.
114.-
Desde tiempos inmemoriales, los gemidos y lamentos han sido costumbre
entre los tibetanos y pueblos himaláyicos afines, igual que entre
los pueblos de la India y Egipcios; pero el budismo, como la fe
islámica, los desaprueba.
115.-
Tales actos son, por ejemplo, alimentar a los lamas y a los pobres,
dar limosnas, regalar textos o imágenes religiosas a los
monasterios, y hacer donaciones a los monasterios si el difunto dejó
muchas riquezas.
116.-
“La serie guía” se refiere a varios tratados que ofrecen
una guía práctica a los devotos del camino búdico que atraviesan
el mundo humano y, por ende, el Bardo, el estado post-mortem,
y que van en pos del renacimiento, o del nirvana.
117.-
Literalmente: “ser recitado siempre”.
118.-
Texto: Bsgrug (pronuncia, Dub), sánscrito Sádhana,
“devoción perfeccionada” [método
de consumación], que requiere ordinariamente el
esmerado cumplimiento de un ritual más o menos técnico y minucioso.
119.-
En la mayoría de los villorrios tibetanos abundan los feroces
mastines y contra éstos los viajeros se protegen con encantamientos
especiales. Esta referencia a siete mastines es puramente tibetana,
y es una prueba adicional interna de que el Bardo Thödol tomó
forma en el mismo Tíbet, derivando mucho de su material de la
mitología india y de los sistemas filosóficos del Yoga.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
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