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Tilopa |
Capítulo IX.
EL RENUNCIAMIENTO.
Relato de la decepción de Jetsün al llegar a su hogar; y de sus votos para vivir la vida ascética y practicar la meditación en soledad.
Nuevamente Rechung preguntó: "Venerable Gurú, ¿cuando llegaste a tu casa, el sueño demostró ser cierto o encontraste viva a tu madre?" Jetsün replicó: "El sueño no auspicioso sólo demostró ser demasiado cierto; no tuve la suerte de ver a mi madre". Entonces Rechung dijo: "Dinos, Venerable Gurú, cómo entraste en tu casa1, con quién te encontraste, con qué afecto te recibió el pueblo".
1. El sentido aparentemente es: "en qué condición encontraste tu casa".
Entonces Jetsün continuó: "Vi una cantidad de pastores en un lugar elevado, en la loma donde mi casa era visible; y, fingiendo ignorancia, les pregunté los nombres de los lugares, de las casas y de sus ocupantes, ante lo cual me informaron todo detalladamente. Entonces, finalmente, señalando hacia mi casa, les pregunté el nombre del lugar y de sus ocupantes. Me dijeron que la casa se llamaba 'Cuatro Columnas y Ocho Pilares', pero en ese momento estaba sólo ocupada por fantasmas, pues no había ocupantes vivos. Al preguntarles el motivo por qué estaba vacía, y qué sucedió a sus ocupantes, si se habían ido a otra parte o habían muerto, me dijeron: Antes había una familia muy pudiente en esa casa, que tenía un hijo soltero. Debido a la muerte prematura del padre, y a un error en la manera en que dispuso su testamento, tras la muerte del padre, los parientes de éste usurparon toda la propiedad del hijo menor. Cuando el hijo alcanzó la mayoría de edad, pidió la restitución de su propiedad; y al no lograrlo, recurrió a la magia negra. Lanzando maldiciones y tormentas de granizo sobre este lugar, causando mucho daño. En la actualidad tenemos tanto miedo de sus Deidades Tutelares que, siquiera, ninguno de nosotros se atreve a mirar en esa dirección, y mucho menos acudir allí. De modo que la casa contiene el cadáver de la madre del hijo, y algunos malos espíritus. Tenía una hija la que, abandonando el cadáver de la madre se marchó a mendigar por algún lugar, sin regresar. El hijo también debe estar muerto, pues nada se ha oído acerca de él. Si te atreves ir allí, oh Peregrino, puedes conseguir algunos libros en la casa'. También pregunté, a quien me hablaba, cuando había sucedido todo esto y me dijo que podría haber sucedido unos ocho años atrás, después de la muerte de la madre; pero con referencia al lanzamiento de las tormentas de granizo y al otro estrago provocado por la magia negra del hijo, apenas si tenía recuerdos infantiles. Y sobre los hechos anteriores a eso sólo tenía noticias por terceros.
"Esto me convenció de que los aldeanos tenían tanto miedo de mis Deidades Tutelares que no se atreverían a hacerme daño. Las noticias sobre la muerte de mi madre y la desaparición de mi hermana llenaron mi corazón de desesperación y pesar. Me escondí en un lugar apartado hasta pasado el anochecer, donde lloré amargamente. Después del anochecer, fui a la aldea y contemplé la casa exactamente en la misma condición en que la viera en mi sueño. La bonita casa, que acostumbraba parecerse a un templo, estaba muy deteriorada y ruinosa. El juego de volúmenes sagrados había sido dañado por la lluvia que se filtraba, y los cubrían gruesas capas de polvo y tierra caídos del techo (derruido); servían de nidos y refugio de pájaros y ratones. Por donde mirase, encontré desolación y ruina, de modo que me dominó el desaliento. Luego, avanzando a tientas hacia las habitaciones exteriores, hallé un montón de tierra y trapos, sobre los cuales había crecido una gran cantidad de cizañas y pasto. Al revolverlo, encontré un montón de huesos humanos, que instintivamente supe que eran los de mi madre. Una profunda e inexpresable ternura se apoderó de mí. Tan insoportable era el pensamiento de que jamás volvería a ver a mi madre, que estuve a punto de perder el conocimiento, cuando recordé las Doctrinas de mi Gurú, y, uniéndome espiritualmente con mi madre y los divinos espíritus de los santos de la Escuela Kargyütpa, hice una almohada con los huesos de mi madre y permanecí en un estado de tranquilidad, exento de distracciones, en clara y honda meditación, en la que comprendí que en verdad era posible salvar a mi padre y mi madre del dolor y las miserias de la existencia sangsárica. Después de pasar así siete días y siete noches, salí del samádhi2.
2. Todos los yogis tántricos son exhortados por el gurú a practicar la meditación en cementerios y lugares donde se creman los cadáveres o son arrojados a las aves del cielo para ser devorados, a fin de que venzan el disgusto u horror, universal entre los seres humanos, hacia tales ambientes, y para que capten la naturaleza pasajera de la existencia mundana. En algunos rituales, es menester que el yogi se siente en solitaria meditación sobre un cadáver, especialmente durante las horas oscuras de la noche; en otros rituales, se le ordena que haga una almohada con el cadáver y si es menester que duerma en esa postura. Por consiguiente, Jetsün practicó tal meditación, haciendo una almohada con los huesos de su madre, y permaneciendo de esa manera en samádhi durante siete días y siete noches. A esta nota el señor Sri Nissanka hizo el siguiente agregado: "Parece que fueron siete días el lapso usualmente pasado en trance samádhico. Se dice que el Buda Gotama pasó siete días de bienaventuranza extática alternándolos con siete días de bienaventuranza nirvánica durante un período de siete semanas mientras estuvo sentado bajo el Árbol Bódhico en Budha Gaya".
"Reflexionando, llegué a la conclusión de que no se obtiene beneficio permanente en ningún estado de la existencia sangsárica. De modo que resolví disponer los huesos de mi madre del modo apropiado, es decir, pulverizarlos y mezclados con arcilla para moldearlos en relicarios en miniatura, llamados tsha-tschas3. Por hacer esto ofrecería en pago los volúmenes de la Escritura; y, en cuanto a mí, me marcharía a la Cueva de Dragkar-Taso4 y pasaría allí toda mi vida en constante meditación!. Me dispuse a sentarme allí noche y día, hasta que la muerte pusiese fin a mi existencia. Hice votos de que si cualquier pensamiento de ambición mundana llegaba a seducirse, me suicidaría antes de permitir ser vencido por él. Rogué a las Deidades Tutelares y a las Dákinís me cortaran la vida si yo llegaba a pensar en una clase fácil de devoción.
3 . Tibetano: tsha-tsha (se pronuncia: tsha-tsha) que toma la forma de una miniatura stupa-, corresponde al Dharma-sharira del Budismo de la India, y aún se usa en todo el Tíbet..
4. O "la Cueva Rocosa Blanca como el Diente de un Caballo".
"Efectuando estas resoluciones mentales una y otra vez, reuní los huesos de mi madre; y luego, tras quitar el montón de polvo y tierra acumulados sobre los volúmenes de la Escritura, vi que sus letras estaban todavía claras. Llevando los volúmenes sobre mi espalda y los huesos de mi madre en mi regazo, partí. Una indescriptible angustia me oprimía el corazón hasta lo más recóndito. A partir de ahí, el mundo nada tenía con qué tentarme ni atarme a él. Repetí mis votos para consagrar mi vida a un riguroso curso de ascetismo en la realización de la Verdad, y resolví adherirme a ellos firmemente. Casi con frenesí canté para mí los siguientes versos de firme resolución:
"Oh Gracioso Señor, Tú el Inmutable,
oh Marpa el Traductor, de acuerdo a Tus Palabras Proféticas, encontré un maestro de la transitoriedad de las cosas
dentro de mi tierra natal —prisión de la tentación;
y que mediante Tu Bendición y Tu Gracia
pueda yo obtener de este noble maestro, experiencia y fe.
"Todos los fenómenos, existentes y aparentes,
son siempre pasajeros, mutables e inestables;
pero más en especial la vida mundana
no tiene realidad, ni logro permanente (en sí).
Y de ese modo, en vez de hacer un trabajo sin
provecho Buscaré la Verdad Divina.
"Primero, cuando mi padre vivía, el hijo (crecido) no vivía; luego, cuando nací (y crecí), mi padre no vivía.
Si ambos nos hubiésemos encontrado, poco hubiese sido el provecho, incluso entonces;
de modo que iré a lograr la Verdad Divina,
iré a la Cueva de Dragkar-Taso, a practicar la meditación.
"Cuando vivía mi madre, yo, el hijo, estaba muy lejos;
cuando vuelvo al hogar, encuentro a mi madre muerta.
Si ambos nos hubiésemos encontrado, poco hubiese sido el provecho, incluso entonces:
de modo que iré a lograr la Verdad Divina,
iré a la cueva de Dragkar-Taso, a practicar la meditación. "Cuando mi hermana estaba en casa, yo, su hermano,
estaba lejos;
cuando yo, su hermano, vuelvo a casa, descubro
que mi hermana anda perdida.
Si ambos nos hubiésemos encontrado, poco hubiese
sido el provecho, incluso entonces;
de modo que iré a lograr la Verdad Divina,
iré a la cueva de Dragkar-Taso, a practicar la meditación.
"Cuando los Textos de las Escrituraras estaban allí,
no tenían veneración alguna;
cuando la veneración llegó, estaban dañadas por la lluvia.
Si ambos se hubiesen encontrado (antes", poco hubiese sido
el provecho, incluso entonces;
de modo que iré a lograr la Verdad Divina
iré a la cueva de Dragkar-Taso, a practicar la meditación.
"Cuando la casa estaba firme, el amo estaba fuera;
cuando el amo vino, la casa estaba caída en ruinas.
Si ambos se hubiesen quedado juntos, poco hubiese
sido el provecho, entonces;
de modo que iré a lograr la Verdad Divina
iré a la cueva de Dragkar-Taso, a practicar la meditación.
"Cuando el campo estaba fértil, el labrador estaba lejos; cuando el labrador vino, el campo estaba sofocado por malas hierbas.
Si ambos se hubiesen quedado juntos, poco hubiese sido el provecho, incluso entonces;
de modo que iré a lograr la Verdad Divina Iré a la cueva de Dragkar-Taso, a practicar la meditación.
"Tierra natal, y hogar, y todas las posesiones,
sé que vosotros sois sólo cosas vacías;
cualquier incauto puede teneros.
En cuanto a mí, el devoto, voy a lograr la Verdad Eterna.
"Oh Gracioso Padre, Marpa el Traductor,
Que tenga buen éxito meditando en soledad".
"Habiendo entonado esto, mitad canción, mitad himno, en un rapto de celo religioso, fui primero a la casa de mi anterior tutor particular. Descubrí que había muerto; pero su hijo vivía y le ofrecí los volúmenes, pidiéndole modelase los tsha-tshas de los huesos de mi madre. Tenía miedo, dijo, de que si aceptaba los libros, mis Deidades Tutelares hechizaran su casa, pero bondadosamente prometió modelarme los tsha-tshas. Cuando le conté que mis Deidades Tutelares no lo hechizarían, pues yo le daba los libros voluntariamente, consintió en tomarlos diciendo: 'Entonces, así sea'. Luego empezó a confeccionar los tsha-tshas y yo le ayudé. Al terminar de modelarlos vi los ritos de consagración cumplidos (sobre ellos). Luego, habiéndolos depositado dentro de un stupa (relicario), me preparaba para partir, cuando el hijo de mi tutor me propuso quedarme por unos pocos días para hablar de los viejos tiempos, diciendo que me brindaría lo mejor que tenía; pero le dije que yo debía apresurarme para meditar de inmediato, y no tenía tiempo para charlas. Sin embargo, insistió en que pasase con él al menos esa noche, para que al menos le permitiese proveerme una pequeña cantidad de provisiones que me sirviesen durante mis devociones.
"En esto estuve de acuerdo; y él, continuando la conversación, me dijo: 'En tu juventud destruiste a tus enemigos mediante la magia negra. Ahora, en tu madurez, te convertiste en un religioso devoto; esto, en verdad, es admirable. Con seguridad que en el futuro te convertirás en un santo. ¿Qué Gurús buscaste, y qué textos espirituales obtuviste?' Me formuló estas preguntas con interés; y en respuesta le dije que había obtenido la doctrina de la Gran Perfección, y le relaté cómo había hallado a Marpa. Me felicitó, y sugirió que reparara mi casa, me casase con Zesay, y me estableciese en Ñingma Lama. Le dije que Marpa se había casado con el fin de servir a los demás, pero si yo pretendía imitarle sin estar dotado de su pureza de propósitos ni su poder espiritual, sería la liebre emulando el salto del león, que con seguridad terminaría precipitándome en el abismo de la destrucción. Y añadí: 'Tengo una convicción general de que nada quiero salvo una vida de meditación y devoción, pues la vida del mundo no me deleita. Vivir como ermitaño en soledad y consagrar toda mi vida a la meditación es la esencia del mandato de mi Gurú. Por tanto, aspiro a vivir la vida ideal (de un devoto Kargyütpa), satisfaciendo de ese modo a mi Gurú al igual que sirviendo a todos los seres sensibles y a la Causa de la jerarquía. Con ello también rescataré a mis padres (de la existencia sangsárica); y, por último, incluso me beneficiaré yo mismo. Nada conozco sino la meditación, de modo que no es probable que realice nada más; tampoco aspiro a otra cosa que a esto. Es más, tras haber visto las miserables ruinas de la casa y los restos de la propiedad que mis difuntos padres poseían, eso impresionó indeleblemente mi corazón en el sentido de que los propósitos mundanos son indignos, y se encendió un ardiente deseo de consagrar mi vida a la meditación. Una vida de comodidad puede ser para quienes no sufrieron lo que yo sufrí, y para aquellos a los que el pensamiento sobre la muerte y el infierno no los convenció por fuerza. En cuanto a mí, las circunstancias me convencieron firmemente de la vital necesidad de la celosa devoción y profunda meditación mientras viva; sí, incluso hasta la misma muerte, a pesar del hambre y la pobreza.
"Y con lágrimas que manaron de mis ojos entoné la siguiente canción:
"¡Pleitesía a Tus Pies, oh Noble Marpa!
Que yo, el mendigo, sea purificado de
los apegos mundanos mediante Tu Gracia.
"Ay, ay, vosotros, seres desafortunados,
que os apegáis a las cosas mundanas,
más hondo es mi pesar cuando más pienso en vosotros;
más hondo es mi dolor cuando más saboreo el vuestro.
Giramos y giramos hasta que caemos en el Infierno;
para aquellos cuyo karma procura dolor del
corazón (aflicción),
la Consagración de su vida a la Verdad es, entre
todas las cosas, lo mejor.
"Señor Dorje-Chang, Tú el Inmutable,
concede que este mendigo, bendecido por Tu Gracia,
persista en la soledad;
los huéspedes que se entretienen en este mundo
ilusorio y efímero como es éste
deben estar enfermos de dolor de corazón (aflicción)
"Mis campos de pastoreo, donde pacían mis ovejas,
cabras y vacas,
en medio de las encantadoras llanuras de Gungthang;
este es un cuadro de lo Ilusorio,
que me hace buscar la vida contemplativa.
"Mi casa bien construida,'Cuatro columnas y Ocho pilares', ahora parece la quijada superior de un león;
la torre de cuatro lados, los ocho pináculos,
y el techo que con éstos era nueve,
ahora parece las orejas de un asno:
Estos son también cuadros de lo Ilusorio
que me hace buscar la vida contemplativa.
"Mi fértil campo, el 'Triángulo de Worma',
ahora está cubierto de cizañas y pasto;
mis primos y parientes
están ahora dispuestos a alzarse como enemigos (contra mí):
Incluso estos son cuadros de lo Ilusorio,
que me hace buscar la vida contemplativa.
"Mi noble padre, Mila-Shergyal5,
no dejó huella de haber jamás vivido;
mi afectuosa y amorosa madre, Nyang-Tsa-Kargyen,
no es ahora sino un montón de huesos blanqueados:
Incluso estos son cuadros de lo Ilusorio,
que me hace buscar la vida contemplativa.
5. Forma abreviada de Mila-Sherab-Gyaltsen.
"Mi sacerdote doméstico y tutor privado, Kunchog-Lhabum, sirve ahora como obrero bajo las órdenes de otros;
mis libros sagrados, el Tesoro de la Ley,
sirvieron de forro para cuevas de ratas y nidos de ratones: Incluso estos son cuadros de lo Ilusorio,
que me hace buscar la vida contemplativa.
"Mi pariente y vecino, el tío Yung-gyal,
ahora está de lado de mis enemigos;
mi única hermana, Peta-Gön-kvit,
se ha perdido, y nadie sabe dónde está:
Incluso estos son cuadros de lo Ilusorio,
Que me hace buscar la vida contemplativa.
"Oh Gracioso, Tú el Inmutable,
bendice a Tu Suplicante para que persista en la soledad".
"Al entonar esta melancólica canción, mi anfitrión suspiró y dijo: 'Excelente; tienes toda la razón'. Y su esposa derramó copiosas lágrimas. La vista del miserable estado de mi hogar en ruinas me había afectado tan hondamente que no pude menos que pronunciar esas diversas resoluciones de vivir la vida de un ermitaño en meditación solitaria. También en mi corazón proseguí repitiendo una y otra vez la resolución de que así actuaría. Y de hecho no tuve motivo de qué culparme por haber practicado la meditación y la devoción en lugar de malgastar mi tiempo en propósitos mundanos".
Este constituye el Quinto Acto Meritorio, en el que se relata cómo Milarepa fue inducido a la vida religiosa de devoción dinámica por las tristes circunstancias aquí descriptas.

Editorial: Kier
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los
seres para que alcancen
la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
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