Capítulo IV.
LA BÚSQUEDA DEL SANTO DHARMA.
Continuación.
"Unos dos días después de mi partida, el Lama preguntó a su señora que hacía yo. Ella replicó que probablemente estaba en camino pero que era incapaz de decir exactamente dónde. '¿Dónde fue y cuándo?' preguntó el Lama. Y ella replicó: 'Oh, él decía que aunque tanto trabajó para ti, aun no estabas dispuesto a darle las Doctrinas, sino sólo reprimendas y golpes, de modo que se marcharía y buscaría otro Gurú en algún lugar. Y como si yo hubiese venido a contarte su intención sólo le habría hecho merecedor a otra tunda, preferí no hacerlo. Hice lo más que pude para inducirlo a quedarse, pero no pude retenerle; se fue ayer'.
LA BÚSQUEDA DEL SANTO DHARMA.
Continuación.
"Unos dos días después de mi partida, el Lama preguntó a su señora que hacía yo. Ella replicó que probablemente estaba en camino pero que era incapaz de decir exactamente dónde. '¿Dónde fue y cuándo?' preguntó el Lama. Y ella replicó: 'Oh, él decía que aunque tanto trabajó para ti, aun no estabas dispuesto a darle las Doctrinas, sino sólo reprimendas y golpes, de modo que se marcharía y buscaría otro Gurú en algún lugar. Y como si yo hubiese venido a contarte su intención sólo le habría hecho merecedor a otra tunda, preferí no hacerlo. Hice lo más que pude para inducirlo a quedarse, pero no pude retenerle; se fue ayer'.
"Ante estas nuevas, la faz del Lama se ennegreció como la noche. '¿Cuándo se fue?', preguntó. 'Ayer', replicó su señora. Por un rato quedó en silencio. Luego dijo: 'Mi discípulo no puede estar muy lejos todavía'.
"Mientras tanto yo había llegado a Riwo-Kyungding, en la Provincia Central del Tíbet, y hallé a Ngogdun —que para este tiempo era un Lama Principal— exponiendo el Doble Análisis14 a una gran congregación de sus discípulos. Precisamente trataba el pasaje: 'Soy el Expositor y soy la Verdad. Soy el Oyente. Soy el Maestro del Mundo, y soy el Devoto. Soy el Ser Que trascendió todos los estados de la existencia mundana, y soy el Bienaventurado', cuando me aproximé y, a cierta distancia, me postré. El sitio llegó a conocerse como Chag-tael-Kang (La Colina de la Pleitesía). El Lama Ngogdun, sacándose el sombrero, devolvió mi saludo, observando que por mi modo de saludar yo parecía ser uno de los discípulos de Marpa el Traductor, y que el hecho de mi llegada mientras exponía aquellas particulares estrofas parecía altamente auspicioso —en certeza, tan auspicioso, que predijo, por este simple evento, que un día yo llegaría a ser maestro de toda la doctrina religiosa. Mandó a uno de quienes le rodeaban para que averiguase quién era. La persona enviada se enteró de mi identidad y preguntó: '¿Qué te trae por aquí?'. Repliqué que nuestro Gurú, el Lama Marpa, al estar demasiado ocupado como para encargarse de mi instrucción privada, me enviaba aquí a asistir a las disertaciones. Le dije también que había traído conmigo las guirnaldas y el rosario de rubíes de Naropa como recuerdo del Lama.
14. Texto: Tak-nyi, tratado filosófico algo similar al Bhagavad-Gita.
"Cuando el hombre regresó al Lama Ngogdun y le contó estas cosas, y que era el Gran Brujo, se deleitó grandemente, de modo tal que exclamó: 'De verdad, son raras las ocasiones de disfrutar un favor como éste. ¡Mi humilde monasterio bendecido y honrado con la presencia, dentro de sus puertas, de tan preciosas y sagradas reliquias de nuestro Gran Maestro, Naropa! Una ocasión tal es rara como la flor del Udumvara15. Debemos recibir esto con todo el respeto debido tan extraordinario suceso. Luego, puso fin a su exposición en el auspicioso pasaje mencionado, y envió a algunos monjes a traer estandartes, sombrillas ceremoniales, y pendientes, mientras se hacían sonar varios instrumentos musicales en honor de las reliquias que yo traje.
"Cuando llegué a su habitación, me postré y le ofrecí el paquete con la carta y las reliquias; y él, tras recibirlas, se conmovió profundamente. Las lágrimas salieron de sus ojos; y sacándose el sombrero, puso las reliquias en su coronilla, rogando que se le otorgase la gracia. Luego las colocó en el sancta sanctorum de su altar.
15. Se dice que el Udumvara (Ficus Glomirata, Rox.) florece tan sólo al nacer un Buda en este mundo.
"La carta, que entonces leyó, decía así16: 'Estoy a punto de entrar en íntimo retiro, y como el Gran Brujo está impaciente y ávido de tener las Doctrinas, te lo envío para la Iniciación y Consagración. Por tanto, concédeselas y enséñale las Verdades. Te autorizo a obrar de esta manera; en señal de ello te adjunto las guirnaldas y el rosario de rubíes de Naropa'.
16. Según la versión del señor Bacot (Pág. 120), esta carta empieza así: "Al Inmutable Ngodun, Realizador del Nirvana." En nuestra versión falta este sobrescrito.
"Habiendo terminado de leer la carta, Ngogdun dijo que, como se lo ordenara el Lama, me daría con seguridad la Iniciación y la Consagración. Había pensado en que me buscaran, pero ahora que había venido, eso estaba muy bien, ciertamente, y se debía a la bendición y gracia del Lama. Además dijo: 'Tengo una cantidad de discípulos que vienen de Kham, Tagpo, Kongpo y Yarlung, pero en su camino hasta aquí, por las depredaciones de aquellas gentes sin ley, los Yepo y Yerno, de Döl, fueron despojados de su escasa reserva de equipaje con que partieran hacia este sitio, a fin de proseguir sus estudios. Por lo tanto, te pido que vayas y castigues a esas gentes sin ley, lanzándoles una tormenta de granizo sobre sus tierras. Cuando hayas hecho esto, te conferiré la Iniciación y Consagración que deseas'.
"Entonces me arrepentí amargamente la fama que había puesto tan maldito poder en mis manos, convirtiéndome en medio vengador, afectando la vida y la propiedad. Había llegado aquí en busca de la Verdad Salvadora, y aquí se me pedía nuevamente que perjudicase y cometiese una mala acción. Si rehusaba, desobedecería a un Gurú o, al menos, a uno a quien pretendí tomar por mi Gurú —un pecado casi tan aborrecible como rehusar obedecer a un Gurú real; y, además, perdería toda oportunidad de obtener las Doctrinas. De modo que decidí que debía ir puesto que no tenía opción.
"De manera que salí provisto de los utensilios necesarios; y al llegar al escenario del acto propuesto, me alojé en casa de una anciana, en el país de los Yepo. Cuando la tormenta de granizo estaba a punto de desencadenarse, como fulguraban los relámpagos y el trueno gruñía y las primeras piedras de granizo estaban por caer, la anciana que me hospedaba empezó a golpearse el pecho y a llorar, diciendo; '¡Ay! ¿Qué tendré para vivir si mi cosecha es destruida por el granizo?'
"Esto fue demasiado para mí. No pude soportar ser tan cruel para con esta pobre anciana de modo que, con inminente riesgo para mí, le pedí que me dibujase rápidamente un plano de su campo. Oh, mi campo es como esto', gritó en tono desesperado, al mismo tiempo que describía una figura triangular con un extremo alargado. De inmediato cubrí la figura con una cazuela de hierro, protegiéndolo del granizo, de modo que escapase a la destrucción en su totalidad, salvo un pequeño rincón que, al sobresalir más allá de la cazuela protectora, fue devastado por una ráfaga de viento.
"Una vez que la tormenta pasó, al ir a observar las tierras, vi en las cuestas por encima del valle todas surcadas en los barrancos, los otrora fértiles campos desbastados por completo, todos excepto el de la anciana que estaba por entero fresco y verde. Pero aquel rincón del campo, correspondiente al rincón del plano que, al sobresalir más allá de la cazuela protectora había sido devastado por el viento, estaba dañado por el granizo y anegado por el agua. Después de esto, siempre, este campo —con excepción de su rincón sobresalido que se inundó— escapó de cualquier tormenta de granizo que visitó la vecindad. Y se dice que la anciana se eximió del pago de la tasa de granizo17 en todo el campo salvo aquel rincón.
Marpa |
"En mi camino de regreso (a mi nuevo Gurú) encontré a un viejo pastor y su hijo que habían perdido sus rebaños en la inundación. Por ellos mandé decir a las gentes del país que les ordenaba abstenerse en lo sucesivo de maltratar y robar a los discípulos o adherentes del Lama Ngogpa18 bajo pena de ser visitados constantemente por similares tormentas de granizo, revelándoles de esa manera quién causara la destrucción. Después de esto, las gentes de aquellos dos lugares se impresionaron tan hondamente ante el poder prodigioso del Lama Ngogpa, que se convirtieron en sus devotos seguidores y le sirvieron fielmente.
17. Una tasa que imponen los lamas exorcistas de tormentas de granizo.
18. Lama Ngogpa (o el Lama que vive en Ngog) es forma abreviada del nombre del Lama Ngogdun-Chudor.
"Al seguir mi camino, recogí algunos pájaros muertos que encontré diseminados bajo un zarzal, y cantidades de otros pájaros, y algunas ratas, que hallé muertas en el camino, hasta que llené mi gorra y la falda de mi manto. Deposité aquéllos en un montón ante el Lama Ngogpa, y supliqué a él de esta manera: 'Oh Reverendo Maestro, vine aquí esperando hallar la Santa Doctrina pero fui obligado a acumular un pecado tras otro. ¡Ten piedad de tan terrible pecador!', y derramé amargas lágrimas19.
19. Entre los cristianos sólo se considera malo el arrebatar la vida humana; pero entre budistas, brahmines y jainístas, el precepto "No matarás se aplica a todas las criaturas vivientes.
"A esto, el Lama replicó: 'No desesperes; no hay causa alguna para tan abyecto temor. Nosotros, los seguidores de Naropa y de Maitrí20, poseemos aquellas Verdades que pueden salvar al mas grande de los pecadores en un abrir y cerrar de ojos —así como una sola piedra lanzada por una honda sirve para asustar a cientos de pájaros simultáneamente. Todas aquellas criaturas sensibles, y estos pájaros y bestias que fueron muertos en esta ocasión por la tormenta de granizo, nacerán otra vez como tus principales discípulos cuando alcances el Estado Búdico21. Hasta que llegue ese tiempo, ejerceré mi poder para impedir que caigan en el Infierno o (degeneren) en estados inferiores del ser. Por tanto, quédate tranquilo. Pero si aun dudas, déjame probarte la verdad de lo que digo, así'. Por unos pocos momentos permaneció silencioso con los ojos cerrados, luego chasqueó sus dedos. En un tris todos los pájaros y ratas muertos (que yo recogiera) revivieron, y huyeron hacia sus diversos nidos y cuevas. Entonces advertí que el mismo Lama era un Buda. ¡Qué deleite! ¡Qué felicidad! Hubiese gustado que muchas más criaturas disfrutaran en tal ocasión del privilegio de morir.
20. Maitrí ("Amor"), como Naropa, es un Yogi hindú, o Santo, sobre cuyas doctrinas se fundó, en parte, la Secta Kargyütpa.
21. Vale decir: en edades futuras evolucionarán al estado humano y recibirán la Doctrina Salvadora de Milarepa quien, para ese entonces, habrá alcanzado el Estado Búdico.
"Después fui iniciado en el Mandala (o Rito) de Gaypa-Dorje22. Yo había encontrado una cueva orientada hacia el Sud, desde la cual podía ver la residencia de mi Gurú; y volviéndola habitable a costa de un poco de trabajo, me encerré en ella, dejando sólo una pequeña abertura en el costado, para el pasaje de la comida, del agua, y demás23.
22. nota 11, Capitulo V. → [Dgyes-pa-rdorje (se pronuncia: Gay-pa-Dorje), nombre tibetano de una deidad tántrica, y también de una serie de Tantras en ocho volúmenes: sánscrito: HéVajra].
23. Este es el procedimiento usual de los devotos de la Escuela Kargyütpa que se encierra de este modo en un escogido retiro y permanecen en solitaria meditación durante el lapso prescripto por el Gurú, pesándoles el sustento. En algunos casos destacados, tales devotos no abandonaron ni en una sola ocasión su celda durante largos períodos de años. Similares austeridades, probablemente derivadas del ejemplo del ascetismo oriental, fueron Practicadas por los yogis cristianos primitivos que moraban en los desiertos de Egipto y Palestina.
"Mi Gurú me había explicado los métodos de meditación y perseveré en su práctica; pero a pesar de toda la asiduidad por parte del Gurú, y a pesar de mi propia perseverancia, debido a que no había obtenido el asentimiento de Marpa, no experimenté desarrollo espiritual.
"Un día, mi Gurú vino y me preguntó si yo había tenido tal y tal experiencia. Repliqué que no había experimentado nada (de naturaleza parecida). '¿Cómo es eso?', preguntó. 'En esta línea de evolución no debe haber, y jamás hubo, alguien que, en breve lapso, no progresara bastante en el desarrollo espiritual, excepto que haya habido algo que lo obstaculizase directamente. ¿Qué puede ser eso? No puede ser que nuestro Gurú Principal no haya dado su asentimiento a tu Iniciación, pues en ese caso no hubiese enviado sus presentes y la carta. Bien, de todos modos, continúa con tu meditación'.
"Este encuentro me alarmó un poco y por un instante pensé confesar el engaño (que yo perpetrara) mas me faltó valor. Entonces, más que nunca, me apremiaba la necesidad de propiciar a mi Gurú Principal, el Lama Marpa; pero seguí practicando la meditación con lo mejor de mi capacidad.
"Para este tiempo, habiendo completado el Lama Marpa la parte restante de la residencia de su hijo, escribió al Lama Ngogpa pidiéndole le enviara tantas cargas de ramas para la casa24. La carta agregaba que una vez terminadas las espiras ornamentales y la cornisa, el Lama Ngogpa habría de llegar personalmente y asistir a la consagración (de la casa) y a la ceremonia a cumplirse (al mismo tiempo) para celebrar la mayoría de edad de Doday-Bum25 (hijo de Marpa). La carta hacía saber también que el Lama Marpa había oído que yo estaba con el Lama Ngogpa, y pedía que, al mismo tiempo, yo le fuese devuelto, mencionándome como una 'persona malvada'.
24. Las partes superiores de los edificios religiosos y moradas de los lamas del Tíbet, por lo común están orladas de varas colocadas en forma aplastada, con sus extremos salidos y recortados, de modo parejo a la línea de las paredes, para formar así una especie de friso.
25. Este es otro nombre del hijo de Marpa quien, como antes, es también conocido como Darma-Doday, Bum, que aquí reemplaza a Darma, es el nombre popular dado a los primeros doce volúmenes del Prajñá-Páramitá y a la versión abreviada del Prajñá-Páramitá en 100.000 slokas. Aplicado al hijo de Marpa, Bum puede ser, por ende, apelativo iniciático (o religioso) o un nombre que se le acordó a alcanzar su mayoría de edad. También se lo llama Doday-Bum al fin de Capítulo VII.
"El Lama Ngogpa vino hasta la abertura de mi cueva y leyó la carta, observando: 'Por el modo con que el Lama habla de ti, parecería que no obtuviste su permiso respecto del otorgamiento de las Verdades'. Repliqué: 'El Lama mismo no dio su consentimiento; pero su esposa me proveyó de la carta y presentes que la acompañaban, con lo cual me dirigí hasta aquí'. '¡Ah!', dijo, 'de modo que nos enfrascamos en un trabajo sin provecho. Con seguridad debes haber sabido que es vano esperar desarrollo espiritual sin la sincera cooperación y aprobación del Gurú. No es de admirar que no desarrollaras ninguno de los signos. Sin embargo, te ordena que regreses. ¿Quieres ir o no?' Supliqué que me tomase como su servidor. Replicó que las ramas habían sido enviadas por acarreadores y que, hasta que éstos regresasen y se supiese la fecha exacta del festejo, yo tenía que permanecer en mi retiro.
"Tras el regreso de los portadores, vino otra vez ante la abertura de mi celda; entonces tuvimos una larga conversación acerca de la aproximación de la ceremonia en que nuestro Gurú consagraría el edificio otorgándoselo a su hijo, que también iba a ser objeto de una distinción. En el curso de nuestra charla, pregunté si se había hecho alguna mención a mi respecto. 'Sí'; dijo Ngogpa, 'la señora de nuestro Lama preguntó a los porteadores qué hacías. Al decirle que estabas en retiro, preguntó qué más harías ahí. Al decirle que siempre adheriste al aislamiento, expresó que dejaste este dado, al tiempo que se lo entregó al hombre, le ayudó a atarlo en su ceñidor y le encargó que lo entregara a salvo en tus manos'. Entonces Ngogpa me entregó un dado hecho de arcilla. Lo tomé de su mano con reverencia y, juzgando que había sido consagrado por el contacto de mi Reverenda Madre, lo puse sobre mi cabeza.
"Cuando él se marchó, se apoderó de mí el deseo de echar el dado y jugar con él. Pero, después de unos pocos instantes, se me ocurrió la idea de que yo jamás había manifestado debilidad alguna por echar los dados en presencia de la señora, y me pregunté qué podría haber querido decir al enviarme algo que propendiera al empobrecimiento de algunos de mis antepasados. ¿No pretendería demostrar que yo era para ella objeto de desprecio? El pensamiento me enfureció. En un rapto de ira, arrojé el dado contra el suelo con tal fuerza que se partió dejando al descubierto un pequeño rollo de papel envuelto en su interior. Tomé este papel y leí su mensaje que decía así: 'Hijo, tu Gurú ahora está dispuesto a conferirte la Iniciación y Escrituras necesarias. Por lo tanto, ven con el Lama Ngogpa.' Éstas eran novedades tan bienvenidas para mí que en realidad hice cabriolas dentro de mi pequeña cueva y bailé de pura dicha.
"Entonces vino el Lama Ngogpa y dijo: 'Bravo Gran Brujo, prepárate para el viaje'; y lo hice de prisa. El Lama mismo recogió todo cuanto yo poseía como ofrenda, excepto lo que recibiera de Marpa. Estas posesiones consistían en imágenes, libros, reliquias, oro, turquesas, tela, seda, plata, vasos, ganado en pie, etcétera. En cuanto a lo último tomó todas las cabras y machos cabríos de su pertenencia, dejando sólo una cabra vieja y renga, que, en atención a su renquera, era incapaz de quedar con el resto del rebaño y de ese modo, por fuerza, debió quedar detrás. Preparó todo lo demás que poseía para llevarlo consigo como ofrenda a su Gurú. Fue bastante gentil de su parte reconocer el servicio que yo le prestara, y me dio un pañuelo de seda como ofrenda personal mía al Lama Marpa. Su esposa añadió a esto un saco lleno de queso en polvo que iba a servir como mi ofrenda a Damema, la señora de Marpa.
"Luego, el Lama Ngogpa, junto con su esposa, yo, y una gran comitiva, salimos para Dowo-Lung (el monasterio de Marpa). Cuando llegamos al pie de la colina, en la que estaba Dowo-Loong, el Lama me pidió que me adelantara e informara al Lama Marpa y a Damema de que él se aproximaba y viera si le enviaban un poco de chhang. En consecuencia, subí hacia la morada de Marpa y allí encontré primero a su señora. Entonces le informé que se acercaba el Lama Ngogpa, y le pedí que le enviara algunos refrescos para que se los alcanzasen mientras se aproximaba. Le encantó verme y me dijo que fuese a presentar mis respetos al Lama Marpa que estaba dentro, y que le contase que estaba al llegar el Lama Ngogpa.
"Entonces entré en la morada y hallé al Lama Marpa sentado, meditando, en el piso superior de la casa. Le obsequié con el pañuelo de seda, y me incliné ante él, mientras él estaba sentado, con su rostro hacia el Este. Volvió su faz hacia el Oeste. Entonces me prosterné desde el Oeste pero él dio la vuelta por completo hacia el Sud. Luego hablé y dije: '¡Reverendo Gurú! Aunque por desagrado rehúses aceptar mi pleitesía, el Lama Ngogpa se acerca hacia aquí con todo cuanto posee en imágenes, libros, oro, turquesas, ganado y demás, como ofrenda hacia ti. Con seguridad él merece una recepción apropiada, acorde con su estado; por lo tanto te ruego seas lo suficientemente gentil como para enviar algo de chhang y refrescos, mientras llega aquí'.
"Aparentemente estallando en ira, el Lama chasqueó sus dedos y gritó: '¿Qué? ¿Quién me brindó una recepción cuando afanoso llegué a casa con la carga de las preciosas doctrinas sobre mi espalda, desde la India? ¿Cuándo traje a casa las preciosas gemas de la quintaesencia de todas las cuatro divisiones de la Doctrina Budista, vino al menos un sólo pájaro rengo a saludarme o recibirme? ¿Y yo, un gran traductor, debo ir y recibir a Ngogpa sólo porque me trae unas pocas reses perdidas? No, no puede ser. Si eso es lo que espera, mejor que se vuelva al lugar de donde vino'.
"Abandoné la presencia del Lama y fui a decirle a su señora lo que éste me expresara. 'Oh', dijo ella, 'tu Gurú es muy irritable. Ngogpa es un gran hombre, y debe ser recibido de manera apropiada. Vayamos nosotros dos a su encuentro'. Yo dije: 'El Lama Ngogpa no espera que tu vayas a su encuentro. Dame tan sólo un poco de chhang y se lo llevaré corriendo'. 'No; yo iré a su encuentro', dijo ella; y ordenando a algunos discípulos que trajesen una generosa cantidad de chhang, salió personalmente a recibir al Lama Ngogpa.
"Todo el pueblo de Lhobrak se había congregado para celebrar la mayoría de edad del hijo de Marpa, Darma-Doday, y para presenciar la ceremonia de consagración de la casa construida para él. Había una fiesta general, y el Lama Marpa alzó su voz y cantó el salmo de bendición, alcanzando ésta tanto a los congregados como a la ocasión en sí. El salmo era así:
"Suplico al Gracioso Gurú.
"En esta, la Gloriosa Secta de mi Sucesión
Reposa la bendición de lo inmaculado;
Descienda aquí la gracia de esa bendición.
"En el breve sendero de mis Verdades profundas
Reposa la bendición de la infalibilidad;
Descienda aquí la gracia de esa bendición.
"En mí, Marpa el Traductor,
Reposa la bendición de la erudición profunda;
Descienda aquí la gracia de esa bendición.
"En el Gurú, en Deva y en Dákiní
Reposa la bendición de la gracia y el fervor;
Descienda aquí la gracia de esa bendición.
"En mis hijos y shishyas espirituales aquí reunidos,
Reposa la bendición de la fe sólida y verdadera;
Descienda aquí la gracia de esa bendición.
"En todos mis discípulos laicos, lejanos y cercanos,
Reposa la bendición de la caridad y el mérito;
Descienda aquí la gracia de esa bendición.
"En todos los actos y acciones,
Reposa la bendición del altruismo y la Emancipación; Descienda aquí la gracia de esa bendición.
"En los espíritus buenos y malos de este mundo pasajero Reposa la bendición del gran mérito y del gran castigo; Descienda aquí la gracia de esa bendición.
"En estos Lamas y en estos laicos aquí congregados
Reposa la bendición del contento y los buenos deseos; Descienda aquí la gracia de esa bendición".
"Cuando Marpa terminó, el Lama Ngogpa se levantó y ofreció sus regalos; luego de ello se dirigió a Marpa con las siguientes palabras: 'Precioso y Reverendo Gurú, no necesito decir que todo cuanto tengo y soy es tuyo. En esta ocasión, sin embargo, ruego me dejes anunciarte que todo cuanto poseo, salvo una cabra vieja y renga, demasiado renga y demasiado vieja para mantenerla con el resto del rebaño que, por ende, hubo de quedar detrás, fue traído aquí como una ofrenda hacia tu persona, y en devolución de ello te suplico confieras sobre mí, tu siempre devoto shishya, las Más Preciosas Iniciaciones y las Más Profundas Verdades Místicas y, sobre todo, los pergaminos que contienen aquellas Verdades (Esotéricas) que han de ser musitadas solamente en el oído'.
"Dicho esto, sé postró ante el muy complacido Marpa quien habló entonces de este modo: 'Bien, si esto es así, yo, a mi vez, he de informarte que las Verdades y Escrituras que poseo se hallan entre las más extraordinarias y eficaces. Pertenecen principalmente a esa clase de verdades llamadas el 'Atajo del Sendero Inmutable26' por medio de las cuales es posible alcanzar el Nirvana en esta misma vida, sin tener que esperar incontables edades. Tales son las sobresalientes virtudes de estas Verdades. Pero hay más aún; las Verdades contenidas en los pergaminos de los que tú hablas están sujetas a ciertas condiciones muy estrictas requeridas por el Gurú. De modo que, a menos que traigas la última cabra, a pesar de su renquera y vejez, el que adquieras esa Escritura será un asunto algo difícil. En cuanto a las demás, tú ya las recibiste'. Este último requisito provocó una espontánea carcajada en todos los presentes, pero el Lama Ngogpa preguntó con gravedad si, cuando trajese la cabra vieja, se le daría la Escritura que deseaba. A esto Marpa replicó: 'Sí; si vas y la traes'.
26. Vale decir: el método breve de alcanzar la Iluminación recorriendo el Sendero Inmutable (o Infalible), o Vajrayana.
"Entonces la asamblea se interrumpió por ese día; y a la mañana siguiente, el Lama Ggogpa salió por sí a buscar la cabra renga; y traiéndola sobre su espalda, la ofreció a Marpa quien, muy complacido, dijo: 'Un seguidor realmente devoto y fiel de las Verdades Místicas se parecería a ti. En verdad de poca utilidad sería para mí una cabra vieja y renga. Sólo planteé ese requisito a fin de ilustrar sobre la grandeza y valor de las verdades religiosas'. Entonces prometió al Lama Ggogpa que lo iniciaría en las diversas Verdades Místicas y Mundanales y, poco tiempo después, así lo hizo.
"Un día (tiempo después), durante una fiesta ofrecida a algunos de sus discípulos de los lugares más distantes y a los miembros de su propia familia, el Lama Marpa se sentó, con un largo bastón a su costado, mirando con fieros ojos al Lama Ggogpa, que era uno de los allí presentes. Tras un rato, señalándolo con su dedo, dijo: 'Ngogdun Chudor, ¿qué explicación tienes para dar en el asunto de que hayas conferido la Iniciación y las Verdaderas a esta persona malvada, a Thöpaga?' Y mientras hablaba, echaba rápidas miradas al bastón.
"El Lama Rgogopa estaba aterrorizado. 'Precioso Gurú', tartamudeó, 'Tu Reverencia me ordenó de su puño y letra, y sello, iniciar a Thöpaga. Junto con la carta, Tu Reverencia envió las guirnaldas y el rosario de rubíes de Naropa como muestra de su autenticidad y obedecí al mandato de Tu Reverencia. En esto nada tengo que reprocharme; de modo que Tu Reverencia tenga a bien menguar su desagrado para conmigo'. Mientras hablaba, miraba en derredor con desasosiego.
"Entonces Marpa volvió su airado dedo hacia mí y preguntó'. ¿Dónde conseguiste estas cosas?' En esta ocasión sentí como si me arrancaran el corazón del cuerpo, y estaba en tal estado de terror que difícilmente podía articular palabra. Temblando, dije tartamudeando que me las había dado la Señora Madre.
"Ante ello, Marpa saltó abruptamente de su asiento y amagó hacia su esposa como si aparentemente intentase golpearla con el bastón. Pero ella, temerosa, se levantó y desplazó a cierta distancia de él. Luego corrió dentro de la capilla y cerró la puerta. El Lama efectuó algunos intentos de abrirla pero, al fracasar, retornó y retomó su asiento gritando: 'Tu, Ugogdun-Chudor, que hiciste algo que nadie te pidió que hicieras; te ordeno que vayas y me traigas al instante las guirnaldas y el rosario de Naropa'. Dicho esto, envolvió su cabeza con su manto, y permaneció de ese modo.
"El Lama Ggogpa se inclinó retirándose de inmediato para obtener los artículos solicitados. Tan pronto como salió, yo, que había escapado de la presencia de Marpa al mismo tiempo que la señora, lo vi desde un rincón, donde yo estaba sentado llorando; y le rogué que me llevase con él. Pero él dijo: 'Si te llevo nuevamente sin la orden expresa del Gurú, el resultado será sólo una escena similar, que resultará dolorosa para ambos. Quédate aquí por ahora. Si nuestro Gurú rehúsa ser gracioso contigo, entonces haré cuanto esté en mi poder para ayudarte'.
"Entonces repliqué: 'Debido a mis muchas malas acciones, no sólo sufro yo sino que también te involucro a ti y a mi Reverenda Madre en una participación de mis contrariedades. Perdí toda esperanza de obtener la Doctrina en esta vida. Día tras día sólo acumulo un gran pecado sobre otro. Es mucho mejor que interrumpa bruscamente esta vida. Todo lo que te pido es que por tu gracia procures que mi próximo nacimiento sea entre seres humanos27 (bien dotados), y que se trate de un nacimiento en el que tenga la oportunidad de obtener las Verdades'.
27. El nacimiento como ser humano bien dotado es considerado por todos los budistas como dador de la suprema oportunidad de alcanzar la Iluminación. Aquí, en este mundo, es donde hay que ingresar en el Sendero del Estado Búdico; no puede ingresarse en ninguno de los estados post-mortem, aunque aquí, una vez, algo se haya progresado en el, y la Meta a la cual conduce debe realizarse en el supremo de los Reinos Paradisíacos.
"Me alejé, con la intención de suicidarme ahí mismo, pero el Lama Ngogpa, rompiendo a llorar, me retuvo diciendo: '¡Bravo Gran Brujo, no hagas eso! Nuestra Doctrina Mística, que es la esencia y significado último de los mandatos del Bendito Conquistador, declara que todos nuestros variados principios y facultades corporales son divinos28. Si presumimos clausurar su actual carrera antes de su período natural (de disolución), somos culpables de matar lo divino que está en nosotros, y debemos afrontar el debido castigo por eso mismo. No hay mayor pecado que el suicidio. En los Sutras también el suicidio es citado como un pecado muy horrendo. Entiende bien esto y abandona todo pensamiento de autodestrucción. Después de todo, nuestro Gurú puede aún tener a bien conferirte las Verdades. Pero si no lo hiciera, con seguridad se hallará alguno que te las dé'.
28. El Brahmanismo también enseña esto y sujeta a cualquier persona que intenta suicidarse al castigo y la purificación mediante ritos expiatorios (Práyash-chitta). El Kulárnava Tantra pone mucho énfasis sobre la necesidad de preservar la propia vida. — Atal Bihari Ghosh.
"Ngogpa me habló de esa manera para consolarme. Otros discípulos también se mostraron compasivos conmigo, otros corrieron a ver si Marpa estaba todavía con disposición de ánimo que permitiese dirigirme a él con seguridad, y algunos se sentaran a mi lado y procuraron aportarme solaz. Pero mi corazón estaba hecho de hierro, o había llegado el tiempo para romperlo, tan agudos eran mis sufrimientos. Era debido a que yo cometiera acciones tan terriblemente malvadas en la primera parte de mi vida, que ahora tenía que sufrir tan atormentadoras e indescriptibles torturas en el comienzo mismo de mi búsqueda de una Fe y una Doctrina que me emancipase".
Al oír esta narración, ninguno de los presentes pudo reprimir las lágrimas de compasión para con el narrador; y algunos hubo que se desvanecieron abrumados por la emoción.
Esta es la historia del Segundo Acto Meritorio de Milarepa, que trata de su penitencia y purificación del pecado por medio de pruebas y tribulaciones, tanto corporales como mentales.
Del lbro:: EL GRAN YOGI MILAREPA DEL TIBET
Editorial: Kier
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los
seres para que alcancen
la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permane
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