EL LIBRO TIBETANO DE LOS MUERTOS. Características de la existencia en el Estado Intermedio. [Características de la existencia del difunto].
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DEIDADES del BARDO TODHÖL |
[Características
de la existencia del difunto].
Este
capítulo es una descripción más profunda de las características
de la existencia del difunto. La naturaleza profunda se describe
como una pluma llevada por el viento o, como “cabalgando sobre el
caballo solitario del desierto”. El espíritu no es portador de un
cuerpo grosero, sino que está constituido por un soplo ligero. Ese
soplo ligero es principalmente el portador del espíritu. Es en sí
mismo móvil, volátil, inmaterial, se llama prana (en
sánscrito), lung (en tibetano). La tradición del yoga
práctico compara con frecuencia ese soplo a un caballo, montura de
la mente. Si esa mente no está domesticada ese solitario no se deja
domar y sobreviene entonces la distracción en la meditación.
Durante el estado intermedio, esa vitalidad, ese soplo, se hace tan
rebelde, debido a que lo que le empuja hacia un renacimiento, que
hace tambalearse y vacilar a la naturaleza profunda que lleva a la
grupa. Esta imagen vuelve a aparecer al final de texto, con la
diferencia de que se exhorta al difunto a mantener las riendas del
caballo, la montura de su espíritu, igual que cuando se le pone la
brida.
Oh
noblemente nacido, el cuerpo que posees ahora, podrá ver los
lugares, familiarmente conocidos en el plano terrenal y tus
parientes, como si los vieras en un sueño. Aunque les diriges la
palabra y no te responden, y al veros llorar piensas: “Estoy
muerto”, ¿Qué debo hacer? Y sentirás gran sufrimiento como un
pez que se quema en la arena ardiente. Sentirte apenado de nada
sirve. Si tienes un maestro divino18,
rézale, también a tu deidad tutelar, tu Yidam, o al Señor Compasivo
Avalokiteshvara. Aunque sientas apego por tus parientes, de nada te
servirá ahora, no te ará ningún bien. Renuncia a ellos. Rézale
al Señor Compasivo, te evitará sufrimiento, aflicción, miedo.
Oh
noblemente nacido, cuando eres arrastrado por el viento del karma,
sin tener libertad de acción, tu intelecto será como una pluma llevada por el viento, montado por el caballo de la respiración19.
Vagarás sin voluntad constantemente. Dirás a todos aquellos que
te lloran: “ Estoy aquí, no lloréis”. Pero como no te pueden
oír, pensarás: “Estoy muerto”; y en ese momento te sentirás
muy apenado. No te sientas desdichado por eso.
Experimentarás
una luz gris, como de crepúsculo, de noche, de día, en todo
momento20.
Este tiempo, en el Estado Intermedio, podrá durar unas semanas,
hasta el día decimonoveno21.
Se dice que la pena en el Sidpa Bardo se experimenta hasta
veintidós días; pero debido a la rigurosa influencia del karma, no
se asegura un tiempo fijo.
Oh
noblemente nacido, en ese momento, el terrible viento del karma,
furioso y difícil de soportar, te atrapará por detrás. No temas.
Es tu propia ilusión. Una densa y terrible oscuridad aparecerá
frente a ti, y escucharás gritos espantosos, como “¡Golpea!
¡Mata!” y amenazas similares22.
No las temas.
En
otros casos, las personas con mal karma, se le aparecerán demonios devoradores de carne, utilizando armas y exclamando
gritos: “¡Golpea! ¡Mata!”, provocando una gran confusión, como
si quisieran apoderarse de uno mimo. También creerás ser
perseguido por apariencias fantasmales de terribles bestias feroces.
De modo parecido, acontece, nieve, lluvia, oscuridad, huracanes, y
alucinaciones de ser perseguido por multitud de guerreros y sonidos
como de montañas que se derrumban, y rugidos de fuego y feroces
vientos de tormenta23.
Cuando
estos sonidos le llegan al difunto, aterrorizado, huirá de
ellos sin dirección alguna en concreto, sin preocuparse hacia
donde huye. Ahí, el camino se verá interrumpido por tres horribles
precipicios: blanco, negro y rojo. Son profundos y le inspirarán
miedo, y el difunto sentirá como si se precipitara en ellos. Oh
noblemente nacido, ellos no son realmente precipicios; son la Ira, la
Lujuria y la Ignorancia24.
Reconoce que en este momento
te encuentras en el estado intermedio, en el Sidpa Bardo.
Invoca al Gran Compasivo por su nombre, rezándole con fervor, así:
“Oh Señor Compasivo, mi maestro, y las Tres Preciosas Joyas, no
dejéis a mí (nombre del difunto), caiga en uno de los tres estados
de infelicidad”. Reza de este modo y no olvides esto.
Los que acumularon mérito y
sabiduría, y se consagraron con sinceridad al Dharma,
experimentarán, toda clase de placeres, felicidad y bienestar. Pero
aquella clase de seres neutros, que ni ganaron mérito ni crearon mal
karma, que vivieron en la indiferencia y la ignorancia, no sentirán
ni dicha ni sufrimiento, sino una suerte de indiferencia y de
ignorancia.
Oh noblemente nacido,
cualquier cosa que ocurra, sea placer o felicidad, no te dejes
atraer, que no te fascinen, piensa: “Ofrezco estos deleites dados por
el mérito, a el maestro y las Tres Joyas Preciosas. Abandono toda
clase de hábitos y anhelos.
Si no experimentas ni placer
ni sufrimiento, sino que todo te es indiferente, permanece en la Gran
Ecuanimidad, deja que tu mente permanezca sin distracción en el Gran
Símbolo, sin pensar que estás meditando25.
Esto es de vital importancia.
Oh noblemente nacido, en ese
momento te encontrarás en puentes, en templos, junto a stupas de ocho
clases26;
pero no podrás permanecer mucho tiempo allí, pues tu intelecto, tu
mente, al carecer de cuerpo físico en el plano terrenal27,
no puede estabilizarse en ninguna parte. Debido a esta incapacidad
de establecerse sin distracción, a menudo te sentirás perturbado, y
golpeado por el pánico, atormentado, amargado y acosado. En
ocasiones, tu mente, estará oscurecida, dispersa, vacilante, difusa,
al punto que te preguntarás: “¿¡Estoy muerto!, qué puedo
hacer?”. Con ese pensamiento, tu corazón se vuelve vacío y frío,
y experimentarás el infinito dolor de la tristeza28.
Puesto que no puedes tener descanso en algún lugar, y te sientes
empujado a continuar, no pienses en cambiar las cosas, no emprendas
nada, permanece en tu estado natural.
En ese momento no tendrás
nada para comer, sólo las ofrendas29
que a ti se realizan, y no podrás contar con las amistades30.
Son signos que estásque
errando por el Sidpa Bardo. En ese tiempo, la felicidad y el
dolor, dependerán del karma.
Podrás deambular por tu casa,
ver tus parientes, tus vecinos, y el propio cadáver, y con dolor
pensarás: “¡Ahora estoy muerto!, ¿Qué voy hacer?”, y atrapado
por una inmensa pena, te dirás a ti mismo: “¡oh, que no daría
por tener un cuerpo!”; y al pensar así marcharás por todos lados
buscando uno.
Aunque intentaras entrar en tu
cuerpo muerto nueve veces, debido a el largo tiempo que pasaste en el
Chönyid Bardo, estará congelado si es invierno, o
descompuesto si es verano, o al contrario, tus parientes lo habrán
cremado, o enterrado, o arrojado al agua, o a las aves y animales
salvajes31.
Por tanto, al no hallar un lugar para reintegrarte, estarás
disgustado y tendrás la sensación de querer meterte en las grietas
en medio de rocas y peñas32.
Experimentar esta clase de dolor ocurre en el Estado Intermedio
cuando se busca el renacimiento. Aunque busques un cuerpo, no lo
conseguirás, salvo confusión. No hagas nada, y en lugar de desear
un cuerpo, permanece con tu mente en el estado de ecuanimidad, y
permanece sin distracción en ese estado de equilibrio.
El difunto al que se está
ayudando en la visión penetrante, obtiene la liberación respecto al
Bardo.
18.- Se refiere a un
maestro suprerhumano de la Orden Divyaugha.
19.- Igual que el
viento inquieto, el karma está siempre en movimiento, y la mente,
cuando carece de apoyo del cuerpo humano, es su jinete.
20.- los yogis explican
esto diciendo que el cuerpo en el bardo, que es un cuerpo de deseo,
nacido de la mente, como falta el sistema nervioso del plano terreno,
para los difuntos no es visible la luz del sol, la luna y las
estrellas. En el estado post-mortem sólo ha de verse la luz natural
de la naturaleza (a la que los alquimistas) y místicos medievales se
refieren como la “luz astral”; y esta “luz astral” dicen que
está expandida universalmente por el éter, como un crepúsculo
terrestre, pero demasiado brillante para los oídos de los seres
etéreamente constituidos que están en el Bardo.
21.- Cuarenta y nueve
días en el Bardo.
22.- El ser en el
Bardo, debido a los efectos kármicos de su egoísmo cuando
estaba en vida humana, está obsesionado con la creencia de que todos
los demás seres bárdicos le son hostiles; se allí que tenga
estas pavorosas alucinaciones, como si viviese una pesadilla.
23.- En la Seis
Doctrinas, tratado sobre la aplicación práctica de los diversos
yogas, que hemos transcrito anteriormente, hay un pasaje
paralelo que amplia esto de esta manera: “Si uno no encuentra el
Sendero durante el Segundo Bardo, entonces se oye cuatro sonidos
llamados “sonidos que inspiran pavor”; de la fuerza vital del
elemento tierra se oye un sonido como el derrumbe de una montaña; de
la fuerza vital del elemento agua, un sonido como el romper de las
olas del océano, lanzadas por la tormenta; de la fuerza vital del
elemento fuego, un sonido como una selva en llamas; de la fuerza
vital del elemento aire, un sonido como mil truenos que retumban
simultáneamente. Aquí se describe los resultados psíquicos del
proceso desintegrador llamado muerte que afecta los cuatro elementos
más burdos que componen el agregado del cuerpo humano; no se
menciona el elemento éter porque sólo en ese elemento (i. e. en el
cuerpo etéreo o bárdico) continua existiendo el principio de
la consciencia.
24.- los precipicios
son ilusiones kármicas, que simbolizan las tres pasiones malas; y la
caída en ellos simboliza la entrada en un seno materno antes de
renacer.
25.- Texto:
bsgom-med.yengs-med (pronuncia, yom-med-yeng-med) =
“no-meditación” + “no-distracción”; con referencia a un
estado de concentración mental en el que no se permite que un
pensamiento distraiga la meditación misma. Este es el estado de
Samádhi. Si uno piensa que medita, ese solo pensamiento inhibe la
meditación; de ahí esta advertencia a los difuntos.
26. Se refiere a los
ocho propósitos por los que se construye una stúpa (o
pagoda). Como aclaración, pueden citarse dos ejemplos de esa
índole: - 1) objeto de culto, o victoria, de ahí que ésta clase
de pagoda lo es para señalar una victoria, i. e. un monumento; - 2)
una stúpa usado como monumento para señalar el sitio donde murió
un santo o un sabio, o el lugar donde fue enterrada la urna
conteniendo las cenizas de aquél. Otras pagodas son estructuras
puramente simbólicas, erigidas (como lo son las cruces cristianas)
como objetos de culto o veneración. En Ceilán se han erigido
muchas stúpas sólo para encerrar libros o reliquias sagradas. Las
grandes stúpas del noroeste de la India, cerca de Peshawar y en
Taxila, últimamente abiertas, contenían reliquias óseas y otras
objetos. Dos de ellos contenían trozos auténticos de los huesos
del Buda.
27.- Así como una
persona que viaja sola, de noche, por una carretera, detiene su
atención en notables mojones, grandes árboles solariegos, casas,
fortificaciones, templos, stúpas, etc. de igual modo, durante su
trayecto los muertos tienen experiencias similares cuando vagan por
la tierra. Por las propensiones kármicas son atraídos a
vagabundeos familiares en el mundo humano, pero, al estar en posesión
de un cuerpo mental o del deseo, no pueden permanecer largo tiempo en
cualquier lugar. Como se explica en el texto, son llevados de aquí
para allá por los vientos de los deseos kármicos, como una pluma
frente a un fuerte viento.
28.- Se ha de recordar
aquí que todos los fenómenos terroríficos y la infelicidad son
enteramente kármicos. Si el difunto se hubiese desarrollado
espiritualmente, su existencia en el Bardo habría sido pacífica y
feliz desde el principio, y no hubiese vagado hacia abajo hasta donde
llegó en este caso. El Bardo Thödol se ocupa principalmente
del individuo normal, no de los seres humanos altamente desarrollados
a quienes la muerte los libera en la Realidad.
29.- Como las hadas y
espíritus de los muertos según la creencia celta, o el daimon
de la antigua creencia helénica, los habitantes del Bardo se dice
que viven de invisibles esencias etéricas, que extraen de la comida
que les ofrecen en el plano humano, o del depósito general de la
naturaleza. En La Seis Doctrinas, a las que ya hemos mencionado,
aparece esta mención sobre los habitantes del Bardo: “Viven de
olores (o de las esencias espirituales de los cosas materiales)”.
30. Los amigos pueden
existir en el Bardo o no, como en la tierra; pero aunque lo
intentarán, son impotentes como para contrarrestar cualquier mal
karma del difunto. Este deberá seguir su propio camino, como se lo
señala el karma.
31.- En el Tíbet se
practican las formas conocidas para disponer de un cadáver, incluida
la momificación.
32.- Esto simboliza la
entrada en úteros no deseados, como los de seres humanos de
naturaleza de apariencia animal.
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los seres para que
alcancen la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicida
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