EL NIRVANA.
Continuación.
Continuación.
"Sí tras haber oído estos consejos, uno falla en seguirlos y, en lugar de ellos, los infringe y pisotea desafiando la Ley (Divina), por mejor informado que esté, meramente se gana un lugar en el más bajo infierno. La vida es breve, y el tiempo de la muerte es incierto; de modo que aplicaos a la meditación. Evitad hacer mal, y adquirid mérito, al máximo de vuestra capacidad, incluso a costa de la vida misma. En pocas palabras, lo que quiero decir en conjunto puede manifestarse así: Actuad de modo que no tengáis causa de qué avergonzaros; y ajustaos a esta regla. Si actuáis así, podéis estar seguros de no desobedecer jamás las órdenes de los Budas Supremos, no obstante cualquier regla contradictoria que pueda hallarse documentada por escrito. Aquí está contenida toda la guía relativa al acto de escuchar y reflexionar. El corazón de este anciano estará satisfecho si actuáis de modo acorde con esto; pues si mi corazón se satisface, entonces se cumplirán vuestros deberes, tanto con respecto al Sangsára como al Nirvana. Ningún otro método, por más agradable que parezca desde el punto de vista humano puede satisfacerme en lo mínimo". Entonces, para ampliar lo dicho, Jetsün cantó el himno relativo a las cosas útiles:
"¡Me postro a los Pies de Marpa el Traductor!
"Discípulos míos, reunidos aquí en la fe,
prestad oídos a éste, el testamento final,
que a mí pertenece, el anciano Milarepa, el Padre (Espiritual)—
yo, el Yogi, Milarepa,
que por la Bondad y el Favor de Marpa de Lhobrak28,
cumplí exitosamente todos mis deberes.
28. Lhobrak significa "Roca del Sud".
"Si vosotros, shishyas y seguidores míos,
obedecéis mis órdenes, actuad como os lo mandé anteriormente; y así efectuaréis dentro de esta misma vida
un potente servicio a los demás y a vosotros mismos, complaciendo a los Budas Supremos y a mí;
aparte de ello, todos los demás actos son sin provecho
para mí y los demás, y me causan desagrado.
"A menos que el propio Gurú sea de una sucesión (apostólica) ininterrumpida, ¿De qué vale tomar la Iniciación29?.
29. Vale decir: La Iniciación de nada vale si no es conferida por un maestro a quien la Doctrina Esotérica le haya sido transmitida tan completamente y con un poder psíquico tal (o “bendiciones”), que sólo llegue a través de una ininterrumpida sucesión apostólica de maestros. Las Doctrinas Susurradas al Oído no pueden obtenerse de quien jamás las recibió transmitidas de ese modo.
"A menos que el Dharma se mezcle con la propia naturaleza, ¿De qué vale ser experto en los Tantras30?.
30. El sentido es el siguiente: sin el espíritu de la Doctrina, ¿de qué vale la letra de los Tantras?.
"Sin renunciar a todas las ambiciones mundanas,
¿De qué vale meditar sobre las Doctrinas Escogidas?.
"Sin poner a tono el cuerpo, la palabra y la mente
con la Doctrina,
¿De qué vale celebrar ritos religiosos?.
"Si la ira no es conquistada por su antídoto31,
¿De qué vale meditar sobre la paciencia?.
31. El antídoto es el amor.
"A menos que se abandone toda parcialidad,
todo gusto y disgusto, ¿De qué vale ofrecer veneración?.
"A menos que se renuncie a todo egoísmo, desde
lo más hondo del corazón, ¿De qué vale ofrecer limosnas?.
"A menos que se conozcan a todos los seres de los Seis Lokas como los propios padres32, ¿De qué vale ocupar cierto asiento jerárquico?.
32. tan interminablemente, durante eones inconcebibles, transcurrieron la evolución, la transición y el renacimiento, que todos los seres sensibles fueron nuestros padres. El respeto hacia la mujer entre los budistas se basa en este principio, que es altamente interesante a la luz de las modernas ciencias biológicas. De modo similar, los hindúes dicen que cada criatura experimenta normalmente 8.400.000 clases de nacimiento antes de alcanzar el estado humano. En El Libro Tibetano de los Muertos se mencionan cuatro clases de nacimiento: nacimiento por calor y humedad, como en las ínfimas formas de vida orgánica; nacimiento por huevo; nacimiento por vientre y nacimiento supernormal, como cuando el principio de la conciencia se transfiere del reino humano a otro reino de la existencia, normalmente en la muerte o por prácticas yóguicas y de modo supernormal, en cualquier tiempo.
"A menos que el puro amor y veneración sean innatos
dentro del propio corazón, ¿De qué vale construir un stupa?.
Aunque se tenga capacidad para meditar a lo largo de las cuatro divisiones del día, ¿De qué vale modelar tsha-shas?.
A menos que la plegaria surja de lo recóndito del corazón, ¿De qué vale honrar los aniversarios?.
"A menos que las Doctrinas Secretas33 se retengan
dentro del propio oído, ¿De qué vale sufrir aflicción?.
33. O: "Doctrinas Especialmente Seleccionadas"; vale decir: las Doctrinas Esotéricas, susurradas a Oído.
"A menos que la fe y el amor secunden al Santo mientras
viva ¿De qué vale contemplar sus reliquias o su imagen?.
"A menos que en uno nazcan el arrepentimiento y el remordimiento, ¿De qué vale decir: 'Renuncia y arrepiéntete?'
"A menos que uno medite en amar a los demás más que a sí mismo, ¿De qué vale meramente decir con los labios: 'Piedad (para las criaturas sensibles)?'.
"A menos que se venzan todos los malos deseos,
¿De qué vale prestar servicio ahora y luego34?.
34. Vale decir: esporádicamente, entre una eclosión de mundanalidad y otra. El servicio prestado al mundo debe ser ininterrumpido, como el fluir de un río calmo y profundo.
"A menos que se considere razonable toda palabra del Gurú (y se la obedezca) ¿De qué vale tener una multitud de shishyas?.
"Todas las acciones que no producen ningún beneficio,
No hacen sino daño; por ello, descartarlas tranquilamente.
"Para el Yogi que llevó a cabo su misión,
No hay necesidad de que emprenda nuevos deberes".
Este canto dejó una honda impresión en los corazones de los discípulos.
Entonces Jetsün empezó a manifestar síntomas de grave enfermedad. Para ese tiempo el Geshé Tsaphuwa llegó con una pequeña porción de carne y chhang, para ofrecérsela ostentosamente a Jetsün, y determinar realmente (por sí) como estaba éste. Le dijo:
"Una persona tan santa como Jetsün no tendría que haber sido afligida con tan grave enfermedad; pero ya que ésta vino, debe ser distribuida entre tus discípulos, si esto fuese posible; o, si hubiese medios para transferirla, entonces podría ser transferida a una persona como yo; pero como esto también es imposible, ¿qué es lo mejor que puede hacerse ahora?".
Jetsün sonrió y dijo: "En realidad no había razón para que me afectase esta enfermedad, pero en este asunto no tengo opción como tal vez tú lo sabes muy bien. Hablando en general, la enfermedad de un yogi y la de una persona común no son del mismo carácter; la del primero puede parecer accidental. Pero en este caso particular mi enfermedad es para mí un adorno".
Habiendo hablado de esta manera, Jetsün cantó este himno:
"La Ronda del Nacimiento y la Muerte, y la Liberación se
ven (o entienden) dentro del Reino de la Clara Luz;
cuando las manos alcanzan su postura natural35,
sobre ellas el Gran Mudrá coloca su sello36.
De manera que hay en mí gran indiferencia
y valor al saber que no hay impedimento.
"Las enfermedades, los malos espíritus,
los pecados y los oscurecimientos
no tienden sino a embellecerme grandemente;
están dentro de mí, modeladas como nervios,
humores y semilla.
Los dones los empleo como ornamento de los
signos de mi perfección;
que sean expiados los pecados de los malos pensamientos37. Esta enfermedad, que me sienta tan bien,
podría transferirla, pero no es menester que eso se haga".
35. Esta postura, alcanzada a través de la práctica del Yoga, simboliza, como en Milarepa, el renunciamiento bodhisáttvico a las ambiciones y trabajos mundanos, y la dedicación de la propia vida para el ulterior desarrollo espiritual de todas las criaturas sensibles.
36 . La Doctrina del Gran Mudrá (o Símbolo) produjo en Milarepa su flor y su fruto: la Realización de la Verdad.
37 . Esta copia se refiere a los regalos del Geshé a Milarepa y a los malos pensamientos de aquel para con éste.
El Geshé pensó: "Jetsün sospecha que yo medié en su envenenamiento, pero no está muy seguro de eso. En cuanto a transferir la enfermedad, estoy completamente seguro de que no podría hacer tal cosa, aunque tuviese buenas razones para ello. Entonces dijo: "Oh Jetsün, deseo conocer la causa real de tu enfermedad. Si fuese causada por espíritus malignos tendrían que ser exorcizados; si es meramente constitucional, debido al desequilibrio de los humores corporales, éstos deberían equilibrarse y corregirse; pero nada sé de tu dolencia. Sin embargo, si puedes transferirla, ten a bien transferírmela".
Jetsün contestó: "Cierto ser sensible fue poseído por uno de los más malignos de los malos espíritus, y ese espíritu fue el Demonio del Egoísmo. Tal fue el demonio que causó mi enfermedad, alterando la armonía de mi constitución. Ni puede exorcizarse el demonio ni curarse la enfermedad. Si te transfiriese la enfermedad, no podrías resistirla ni un instante, de modo que no lo haré".
El Geshé pensó para sí: "Ah, no queriendo admitir su incapacidad de transferir la enfermedad, finge que no desea hacerlo." De modo que el Geshé dijo con mucha insistencia a Jetsün: "¡Te ruego que la transfieras!".
Jetsün replicó: "Muy bien; entonces, no la transferiré a ti sino a esa puerta; puedes meramente observar su fuerza". Diciendo esto, Jetsün la transfirió hacia la puerta del cuarto de meditación, donde la puerta empezó a emitir sonidos de crujidos y resquebrajaduras; palpitaba y vibraba, y parecía a punto de desmoronarse. Al mismo tiempo, Jetsün apareció libre de dolor.
El Geshé pensó nuevamente para sí: "Con seguridad es una ilusión mágica”; y dijo: "¡Muy maravilloso! Te ruego que me la transfieras".
Jetsün dijo: "En consecuencia, te mostraré un poco de su fuerza, oh Geshé. "Y Jetsün retiró el dolor de la puerta y lo transfirió a Tsaphuwa, diciéndole que sólo era la mitad del dolor, y le preguntó qué pensaba de su intensidad, y si era soportable.
El Geshé fue abatido por un dolor insoportable que estuvo a punto de desvanecerlo. Entonces, habiendo sentido de esa manera la intensidad y la angustia del dolor a que Jetsün estaba sometido, se arrepintió honda y sinceramente de su maldad; y poniendo su cabeza a los pies de Jetsün y derramando abundantes lágrimas, gimió: "Oh Jetsün Sagrado Señor, esta enfermedad, como tu Reverencia lo ha dicho, la introdujo en ti esta criatura, obsesionada por el egoísmo y los celos. Te ruego que aceptes todos mis bienes mundanos, móviles e inmóviles; y perdóname este crimen y que el mal karma de ello no me alcance”.
Estas palabras fueron pronunciadas con espíritu de sincero remordimiento, y Jetsün, advirtiendo que el arrepentimiento era realmente cierto, con alegría le concedió el perdón. Retirando todo el dolor, contestó: "Durante toda mi vida, jamás tuve casa ni bienes38; y ahora, en mi lecho de muerte, cuando no tengo la mínima necesidad de bienes, ¿qué haría con bienes mundanos? Llévate tus presentes, y de aquí en más abstente de transgredir los preceptos del Dharma. Con respecto a tu actual transgresión, rogaré ardientemente para que no te alcance ningún mal karma y para que no sufras por ello." Luego Jetsün cantó este himno:
38. Debido a que Milarepa renunció al mundo, no tomó posesión de la casa en ruinas ni de la tierra que por derecho de herencia le correspondían tras la muerte de su madre, de modo que en realidad nunca tuvo propiedades mundanas.
"¡Pleitesía a los Pies del Perfecto Marpa!
"Hasta los Cinco Pecados Abominables, ilimitados
(en sus consecuencias),
si media rápido arrepentimiento a su respecto,
pueden ser neutralizados.
Por ello, en virtud de mi mérito y de mi
porción de Felicidad,
con la de todos los Budas del pasado, del
presente y del futuro,
se elimine el mal karma de todos los seres sensibles:
y también que toda tu porción de miserias
las cargue yo y de modo parecido se neutralicen39.
39. O literalmente: "Que las ingiera yo y además las digiera", como en el cuarto verso que sigue.
"Que quedes aparte de los camaradas viciosos,
y que en todos los futuros estados del ser
encuentres amigos virtuosos;
que nadie, con malos designios,
haga nada contra ti
que agote tu reserva de mérito.
Que toda criatura sensible encuentre siempre
buena voluntad y nobleza recíprocas
de la mente bodhisáttvica".
Al cantar Jetsün este himno, el Geshé se sintió grandemente reconfortado. Con el fervor de una alegría y fe ilimitados hizo votos para abstenerse de allí en adelante de toda acción impía y consagrarse por entero a la devoción religiosa hasta su muerte y dijo (a Jetsün): "Las malas acciones que fui tentado a cometer en el pasado se debieron a mi amor por la riqueza y la prosperidad. De aquí en más no deseo casas, tierras, riqueza ni bienes mundanos. Por tanto, aunque Jetsün no necesite de mis posesiones, pueden servir para ayudar y mantener a los discípulos y seguidores contraídos a estudios devotos. De modo que te suplico los aceptes".
A pesar del fervor de esta súplica, Jetsün rehusó aceptar las posesión del Geshé; pero luego los discípulos las tomaron y utilizaron para sufragar el costo de las ceremonias fúnebres de Jetsün y los festejos periódicos instituidos después para conmemorar el fallecimiento de Jetsün, los cuales continúan celebrándose hasta hoy. Y, con el tiempo, el mismo Tsaphuwa se convirtió en muy ferviente devoto.
Entonces Jetsün dijo: "Como fruto de mi estada en este lugar, un endurecido pecador se convirtió mediante el arrepentimiento y fue guiado con éxito hacia la Liberación. Habiéndose cumplido aquí mi misión, ya no hay necesidad de que un yogi permanezca morando en un sitio mundano. Pues el que un yogi muera en un villorrio es como si un rey lo hiciese en una casa de un campesino común. Debo ir a morir a Chúbar".
Seban-Repa replicó: "Debido a tu actual enfermedad, te será demasiado fatigoso intentar el viaje a pie. Te llevaremos en un palanquín, Señor". A esto contestó Jetsün: "Para mí no hay realidad en la enfermedad ni en la muerte. Aquí manifesté los fenómenos de la enfermedad; manifestaré en Chúbar los fenómenos de la muerte. Para esto no necesito palanquín. Algunos de los Repas más jóvenes (i. e. los discípulos de Jetsün) pueden precederme hacia Chúbar".
Luego, algunos de los discípulos más jóvenes le precedieron, pero descubrieron que Jetsün ya había llegado a la Cueva de Brilche (Lengua de Yak). Los discípulos mayores, que le siguieron después, escoltaron y atendieron a otro Jetsün. Otro Jetsün hubo en la "Roca de Contacto al Veneno", manifestando los fenómenos de la enfermedad. Mientras un Jetsün era escoltado y atendido por los devotos seguidores en el viaje hacia Chúbar, otro predicaba a quienes estaban reunidos para un sermón final en la Roca Roja. Y además a cada uno de los que permanecieron en sus casas y efectuaron Ofrendas religiosas de despedida a Jetsün, éste se les apareció.
De modo que quienes precedieron a Jetsün hacia Chúbar dijeron que él les había antecedido allí, mientras que los discípulos mayores que fueron con Jetsün dijeron que ellos lo habían escoltado. Cada grupo de quienes llegaron después separadamente reclamó haber ido junto con Jetsün. Otros afirmaron que ese mismo día Jetsün había estado con ellos en la Roca Roja; algunos dijeron que, a la sazón, había estado en sus casas; y quienes le tributaron veneración reclamaron que había estado en la casa de cada uno de ellos al mismo tiempo. De esa manera todos manifestaron que Jetsün había sido su huésped de honor, recibiendo atenciones o veneración, no pudiendo llegar a ningún acuerdo (entre ellos). Finalmente, todos agrupados, plantearon la cuestión a Jetsün y éste dijo: 'Todos vosotros estáis en lo cierto. Era yo quien jugaba con vosotros40".
40. El Yogi Perfeccionado posee el poder de reproducir su cuerpo físico fenoménico incontablemente, un cuerpo en un lugar o mundo, y otro en otro. El Editor tiene uno de los tratados yóguicos relativos a la adquisición de este poder.
Después, Jetsün moró en la Cueva de Brilche, en Chúbar; y su enfermedad continuó. Y para ese tiempo fenómenos tales como la sensación de éxtasis y la visión de arco iris, se difundió por todo el país, de modo que las cimas de las montañas se glorificaron y por doquier prevaleció un sentimiento de buenos augurios. Todos estaban seguros de que Jetsün había decidido partir hacia otro mundo.
Luego, los principales discípulos, Shiwa-Wöd-Repa, el Maestro de NganDzong41, y Seban-Repa, juntos preguntaron a Jetsün a qué Reino tenía la intención de marcharse, y donde tendrían que dirigir sus plegarias (a él). Además preguntaron si tenía algunos últimos mandatos o disposiciones que impartirles; y cada cual rogó por una guía especial como línea de devoción a adoptar.
41. Vale decir: Ngan-Dzong-Repa.
Jetsün les replicó: "En cuanto al lugar o dirección en que habéis de dirigir vuestras plegarias, (os ordeno) dirigirlas de acuerdo con vuestras creencias o fe. En cualquier lugar que oréis con sinceridad y fervor, estaré yo frente a cada uno de vosotros42, y satisfaré vuestros deseos. Por tanto, orad con fervor y fe firme. Ahora mi intención es marcharme al Reino de la Felicidad (I.e. Ngön-gah) donde gobierna el Bhagaván Akshobhya. Y mi último mandamiento o voluntad, cuando yo, Milarepa, haya muerto, es éste: A Rechung quien, como preveo, llegará pronto, darle mi cayado de bambú y esta vestidura de algodón que todos veis que es mi única posesión; le servirán como una especie de talismán de buena fortuna en su meditación sobre el control de los Aires Vitales43. Hasta que llegue Rechung, nadie ha de tocar mi cuerpo. El sombrero del Maestro Maitrí y este cayado negro de agaru llevarán consigo buena fortuna en el sostenimiento de la Fe por medio de la meditación y elevada aspiración; ved que les sean entregados a Upa-Tönpa. Este cuenco de madera puede ser tomado por Shiwa-Wöd. Y esta copa de calavera se la doy a Ngan-DzongTönpa. A Seban-Repa le doy este pedernal y este eslabón. Esta cuchara de hueso se la doy a Bri-Gom-Repa. A los otros discípulos les dejo esta manta de algodón mía, que pueden dividir entre ellos en tiras. Desde un punto de vista mundano, estas cosas son de poco valor, pero cada una lleva consigo una bendición espiritual.
42. Cf. Mateo (xviii-20): "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
43. Vale decir: el control de las fuerzas psicofísicas del cuerpo humano con el objeto del desarrollo psíquico y logro en el Yoga.
"Oíd ahora mi testamento principal, del que no ha de ser informado nadie, salvo mis principales discípulos y seguidores laicos, varones y mujeres: Todo el oro que yo, Milarepa, amasé durante mi vida, yace aquí escondido bajo este hogar; y con él hay instrucciones escritas de cómo ha de distribuirse entre todos. Luego de mi partida, no dejéis de buscarlos, y actuad de acuerdo a las instrucciones que allí se hallan.
"En cuanto a cómo habéis de llevar a la práctica las doctrinas religiosas en vuestra vida cotidiana, tened presente lo siguiente: Puede haber entre vosotros algunos que estén orgullosos de su aparente santidad pero que, en el corazón, están consagrados realmente a adquirir nombre y fama en este mundo; ellos gastan cientos de cosas necesarias e innecesarias en caridad, con la esperanza de cosechar de ese modo una generosa retribución. Esto, aunque desagradable para las Divinidades dotadas de visión pura, es perseguido por los seres egoístas de oscurecida visión. La hipocresía de quienes así anhelan los ricos zumos de este mundo, mientras en lo exterior se manifiestan piadosos y devotos, porque son incapaces de afrontar el ridículo del mundo (que de otra manera llegaría a conocer ese anhelo), es como ingerir manjares y rica comida con acónito letal. Por tanto, no bebáis del veneno del deseo de fama y nombre mundanos; y desechando todas las cadenas de los de deberes mundanos, que conducen a este deseo, consagraros a la devoción sincera y fervorosa".
Continua.
Editorial: Kier
Dr.Walter Yeeling Evans-Wentz, editor.
Kazi Dawa Samdup, traductor.
Los méritos son ofrecidos a todos los
seres para que alcancen
la Iluminación en esta vida.
Qué todos los seres sean felices.
Qué se liberen del sufrimiento.
Qué no se separen nunca de la felicidad.
Qué permanezcan en la gran ecuanimidad.
Comentarios
Publicar un comentario